Migración Colombia reportó que ha recibido un nuevo vuelo con 28 colombianos deportados desde Panamá en el Aeropuerto Internacional José María Córdova de Medellín, conocido como AeropuertoMDE.
Estos ciudadanos cruzaron de manera irregular la peligrosa zona del Tapón del Darién, una travesía que este año ha visto a unos 230.000 migrantes llegar a Panamá.
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El vuelo que arribó forma parte de un esfuerzo coordinado entre Migración Colombia y su contraparte en Panamá, según comunicó la entidad migratoria colombiana en sus redes sociales. Este sería el segundo vuelo de repatriación en menos de una semana, reflejando un incremento en las medidas para controlar el flujo migratorio irregular a través de uno de los pasos más peligrosos de América Latina.
El tapón del Darién, una vasta zona selvática que divide a Colombia y Panamá, se ha convertido en un punto crítico para los migrantes que buscan llegar a Norteamérica. Las peligrosas condiciones del terreno, sumadas a la presencia de grupos armados y la falta de infraestructura, convierten esta travesía en un reto extremo que, no obstante, muchos se ven forzados a enfrentar a la búsqueda de mejores condiciones de vida.
Migración Colombia, destacando el trabajo de su Grupo de Policía Judicial, mencionó que el vuelo recibido en el Aeropuerto Internacional José María Córdova es parte de los esfuerzos conjuntos con las autoridades panameñas para enfrentar el fenómeno migratorio que afecta a miles de personas cada año. La entidad reafirmó su compromiso en garantizar la seguridad e integridad de los nacionales retornados.
Crisis migratoria en Panamá: tragedias en el Darién y aumento de deportaciones
El 24 de agosto, Panamá deportó a 30 personas de nacionalidad colombiana, elevando a 395 el número de deportados colombianos en ese país durante 2024, según informó Infobae. Esta cifra se encuentra en el contexto de una política migratoria más estricta implementada por el gobierno panameño bajo la administración del presidente José Raúl Mulino.
Desde que Mulino asumió la presidencia, Panamá ha estado enfocando esfuerzos en mitigar el flujo constante de migrantes a través del tapón del Darién, la única frontera terrestre entre Panamá y Colombia. Aunque una de las promesas de campaña de Mulino fue cerrar el Darién, esa meta no se ha concretado. Sin embargo, se ha implementado una estrategia conjunta con Estados Unidos que se basa en la deportación de migrantes que intentan llegar a Norteamérica de manera ilegal.
Este año ha sido especialmente trágico para quienes intentan cruzar el Darién. Autoridades panameñas han revelado que varias personas han perdido la vida en el intento, aunque el número exacto de fallecidos no fue especificado en el reporte.
El director del Servicio Nacional de Migración de Panamá, Roger Mojica Rivera, explicó que dentro del grupo de colombianos deportados, algunos fueron expulsados debido a antecedentes penales. Infobae citó a Mojica Rivera diciendo: “Hay un expulsado por cumplimiento de pena por tráfico de drogas y el resto son personas con antecedentes penales por tráfico de armas, drogas, homicidio, agresión a las autoridades, nexos terroristas, entre otros delitos”.
La situación migratoria en Panamá no solo afecta a colombianos. También han sido deportados migrantes de Ecuador, Venezuela y India. Estas medidas forman parte de un enfoque más amplio para enfrentar la crisis migratoria en la región, aunque han sido fuertemente criticadas por organizaciones de derechos humanos, que han señalado que a pesar de la implementación de estas políticas, los problemas subyacentes de la migración no se están resolviendo, destacó Infobae.
La complejidad de la situación en el Darién se agrava por la peligrosidad del cruce. El Darién es una región selvática conocida por ser una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo. Los migrantes enfrentan numerosos riesgos, incluidos la fauna peligrosa, las enfermedades y la presencia de grupos armados.
La estrategia combinada con Estados Unidos ha implicado también un endurecimiento de las leyes migratorias y un aumento significativo en la vigilancia de la frontera, lo cual ha llevado al incremento de las deportaciones.
Los desafíos que enfrentan los gobiernos de Panamá y Colombia en este tema son significativos. Las políticas de deportación y expulsión son solo una parte de un problema migratorio más amplio que incluye factores económicos, sociales y de seguridad en la región