En Ecuador, las autoridades desmantelaron red de narcotráfico con nexos con las disidencias de las Farc

El jueves 29 de agosto, la Policía de Ecuador informó sobre la desarticulación de una presunta red de narcotráfico con vínculos con la banda criminal Los Lobos y con los Comandos de la Frontera, una de las disidencias de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).

El operativo policial denominado Gran Fénix 40 incluyó allanamientos en inmuebles y propiedades ubicadas en cinco provincias de Ecuador.

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Entre los lugares involucradas en los allanamientos fueron Pichincha, cuya capital es Quito; Santo Domingo de los Tsáchilas; la costera Guayas; y las amazónicas Orellana y Sucumbíos, esta última situada en la frontera con Colombia.

Según las autoridades, el trabajo conjunto entre la Policía de Ecuador y la Fiscalía General del Estado posibilitó la operación que resultó en la captura de 18 integrantes de esta organización delictiva dedicada al tráfico internacional de sustancias sujetas a fiscalización y delitos conexos.

“Esta organización trabaja articuladamente con el grupo armado conocido como Los Comandos de la Frontera, y estaría implicada en una serie de actividades ilícitas como: secuestro, extorsión, sicariato, tráfico de armas y explosivos no autorizados; teniendo como base de operaciones en Orellana y Sucumbíos”, indicó la Policía de Ecuador.

Durante el operativo judicial, se ejecutaron órdenes de detención contra varios integrantes de los comandos de la frontera de Colombia, presuntos responsables de generar un patrimonio económico ilícito quienes crearon “un vasto imperio económico que será objeto de investigación para desmantelar tanto la estructura criminal como sus redes financieras, con la incautación de sus bienes muebles e inmuebles, y el bloque de cuentas bancarias dentro del sistema financiero”.

Se estima que esta organización sufrió una afectación económica aproximada de 200 millones de dólares. Esta estructura delictiva había perfeccionado técnicas de lavado de dinero mediante el uso de empresas de fachada, transferencias internacionales y paraísos fiscales.

En el desarrollo de la operación, las autoridades hallaron indicios vinculantes, entre los cuales destacan: 6 vehículos aprehendidos, 29 teléfonos celulares, aAproximadamente 100.000 dólares en efectivo, 16 armas de fuego, 101 cartuchos de diferentes calibres, 4 computadoras y 2 chalecos balísticos.

La Policía Nacional de Ecuador ha capturado a quince integrantes de una banda criminal dedicada a perpetrar robos en entidades financieras e inmuebles empleando falsos operativos policiales. Entre los detenidos se encuentran doce ecuatorianos y tres colombianos.

Tras ocho meses de investigación, las autoridades realizaron un operativo en las provincias de Guayas, Pichincha y Manabí, con el objetivo de desarticular la organización delictiva. Durante el operativo, denominado Gran Fenix 35, se llevaron a cabo 19 allanamientos, en los cuales se incautaron dinero en efectivo, armas, vehículos y prendas utilizadas para disfrazarse durante los delitos.

Freddy Sarzosa, director general de investigaciones de la policía, explicó que los detenidos se hacían pasar por personal de seguridad de transporte de valores e incluso usaban uniformes médicos. Para engañar a sus víctimas, empleaban uniformes, chalecos, botas y cascos similares a los de la policía.

Entre los tres colombianos detenidos, uno ya tenía antecedentes penales en Brasil y Bolivia por robo a entidades bancarias. Sarzosa informó que Mauricio V, de nacionalidad colombiana y apodado “Viejo”, junto con un policía en servicio pasivo, lideraban las acciones de la organización. Ambos contaban con historial delictivo.

Los arrestados formarían parte de un grupo que, además de asaltar entidades financieras y domicilios, estaría presuntamente involucrado en homicidio intencional, secuestro y extorsión.

Desde inicios de 2024, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha elevado la lucha contra el crimen organizado a la categoría de conflicto armado interno. Esta decisión se produce después de que en los últimos años el auge de la violencia criminal haya llevado al país a registrar la tasa más alta de homicidios de Latinoamérica, con 47,2 por cada 100.000 habitantes en 2023.