Armando Benedetti, embajador de Colombia ante la FAO, se enfrenta a una posible pérdida de investidura, conocida como “muerte política”, por su supuesta implicación en el escándalo de Centros Poblados, cuando Karen Abudínen era la ministra de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Colombia.
Sin embargo, un delegado de la Procuraduría General de la Nación afirmó que las pruebas contra el exsenador no serían suficientes para demostrar su vínculo en el caso de corrupción.
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Este escándalo estuvo relacionado con un contrato adjudicado por 1,07 billones de pesos a la Unión Temporal Centros Poblados. Según Transparencia Colombia, este escándalo salió a la luz cuando “en junio de 2021 se conoció que la Centros Poblados presentó garantías bancarias falsas con el fin de quedarse con el millonario contrato del ministerio para conectar a poblaciones vulnerables en zonas rurales de Colombia, y que implicó además el giro irregular de un anticipo por $70.000 millones”.
El caso con Benedetti surgió con una demanda interpuesta por el abogado Saúl Villar, quien alegó que Benedetti incurrió en “tráfico de influencias y conflicto de intereses”.
Según el abogado Villar, Benedetti, en su entonces rol de senador, le habría solicitado a la exministra de las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC), Karen Abudinen, que no caducara el contrato de Centros Poblados y lo cediera a una empresa americana, presionándola en su decisión.
La demanda contra Benedetti fue admitida en octubre de 2021 y actualmente se encuentra en su fase final, según informó el diario El Tiempo.
Por qué se desestimarían las pruebas en contra de Benedetti
Durante una audiencia realizada el 23 de agosto de 2024, presidida por el magistrado Hernándo Sánchez Sánchez, Benedetti, su abogado y el delegado de la Procuraduría expusieron sus argumentos. En dicha audiencia, el delegado de la Procuraduría, Jaime Alejandro Díaz Vargas, solicitó desestimar la demanda contra Benedetti, al considerar que las pruebas no demuestran una presión indebida o un uso abusivo de su condición de senador.
El 22 de julio de 2024, el Consejo de Estado recogió el testimonio de Karen Abudinen, quien negó haberse sentido presionada por Benedetti y afirmó que la conversación en cuestión no tuvo nada de irregular. Abudinen detalló que Benedetti únicamente preguntó sobre la situación jurídica del proyecto Centros Poblados y sugirió, sin ejercer presión, la idea de ceder el contrato a otra empresa. Además, la exministra recordó que dicha sugerencia no se materializó y que el contrato finalmente fue caducado y adjudicado a ETB.
Según Abudinen, el entonces senador Benedetti actuó dentro de sus funciones, sin forzar ni coartar la decisión de la ministra. Estas declaraciones fueron consideradas fundamentales por la Procuraduría para desestimar las acusaciones de Villar.
“No se acreditó que Armando Benedetti Villaneda hubiese invocado su condición ante servidor público ejerciendo algún influjo psíquico. No prometió dinero o dádiva, ni pretendió un beneficio en un asunto que el servidor se encontraba conociendo”, afirmó Díaz Vargas durante la audiencia, como citó el diario nacional.
Cuando Benedetti y Abudinen se enfrentaron
En el contexto de las acusaciones, el pleito también se tiene que ver con el enfrentamiento público entre Benedetti y Abudinen, el 27 de septiembre de 2021, cuando ambos intercambiaron las acusaciones en la red social X (en ese momento Twitter). Benedetti criticó la supuesta negligencia o posible implicación de Abudinen en el robo de los fondos del contrato, mientras que Abudinen, por su parte, negó cualquier acusación.
Esto fue lo que dijo Benedetti: “Karen Abudinen trata de justificar su negligencia o posible participación en el robo, la forma como amañaron la licitación y cómo se “abudinearon” la plata, con una supuesta llamada posterior a la adjudicación. ¡Hágame el favor!”.
Por su parte, Abudinen a través de la red social le contestó a Benedetti y le dijo que “no negociaba con corruptos”. Su mensaje fue así: “Senador: le refresco la memoria. Usted sí me llamó, como hicieron otras personas. Su propósito fue el de sugerirme la cesión del contrato a una firma norteamericana. Mi respuesta fue tajante: Caducar el contrato. Yo no negocio, ni cedo ante corruptos”, escribió.