El 3 de agosto de 2024 expiró el cese al fuego bilateral entre el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), un hito que marcó un punto crítico en el proceso de paz que se había mantenido en un delicado equilibrio. Desde entonces, los atentados perpetrados por el ELN en Arauca y Norte de Santander han puesto de relieve la fragilidad de la situación actual, evidenciando la urgencia de retomar las negociaciones que ahora se encuentran en pausa.
El viernes 30 de agosto, la delegación de diálogos del Gobierno reaccionó a la escalada de violencia, emitiendo un comunicado en el que reafirma la importancia de reanudar las conversaciones con la guerrilla.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
“Nuestra delegación reitera la necesidad de volver a los diálogos en la mesa establecida y plenamente vigente con el ELN”, señala el documento, subrayando la disposición del Gobierno para abordar los temas pendientes y buscando un nuevo acuerdo que permita reinstaurar el cese al fuego bilateral.
El comunicado también hace un llamado a la guerrilla para que actúe con responsabilidad frente al proceso de paz, instándola a “prorrogar a la mayor brevedad el cese al fuego y reafirmando su disposición para abordar todos los temas planteados en el contexto de estos diálogos de paz”.
En consonancia con esta postura, Otty Patiño, comisionado de paz, se pronunció sobre la situación actual de las negociaciones, expresando su preocupación por el estancamiento en el diálogo. “En este momento no hay mesa, en la práctica no hay mesa. Están perdiendo la oportunidad de la paz y se está creando una fisura muy fuerte entre las bases del ELN y la población que alguna vez los apoyó”, afirmó Patiño, señalando el peligro de que el proceso de paz se desmorone si no se toman medidas correctivas de inmediato.
Por su parte, Antonio García, máximo comandante del ELN, rompió el silencio para responder a las declaraciones y rumores que han circulado en torno a la situación actual. En un mensaje contundente, García afirmó que el ELN no se siente afectado por el hecho de que no se les haya retirado de la lista de Grupos Armados Organizados (GAO) del Gobierno colombiano.
“El ELN no está descontento porque no lo hayan sacado de la lista de los Gaos, pues el ELN sabe que está negociando con quien se enfrenta política y militarmente. No se trata de estar contentos o amargados”, declaró García, desmintiendo las versiones que han circulado en algunos medios de comunicación. En su mensaje, el líder guerrillero insistió en que no han colocado ningún ultimátum al Gobierno, una afirmación que busca aclarar malentendidos generados en la opinión pública.
García también arremetió contra el Gobierno, acusándolo de no cumplir con los acuerdos previamente alcanzados en la mesa de negociaciones. “El congelamiento de la mesa es por el incumplimiento de ese acuerdo y otros cuantos”, señaló el comandante, insinuando que la paralización del proceso de paz no se debe a la falta de voluntad del ELN, sino a lo que él considera una falta de compromiso por parte del Gobierno.
Las palabras de García resaltan un punto de vista que contrasta fuertemente con las declaraciones del Gobierno, revelando la profundidad de la desconfianza que ha surgido entre ambas partes. “En cualquier negociación, la parte que acepta incumplimientos, acepta imposiciones y por tanto claudica”, concluyó García, dejando claro que el ELN no está dispuesto a continuar las negociaciones bajo las actuales condiciones.
Este cruce de declaraciones entre el Gobierno y el ELN subraya la complejidad del proceso de paz en Colombia, en un momento en que cualquier avance parece depender de un frágil equilibrio entre la diplomacia y la realidad en el terreno. Mientras tanto, las comunidades afectadas por el conflicto en regiones como Arauca y Norte de Santander continúan viviendo en un estado de incertidumbre, esperando que las partes puedan encontrar un camino para retomar las negociaciones y alcanzar una “paz duradera” que tanto les han prometido.