La semana pasada, el presidente de la República, Gustavo Petro, anunció con gran desazón que la menor de sus hijas, Antonella Petro, se iba del país, y aunque se trataría de una actividad de intercambio académico, el mandatario aseguró que en esa decisión influyó la persecución en contra de ella, como consecuencia de su gestión en el Gobierno Nacional.
“Mi hija ha sufrido persecución psicológica y, sin ser ella culpable, Antonella fue sufriendo, más o menos, las consecuencias de ese fascismo creciente en la sociedad colombiana, en sus clases pudientes, en sus clases medias altas, que no pueden entender por qué la prioridad de un Estado tiene que ser acercarse y abrazar al pobre”, sostuvo el viernes 30 de agosto en su discurso durante la posesión de la nueva defensora del Pueblo, Iris Marín.
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Este viaje provocó tanta aflicción en el jefe de Estado, al punto que no asistió a otro evento que tenía agendado con los magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
“He despedido a muchos de mis hijos, todos, uno tras otro (...) A través de los años fui despidiéndolos, se fueron dispersando por el mundo. Mi última hija se va”, insistió el viernes.
Por esa dolorosa despedida, muchos de los aliados del mandatario se solidarizaron con el mandatario, como fue el caso del director del Departamento de Prosperidad Social (DPS), Gustavo Bolívar.
“Como padre, entiendo la tristeza de nuestro Presidente. Soy testigo del inmenso amor que se tienen con Antonella. Los entiendo porque extraño a mis hijos y a veces pienso si valdrá la pena el sacrifico de privarme y privarlos de tantos momentos hermosos en familia (sic)”, dijo en su cuenta oficial de la red social X.
A estas muestras de empatía se sumó la cantante de folclor del Caribe Diana Hernández, que en el mundo artístico se conoce como María Mulata, que responsabilizó de esa decisión a los contradictores del mandatario.
“Lo que le pasó Antonella, es la muestra de que en más de 20 años de gobiernos opuestos a este, no había existido una oposición tan descarada, tan amargada, tan inhumana, tan atroz y tan llevada por la irracionalidad. Allí hay gente de la peor calaña de nuestra sociedad (sic)”, afirmó.
Esa aseveración fue criticada por Ángela María Orozco, que fue ministra de Transporte durante el Gobierno de Iván Duque, quien precisamente recordó como los hijos del expresidente y de la exvicepresidenta Marta Lucía Ramírez sufrieron del matoneo en las redes sociales.
“Falso. La VP (...) sacó a su hija del país de un día para otro siendo Ministra. Su hija cerro redes sociales ante el acoso del que fue objeto cuando su bebé nació. Marta Lucía nunca se victimizó, no dejó de trabajar ni un día, cumplió con el pais. Es la diferencia (sic)”, reveló ese desconocido episodio durante la administración predecesora de Petro.
Además, citó el caso similar que ocurrió con los descendientes de Duque, que también padecieron de persecución en las redes sociales.
“Y a los hijos de 13, 8 y 6 años del Presidente Iván Duque los pusieron hasta de imagen de un juego de mesa que las bodegas de oposición reportaron a más no poder. Y jamás la vi a usted criticando este acoso (sic)”, afirmó en su cuenta oficial en la red social X.
Finalmente hizo una reflexión acerca de las consecuencias de inmiscuir a los hijos menores de edad, cuando se busca demeritar una administración nacional.
“El acoso e insultos personales por pensar diferente tristemente lleva años en Colombia y no ha respetado ni a lo más valioso de una sociedad que son sus niños. Es reprochable siempre, no solo cuando ocurre con aquellos cuyas ideas compartimos (sic)”, agregó.