En un debate en el Concejo de Bogotá, la crítica situación del sistema de transporte público de la capital quedó al descubierto, con el concejal Juan Daniel Oviedo liderando una discusión que expuso los graves problemas que afectan a miles de ciudadanos diariamente. A pesar de la implementación del Fondo de Estabilización de Tarifas (FET), destinado a equilibrar la financiación del sistema, este acumuló un déficit anual de 3,2 billones de pesos, principalmente en el componente zonal, es decir, los buses que circulan por rutas mixtas y no exclusivas como las de TransMilenio.
El concejal Oviedo, aprovechando su experiencia como exdirector del Dane, presentó cifras alarmantes que mostraron cómo la capacidad operativa del sistema disminuyó considerablemente. Desde 2019, el número de buses en operación se redujo en un 13,6%, pasando de 13.716 unidades a tan solo 11.855 en la actualidad. Esta disminución contribuyó a que los ciudadanos se enfrenten a buses cada vez más llenos y a tiempos de espera más largos, aumentando el malestar general con el servicio.
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El debate también sacó a relucir otros problemas críticos, como la alta evasión en el pago de pasajes, estimada en un 35%, y la inseguridad creciente en ciertas zonas de la ciudad, lo que agrava aún más la percepción negativa del sistema. El concejal Emel Rojas presentó encuestas que revelaron un descontento significativo entre los usuarios: el 60% de los encuestados expresó insatisfacción con la frecuencia de los buses, mientras que el 55% se quejó de las condiciones de la infraestructura.
Esta insatisfacción no es un simple malestar pasajero, también tuvo consecuencias directas en la movilidad de la ciudad. Según Oviedo, entre 2019 y 2023, el número de pasajeros transportados se contrajo en un 15,7%, lo que indica que muchos usuarios optaron por alternativas como la motocicleta para evitar las incomodidades del sistema de transporte público.
Durante el debate, Oviedo enfatizó la necesidad de buscar soluciones innovadoras para enfrentar estos desafíos. Señaló que no basta con esperar que el gobierno nacional cubra los faltantes del FET; es crucial que se discutan y desarrollen nuevas alternativas de financiación que puedan ayudar a cerrar el déficit y mejorar el servicio.
Al final del debate, el mensaje fue claro: los usuarios del sistema de transporte público merecen un mejor servicio, con menores tiempos de desplazamiento, más buses disponibles y, en general, una mayor calidad en la prestación del servicio. Los concejales instaron a la administración distrital a tomar medidas urgentes y creativas para solucionar los problemas que afectan a millones de bogotanos cada día.
La importancia del sistema de transporte
La ausencia de un sistema de transporte público eficiente en Bogotá tendría graves implicaciones para la ciudad, afectando tanto la economía como la calidad de vida de sus habitantes. La falta de transporte público obligaría a millones de personas a buscar alternativas costosas e ineficientes, como el uso de vehículos particulares o motocicletas, lo que incrementaría considerablemente la congestión vial.
Este aumento en el tráfico no solo generaría mayores tiempos de desplazamiento, también contribuiría a un incremento en la contaminación ambiental, empeorando la calidad del aire en una ciudad ya afectada por altos niveles de polución.
Además, la ausencia de un sistema de transporte accesible y confiable limitaría la movilidad de los ciudadanos, afectando su capacidad para acceder a oportunidades laborales, educativas y de servicios. Esto podría profundizar la desigualdad social, ya que los más afectados serían los habitantes de sectores periféricos y de bajos ingresos, quienes dependen en mayor medida del transporte público para su día a día.
En el ámbito económico, un colapso en el sistema de transporte tendría repercusiones directas sobre la productividad de la ciudad. La imposibilidad de desplazarse de manera eficiente aumentaría el ausentismo laboral y reduciría la competitividad de las empresas, afectando negativamente el crecimiento económico. Asimismo, la reducción en la cantidad de personas que pueden movilizarse para realizar compras y acceder a servicios impactaría negativamente el comercio local.