Un conductor del sistema de transporte MÍO en Cali fue víctima de una agresión violenta el pasado martes en la terminal de transportes, frente a las instalaciones de Metro Cali.
Según detalles presentados en la denuncia ante la Fiscalía General de la Nación, el agresor, identificado como un presunto paramédico de la empresa Emertrauma, empleó un bate de béisbol para causar daños al vehículo y herir al conductor.
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De acuerdo con lo informado por Metro Cali, el incidente se originó porque el conductor del bus no permitió el paso de una ambulancia. Tras una acalorada discusión, el paramédico golpeó repetidamente la ventanilla del conductor, lo que provocó daño material al bus y lesiones en el rostro del conductor por las esquirlas de vidrio.
Luego del ataque, el agresor huyó del lugar y las autoridades están en su búsqueda. El altercado resultó en daños estimados en alrededor de cinco millones de pesos, como se detalla en la denuncia presentada.
Este evento se enmarca en una preocupante tendencia de agresiones contra los conductores del transporte masivo en la ciudad de Cali.
La empresa Blanco y Negro Masivo, operadora del bus afectado, manifestó su inquietud por la seguridad de sus empleados y solicitó una rápida acción de las autoridades para detener estos actos de violencia.
Según informó El País de Cali, las autoridades locales han iniciado una investigación para identificar al paramédico involucrado en el incidente. Este caso se suma a otros ataques similares, lo que ha generado un clima de inseguridad entre los trabajadores del sistema de transporte masivo MÍO.
Las autoridades consideran este suceso no solo como un ataque aislado, sino como parte de un problema más amplio de seguridad pública que afecta a toda la ciudad. Los habitantes están reclamando medidas más estrictas y efectivas para proteger tanto a los conductores como a los usuarios del sistema.
Crece la violencia juvenil en Cali con el resurgimiento del “güireo”
Dos jóvenes fallecieron el 21 de agosto en el oriente de Cali tras ser víctimas de la violenta práctica conocida como “güireo”. El incidente ocurrió alrededor de las 9:30 p.m. en el polideportivo de un barrio de la zona, donde se reportó el uso de armas de fuego durante los enfrentamientos.
El “güireo”, también denominado “chacaleo”, es un fenómeno que ha ganado terreno recientemente en algunas áreas de Cali, particularmente en la región oriental. Este consiste en enfrentamientos entre grupos de niños, adolescentes y jóvenes, con edades que oscilan entre los 8 y los 20 años, quienes se citan en lugares específicos de la ciudad para agredirse mutuamente con piedras, palos e incluso armas cortopunzantes como machetes.
La administración municipal, liderada por el alcalde Alejandro Éder, enfrenta serias dificultades para controlar estos actos de violencia juvenil. Pese a los esfuerzos desplegados, el incremento de enfrentamientos y otras actividades delictivas preocupa profundamente a la comunidad, que clama por acciones más contundentes y efectivas.
Gustavo Andrés Gutiérrez, director de la biblioteca itinerante Biblioguetto, comentó en El País de Cali el año pasado que el “güireo” resurgió intensamente en el barrio Petecuy hace más de un año y medio. Explicó que estos conflictos se originan, en muchas ocasiones, por disputas territoriales entre las pandillas de jóvenes, que pelean por el control de canchas, parques o cuadras enteras. “Es una práctica peligrosa que ha vuelto a levantar fronteras invisibles en el territorio”, agregó Gutiérrez.
La comunidad afectada insiste en la necesidad de soluciones rápidas y eficaces por parte de las autoridades locales. La violencia urbana en Cali no solo es una amenaza para la seguridad de los jóvenes, sino que también contribuye a la percepción general de inseguridad en la ciudad.
Con la persistencia de estas actividades peligrosas, el reto para la administración municipal y las fuerzas de seguridad es enorme. Buscan estrategias no solo de represión de estos actos violentos, sino también de prevención y educación para ofrecer a los jóvenes alternativas más positivas y menos destructivas.