Un grupo de ciudadanos con alto poder adquisitivo habrían sido los perfiles que captó el reconocido empresario Felipe Rocha, que montó una pirámide prometiendo jugosas ganancias a los que decidieran apostarle al “negocio”, que consistía en invertir en un fondo ganadero destinado al engorde de reses.
Tras las denuncias de los estafados, Rocha se entregó a las autoridades y ahora está en un proceso con la Fiscalía General de la Nación para llegar a un preacuerdo de rebaja de pena y compensación a las víctimas. Por ello, luego de haber sido aplazada la audiencia de acusación, el miércoles 28 de agosto, por común acuerdo, se declaró que la audiencia se realizará el 22 de noviembre, a las 8:30 a. m., donde se espera que al ganadero se le impute, además del delito de estafa, el de lavado de activos.
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Entre tanto, W Radio conoció en qué consistiría el plan con el que se piensa responder a los afectados, teniendo en cuenta que de acuerdo con la Superintendencia de Sociedades, los activos totales de Rocha, que se encuentra recluido en la cárcel La Modelo de Bogotá, superan los $30.000 millones, mientras que la suma con la que estafó a 63 personas ascienden a los $15.408 millones, pues algunos invirtieron en el negocio fraudulento entre $1.000 y $4.000 millones.
En ese orden de ideas, Mónica Macías, liquidadora de Supersociedades, indicó que cada una de las víctimas recibiría $680.000 y, adicionalmente, se les adjudicará una finca que está arrendada para el cultivo de flores por valor de $40 millones mensuales.
“Nosotros les vamos a pagar el 100% a los afectados. Se va a pagar con un inmueble ese mueble es el lote en donde está el cultivo de flores que está arrendado”, dijo textualmente Macías a W Radio.
Ante las quejas de algunos afectados que reclaman el dinero en efectivo y no están conformes con el método de recuperación del dinero, la liquidadora señaló que el lote adjudicado es productivo y se pensó netamente en las víctimas. “Había más lotes y yo lo que hice fue pensando en los afectados adjudicar el lote que está arrendado”, anotó.
La propuesta es crear un fideicomiso para gestionar los recursos del arrendamiento y planificar una posible venta del terreno. No obstante, algunas víctimas preferirían que la propiedad se venda para recuperar su inversión sin intereses.
Felipe Rocha y la estafa
Felipe Rocha es miembro de una prominente familia ganadera y, al recuperar viejas amistades tras un período en el extranjero, les ofreció una tentadora inversión en su negocio ganadero respaldado por las fincas de su familia en Ibagué y la sabana de Bogotá. Estas propiedades supuestamente garantizaban una inversión segura y generosa, lo que atrajo a muchos empresarios bogotanos a confiar sus fondos.
La mayoría de estos inversionistas pertenecían a la elite social y económica. Entre ellos, algunos con estudios en prestigiosas universidades internacionales y experiencia en finanzas cayeron en la trampa. En un principio, el negocio parecía sólido y los dividendos se pagaban puntualmente, pero a medida que Rocha adoptaba un estilo de vida cada vez más ostentoso, surgieron las primeras señales de alarma.
Conforme se complicó la situación financiera, Rocha empezó a aceptar fondos de dudosa procedencia y ofrecía excusas ante los crecientes atrasos en los pagos, utilizando fotos manipuladas de camiones de ganado para apaciguar las inquietudes de sus clientes. Eventualmente, las mentiras y incumplimientos de Rocha comenzaron a hacerse evidentes, lo que llevó a muchos inversionistas a buscar asistencia legal, según citó Revista Alternativa.
El esquema financiero de Rocha atrajo inicialmente a sus conocidos de siempre, quienes se reunían frecuentemente en clubes sociales como Country, Los Lagartos, Nogal y Metropolitan, tal como conoció el medio reseñado. Posteriormente, nuevos inversionistas atraídos por las historias de altos rendimientos también se unieron, incrementando las entradas financieras hasta que los pagos se volvieron insostenibles.