Padres en Cali vivían un infierno por los maltratos de su hijo ciego: hasta electrodomésticos les tiraba

El maltrato intrafamiliar es un mal silencioso que viven muchos hogares del territorio nacional. Algunos suceden por trastornos mentales, consumo de alucinógenos o como parte de la terrible crianza de los agresores.

A propósito, en el barrio Atanasio Girardot, en el oriente de Cali, se conoció el caso de Julio César Rodríguez Aros, un hombre con discapacidad visual que ejercía maltrato físico y verbal contra sus propios padres.

Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.

De acuerdo con las autoridades que conocieron los hechos, el sujeto, que llegó a vivir en la casa luego de que quedara ciego como consecuencia de un robo, era un consumidor activo de drogas, estado que aprovechaba para atacar con contundencia a sus familiares, a quien los golpeaba con sillas, electrodomésticos y todo lo que tuviera a la mano.

Por esta razón, fue el padre del agresor el que decidió denunciarlo por maltrato intrafamiliar ante las autoridades competentes. Por ello, el Rodríguez Aros fue capturado y enviado a la cárcel por un juez de control de garantías.

Cabe recordar que, una situación similar vivía una madre en Tuluá (Valle del Cauca), que era víctima recurrente de su propia hija, quien le llegó a lanzar hasta una sopa caliente provocándole graves heridas.

Las autoridades acudieron al llamado ciudadano el miércoles 24 de enero de 2024, en el que reportaban que una mujer estaba siendo agredida en una vivienda vecina, ubicada en el barrio Popular, en el corazón del Valle.

Al llegar al lugar, los uniformados encontraron en flagrancia a una mujer de 39 años, golpeando en repetidas ocasiones a su propia madre, una adulta mayor. “La Policía Nacional recibió una llamada por un caso de violencia intrafamiliar; hasta allí una patrulla de la policía hizo presencia, logrando capturar en flagrancia a una mujer de 39 años de edad, momentos en que golpeaba a su progenitora”, dijo el teniente coronel Nicolás Suárez, comandante del segundo distrito de la Policía de Tuluá.

De acuerdo con lo indicado por las autoridades, no era la primera vez en que la indiciada maltrataba a su progenitora, pues tenía un extenso prontuario delictivo relacionado con violencia intrafamiliar. “La persona imputada registra tres anotaciones judiciales por este mismo delito”, añadió el teniente coronel.

Por ello, la agresora fue enviada a un establecimiento carcelario y fue imputada por un juez de control de garantías por el delito de violencia intrafamiliar.

Durante los primeros seis meses de 2024, cerca de 78.000 personas en Colombia denunciaron haber sido víctimas de violencia intrafamiliar, según datos de la Policía Nacional, lo que registró un aumento alarmante del 52 % en comparación con el mismo periodo de 2023.

La mayor concentración de denuncias se localiza en Cundinamarca, que experimentó un incremento del 90 % en relación con el primer semestre del año pasado. Otros departamentos con aumento significativo de denuncias por violencia intrafamiliar incluyen Antioquia (22 %) y Valle del Cauca (55 %). En términos de ciudades, Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena y Soacha son las que presentan mayor número de casos.

En Bogotá, con 28.088 denuncias, la cantidad de casos se duplicó respecto al mismo periodo de 2023. Medellín, por su parte, es la segunda ciudad del país con más denuncias, alcanzando las 5.669. Le sigue Cali, con 3.167 denuncias.

Los datos revelaron que el 75 % de las víctimas a nivel nacional son mujeres. Según Lina Buchely, directora del Observatorio para la Equidad de las Mujeres de la Universidad Icesi y la Fundación WWB Colombia, citada por Semana, “empezamos 2024 con un notable decrecimiento de la autonomía económica de las mujeres, lo que nos hace menos dueñas de nuestras propias vidas”. Además, enfatizó la importancia de la soberanía económica para las mujeres como un factor clave para poder salir de los ciclos de violencia intrafamiliar.

Los datos indican una gran preocupación, ya que en años anteriores las denuncias por este delito mostraban una tendencia a la baja. Entre 2022 y 2023, se había registrado una disminución del 17 %, y del 1 % entre 2021 y 2022.