Pese a que cada día surgen más leyes y medidas para formalizar y regular la importante labor de las trabajadoras domésticas, aún sigue siendo un escenario de preocupación debido a las condiciones precarias y de abuso en las que algunas trabajan.
A propósito, el informe Propuestas para la Formalización del Trabajo Doméstico en Colombia, que realizó la Universidad del Rosario, en colaboración con la Corporación para el Desarrollo de la Seguridad Social (Codess), dejó al descubierto que las jornadas laborales de las trabajadoras domésticas, que representan el 98% del sector en comparación con los hombres, varían entre 8 a 11 horas diarias; a esto, sumándole que, en algunos casos, los salarios no superan el 50% del mínimo legal vigente.
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Lo anterior no solo se ve reflejado en las grandes urbes del país, sino también en las áreas rurales, donde la brecha desigual de salarios es aún mayor. “En las zonas urbanas, estas trabajadoras suelen estar empleadas en hogares de clase media alta, mientras que en las áreas rurales enfrentan condiciones mucho más precarias”, sostuvo el informe.
Del mismo modo, el análisis detalló que cerca la mayoría de los trabajadores domésticos están entre los 30 y 50 años con experiencia laboral que superan los 20 años.
“El perfil del trabajo doméstico en Colombia está altamente feminizado, con un 98 % de mujeres, muchas de las cuales son jefas de hogar. Las disparidades regionales son marcadas: el 84 % de las trabajadoras se concentran en áreas urbanas, especialmente en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali”, explicó Darwin Cortés, profesor e investigador de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, que lideró el estudio.
Trabajadoras domésticas no tienen acceso a seguridad social
Otra de las preocupaciones que evidenció el análisis es que, por ejemplo, en Bogotá, tener seguridad social es un lujo para este sector productivo del país, pues el 70% de las trabajadoras domésticas no están vinculadas a este pago obligatorio que deben cumplir los empleadores; asimismo, establece que en la capital colombiana el 40% reporta ingresos por debajo del salario mínimo mensual vigente.
En las zonas rurales del país el panorama no mejora, debido a que el 65% de las trabajadoras perciben ingresos por debajo del 50 % del salario mínimo legal y solo el 30% accede a seguridad social.
“Las trabajadoras rurales, especialmente en departamentos como Antioquia, Santander y Cundinamarca, enfrentan condiciones de extrema precariedad debido a la falta de contratos formales y a la ausencia de mecanismos de protección laboral”, comentó Diana Londoño, investigadora principal del estudio.
Adicionalmente, según el estudio, los trabajadores domésticos, en especial las mujeres, enfrentan retos como largos desplazamientos, estrés laboral y bajos salarios. Jhon Marulanda, investigador de Codess, indicó que problemas como la falta de inspección, la estigmatización y las barreras económicas son los mayores obstáculos para estos trabajadores. “En Bogotá, el tiempo promedio de desplazamiento es de 1.5 horas, mientras que en las zonas rurales puede alcanzar hasta 3 horas diarias, afectando gravemente la calidad de vida de las trabajadoras”, apuntó Marulanda.
Alternativas que plantea el estudio
César Valderrama, investigador del proyecto, sugiere que Colombia podría beneficiarse de las estrategias implementadas en países como Argentina, Brasil y Uruguay, que han mejorado la protección de los trabajadores domésticos mediante regulaciones específicas. Estas estrategias incluyen la reforma de la Ley 278 de 1996 para incluir a los sindicatos de trabajadores domésticos en la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales.
Asimismo, entre las recomendaciones del estudio también se destaca el fortalecimiento de la inspección laboral, la promoción de la afiliación sindical y el uso de nuevas tecnologías para facilitar la formalización de contratos y el acceso a la seguridad social.
Una de las innovaciones propuestas es una herramienta tecnológica llamada DigniHogar, que facilitará a empleadas y empleadores de servicio doméstico la disposición de una plantilla de contrato ajustada y un desglose de los costos de seguridad social.