El túnel derecho de Hidroituango, clave en la emergencia de 2018, será finalmente taponado en septiembre, según información revelada por EPM.
John Maya Salazar, gerente general de Empresas Públicas de Medellín (EPM), declaró que este bloqueo definitivo marcará un hito en el megaproyecto hidroeléctrico, conocido por los riesgos que ha presentado desde su incidente hace seis años.
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El tapón del túnel se completará a mediados de septiembre y cerrará una fase crítica de seguridad en el proyecto. Dicho túnel se destapó súbitamente en abril de 2018, cuando la construcción tenía un avance del 92%.
La temporada de lluvias de ese año jugó un papel clave en el colapso de la Galería Auxiliar de Desviación (GAD), lo que interrumpió el flujo controlado del río Cauca en la zona del proyecto. Este incidente generó una creciente súbita que afectó gravemente el avance de las obras.
De acuerdo con Maya, el taponamiento del túnel ha sido un proceso complejo con múltiples fases. “El taponamiento del túnel derecho ha tenido varias fases y ya terminamos la tercera”, explicó. “Se realizaron dos pretapones de 10 metros por 14 cada uno. El tapón definitivo, de 22 metros, se espera tenerlo listo a mediados de septiembre”.
Este movimiento es parte de las medidas para asegurar que la megaobra, cuya presa de más de 200 metros es fundamental, pueda finalmente entrar en pleno funcionamiento para 2027.
Hidroituango, con su presa de más de doscientos metros, es uno de los proyectos hidroeléctricos más importantes del país. La desviación del cauce del río Cauca fue esencial para la construcción de la presa, y la contingencia en 2018 puso en riesgo tanto el proyecto como a las comunidades cercanas. En ese año, el 12 de mayo, una creciente del río alcanzó los 6.000 metros cúbicos por segundo, exacerbando la situación ya crítica.
A pesar de los avances, persisten riesgos inherentes a proyectos de esta envergadura, reconoció el gerente de EPM. Sin embargo, la finalización del taponamiento del túnel derecho despeja el camino para los próximos pasos del proyecto. Este desarrollo es crucial no solo para la integridad de la infraestructura, sino también para brindar mayor seguridad a las comunidades afectadas por eventos previos.
Hidroituango con cuatro maquinas operando
Maya Salazar indicó que tres pilares que EPM ha seguido tras superar contingencias: la preservación de la vida, el respeto ambiental y la recuperación del proyecto. “De las ocho máquinas que contempla el proyecto, ya tenemos cuatro en funcionamiento”, destacó, añadiendo que no se reportaron muertes durante la construcción y que se ha cumplido con el manejo ambiental adecuado.
A futuro, se proyecta que, para el año 2027, las otras cuatro máquinas estén operativas. Este avance será fundamental para cubrir los déficits energéticos que enfrenta el país. Maya enfatizó la importancia de las cuatro máquinas actualmente en operación, mencionando que su funcionalidad evitó un racionamiento energético durante el más reciente fenómeno del Niño, mostrando así el impacto positivo que Hidroituango está trayendo al sector energético colombiano.
El evento, titulado “Gran foro de Hidroituango”, tuvo lugar en el auditorio Himerio Pérez y sirvió como plataforma para compartir experiencias y aprendizajes del proceso de construcción y operación de este ambicioso proyecto hidroeléctrico. Además, se resaltó el compromiso de EPM con las comunidades locales y el medioambiente durante las diferentes etapas del proyecto.
EPM realizó este evento con la intención de poner en perspectiva el desarrollo y los desafíos enfrentados a lo largo del proceso de construcción de Hidroituango. Según la empresa, estas iniciativas no solo apuntan a satisfacer la demanda energética del país, sino también a impulsar el progreso de las regiones afectadas.
La emergencia del 2018
En abril de 2018, una emergencia sacudió el megaproyecto hidroeléctrico Hidroituango en el departamento de Antioquia, Colombia. El colapso de la Galería Auxiliar de Desviación (GAD) durante la construcción, que estaba al 92% de avance, interrumpió el flujo controlado del río Cauca, causando una inundación que afectó a las comunidades cercanas y retrasó el proyecto.
El colapso en la Galería Auxiliar de Desviación fue provocado por fuertes lluvias y la inestabilidad del terreno, según informes. Dicho túnel desempeñaba un papel crucial al desviar el caudal del río Cauca durante la construcción de la presa. La súbita creciente puso en riesgo a las poblaciones aguas abajo, generando una situación de emergencia que requirió una rápida respuesta por parte de las autoridades y Empresas Públicas de Medellín (EPM), la entidad a cargo del proyecto.
Las comunidades impactadas por la inundación experimentaron desplazamientos y daños materiales significativos. EPM priorizó la gestión del riesgo y la atención a estas comunidades, estableciendo medidas de respuesta para mitigar el impacto de la crisis. La entidad ha trabajado desde entonces en la implementación de soluciones a largo plazo.