A partir de noviembre de 2022, los cambios en la reforma tributaria aprobada bajo el liderazgo del exministro de Hacienda José Antonio Ocampo, comenzaron a impactar a los contribuyentes en Colombia.
Estos cambios, respaldados por el Congreso, han generado una fuerte presión económica en los colombianos, quienes en muchos casos están enfrentando pagos mayores y una reducción de beneficios fiscales.
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Los cambios en los topes deducibles y en los rubros que se calculan para la declaración de renta han sido los más notables, menciona en Portafolio Carlos Neira, experto en impuestos y servicios legales de Kpmg. Las nuevas reglas del juego tributario han alterado significativamente las deducciones y la renta exenta que, hasta hace poco, beneficiaban tanto a empleados como a independientes.
Debido a la reforma, sectores diversos han expresado que la reducción anticipada se ha materializado de una manera que afecta en las finanzas personales y empresariales, una situación que nadie previó con la profundidad adecuada en el momento debido.
Ante esta nueva realidad, se espera que esta sirva de base para las discusiones sobre la próxima Ley de Financiamiento que está preparando el Ministerio de Hacienda, con el objetivo de recaudar aproximadamente $12 billones para la Nación para el año 2025.
Los expertos en economía y tributación destacan que la reducción de beneficios fiscales se ha notado principalmente en los montos de deducción permitidos y en la porción de ingresos que pueden ser considerados como renta exenta. Esta situación genera una carga adicional sobre los contribuyentes que anteriormente podían beneficiarse de más desgravaciones.
Para Carlos Neira, uno de los puntos críticos es la modificación en los montos de las deducciones permitidas. La reducción de beneficios fiscales puede resultar en un incremento en el monto a pagar ante la DIAN (Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales).
Este ajuste tiene un impacto directo en las economías familiares y de las pequeñas y medianas empresas que ahora enfrentan un panorama tributario más estricto.
Portafolio informó que la dirección de la reforma apunta a equilibrar las cuentas fiscales del Estado, sin embargo, esto ha llevado a una situación donde los contribuyentes sienten que se les ha apretado el cinturón en comparación con años anteriores.
Los cambios abarcan desde deducciones de intereses de vivienda hasta otros beneficios que anteriormente aliviaban la carga fiscal.
Además, con la próxima Ley de Financiamiento en el horizonte, se prevé que se endurezcan aún más las condiciones tributarias.
Esta legislación busca incrementar la recaudación fiscal del país, pero expertos y diversos sectores temen que pueda agravar las dificultades actuales, si no se estructura de manera que impulse el crecimiento económico y proteja a los más vulnerables.
Los efectos de estas políticas fiscales están bajo observación constante y serán fundamentales en la planificación económica de los próximos años. El reto para el Ministerio de Hacienda y los legisladores será encontrar un equilibrio que permita la sostenibilidad del Estado sin asfixiar a los contribuyentes.
Cuáles fueron los cambios
La Reforma Tributaria de 2022 en Colombia introdujo cambios en los beneficios fiscales para personas naturales y empresas. El Gobierno colombiano optó por reducir y eliminar varias exenciones, con el objetivo de mejorar la equidad fiscal y aumentar la recaudación.
Uno de los principales ajustes afectó a las cuentas AFC (Ahorro para el Fomento de la Construcción), cuyo límite se redujo notablemente de 5.040 UVT a 1.340 UVT. Este cambio incluyó la eliminación tácita de la planeación tributaria en estas cuentas, impactando a quienes utilizaban este método para obtener ventajas fiscales.
Para las personas naturales, también hubo ajustes que afectaron el interés de vivienda y los aportes a cuentas AFPV (Ahorro para el Fomento de la Pensión Voluntaria). Estas modificaciones buscan limitar las estrategias que muchas personas empleaban para reducir su carga tributaria.
En el sector empresarial, la reforma derogó varias tarifas diferenciales que beneficiaban a industrias específicas, como los servicios hoteleros, el ecoturismo, y cultivos de tardío rendimiento como el cacao, caucho y palma de aceite. También se eliminaron exenciones para las empresas editoriales y otros sectores selectos.
Además, se impuso un límite del 3% a los beneficios tributarios que las empresas pueden declarar. Esta medida tiene como objetivo esencial reducir la inequidad horizontal existentes entre diversos sectores productivos, tratando de crear un terreno más equitativo y competitivo para todas las empresas.