El reciente aumento en el precio del ACPM dará lugar a un incremento considerable en varios sectores de la economía colombiana. De acuerdo con el Ministerio de Hacienda, la decisión marca el fin de un congelamiento de cinco años en el precio del combustible. Esta medida, aunque celebrada por muchos sectores económicos debido a la liberación de una importante presión fiscal sobre las finanzas del Estado, también ha generado descontento entre los transportadores de carga y pasajeros.
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El reajuste propuesto por el Gobierno implica un incremento de $6.000, equivalentes a cerca de un 60% del precio actual del ACPM. Este combustible representa aproximadamente el 40% de los costos del sector transportador y un incremento en su precio causará una subida en los valores de los fletes y los pasajes de bus, repercutiendo en el costo final de diversos productos y servicios.
En Colombia, los fletes representan los costos que los transportadores deben asumir por el servicio de transporte de mercancías. Estos pueden variar en función de diversos factores, como el peso, el volumen de la carga, la distancia del recorrido y el tipo de mercancía transportada.
Existen dos tipos principales de fletes:
- Flete fijo: se calcula tomando el peso real de la carga y multiplicándolo por la tarifa por kilo correspondiente a esa ruta específica.
- Flete variable: también conocido como costo de manejo, es un porcentaje del valor declarado de la mercancía.
Además, los fletes están sujetos a obligaciones fiscales y parafiscales, lo que implica que las empresas de transporte deben retener un porcentaje del valor del servicio y pagarlo a las entidades correspondientes.
Con base en lo anterior, la Asociación Colombiana de Camioneros señaló que esta medida impactará el costo de vida de unos 50 millones de colombianos. “Este incremento afectará directamente no solo a los 4.000 más ricos del país, sino a todas las familias transportadoras y a la canasta familiar”, declaró la junta directiva de la asociación.
El ajuste al precio del ACPM se realizará en tres fases hasta alcanzar el precio de paridad internacional, estimado en $15.000. Durante los últimos cinco años, el precio de este combustible se mantuvo congelado.
Según datos de la firma de analítica Imétrica, el incremento del ACPM afectará gravemente al transporte de carga. Este impacto no solo se reflejará en el aumento de los fletes, sino también en los costos de producción y distribución de insumos esenciales.
De hecho, alrededor de los impactos en el transporte de carga, la firma asegura que subir el precio del ACPM en cerca de $2.000 para este mes aumentará en un 7,83 % en promedio el SiceTac, pero advierte que podría presentarse en un incremento de hasta 10% en ciertas rutas.
Según los cálculos de Juan Pablo Matiz, director de Imétrica, se estima que la ruta más afectada por esta alza será Buenaventura – Cali, con una variación de 9,28%, seguida de Buenaventura – Yumbo, con 9,25%, Buenaventura – Buga, con 9,23%, Bucaramanga – Cúcuta, con 8,9% y Buenaventura – Medellín, con 8,64%.
Otras rutas que verán un incremento será el recorrido Buenaventura – Bogotá, con 8,23%, Cúcuta – Barranquilla con 8,22% y Medellín – Barranquilla con 7,96%.Al final de la subida de los $6.000, el impacto en el incremento sería del 23,5% y en algunas rutas de hasta el 30% (aquellas de menos de 100 kilómetros con alta composición de terreno montañoso), según el portal de datos.
”Hoy día estamos viendo cómo por la baja o nula rentabilidad en la actividad del transporte, sumado a los diferentes factores que afectan la productividad del sector (bloqueos por comunidades inconformes, cierres viales por afectaciones de la naturaleza o daños en la infraestructura y la creciente ola de inseguridad) y por los bajos niveles de carga por cuenta de la reducción o estancamiento en los sectores que demandan el servicio de transporte como lo son minería (-3.3%), industria (-1.6%), comercio (0,2%) y construcción (2,4%) son menos los vehículos que se despachan”, indicó Nidia Hernández, presidenta de Colfecar.
A pesar de las ventajas económicas a largo plazo que algunos sectores destacan, el aumento en el precio del ACPM genera preocupación por el debilitamiento del poder adquisitivo de las familias colombianas. El incremento de costos en el sector transportador podría traducirse en una inflación generalizada de productos y servicios básicos.
La medida también ha avivado el debate sobre la sostenibilidad del Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles (Fepc), cuya existencia parece tener los días contados. El ajuste gradual del ACPM es una respuesta a las demandas de una economía que busca adaptarse a los estándares internacionales y liberar finanzas públicas.
Con un horizonte económico marcado por esta subida de precios, los próximos meses serán fundamentales para observar cómo se adaptan los distintos sectores de la economía colombiana a esta nueva realidad. El rol del Gobierno en mitigar los efectos adversos y en gestionar la transición será crucial.