Estos son los trámites legales que debe hacer cualquier colombiano si quiere casarse

En Colombia, existen dos vías para formalizar una unión matrimonial con validez legal: el matrimonio civil y el matrimonio católico. Ambas formas de matrimonio están reguladas por la ley y requieren ciertos trámites para que sean reconocidos legalmente.

El matrimonio civil se celebra ante un juez civil y es una de las formas más comunes de unir a las parejas en Colombia.

En cuanto al matrimonio católico, este debe seguir los ritos de una religión reconocida por el Estado colombiano. Sin embargo, para que este tipo de unión tenga validez legal, es fundamental que se registre ante una notaría o una autoridad civil. Así lo estipula la Ley 25 de 1992, que establece que los matrimonios religiosos tienen los mismos efectos civiles que un matrimonio civil, siempre y cuando se cumpla con este registro formal.

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Antes de casarse, ya sea de manera civil o religiosa, las parejas deben completar una serie de trámites que aseguran que el matrimonio sea legalmente válido:

• Verificación del estado civil: Es esencial comprobar que no existen impedimentos legales para contraer matrimonio. Esto garantiza que ambas partes estén en pleno derecho de casarse.
• Publicación de edictos o amonestaciones: En el matrimonio civil, los edictos deben publicarse para hacer pública la intención de matrimonio. En el caso de los matrimonios religiosos, se deben realizar amonestaciones en la iglesia.

• Celebración del matrimonio: Ya sea ante un juez civil o en una iglesia, es el momento en el que se oficializa la unión de la pareja.
• Registro del matrimonio: Para que el matrimonio tenga validez legal, debe ser inscrito en una notaría. Este paso es obligatorio para ambos tipos de matrimonio, civil y religioso.
• Reunión de documentos: Las parejas deben presentar los documentos necesarios, como el registro civil de nacimiento y la cédula de ciudadanía.
• Capitulaciones matrimoniales: Si las parejas así lo deciden, pueden establecer acuerdos patrimoniales antes del matrimonio para proteger sus bienes.

Uno de los aspectos más importantes del matrimonio es la posibilidad de firmar capitulaciones matrimoniales. En entrevista con La República, Marilyn Valencia, asistente legal en temas de familia, las capitulaciones permiten a los futuros cónyuges definir cómo se manejarán sus bienes. Estos acuerdos, conocidos también como acuerdos prenupciales, se realizan mediante una escritura pública y establecen de manera clara la inclusión, administración o exclusión de los bienes.

Valencia explicó que aunque los bienes propios no se integran a la sociedad conyugal, los frutos o ganancias que estos generen sí lo harán. Por ello, es importante definir desde el inicio cómo se administrarán o excluirán esos bienes antes de constituir la sociedad conyugal, protegiendo así el patrimonio personal de cada cónyuge.

Este tipo de acuerdos son fundamentales para muchas parejas que desean evitar conflictos patrimoniales en el futuro y asegurar que cada una de las partes mantenga el control sobre sus bienes previos al matrimonio.

Un estudio de tres años de más de 7.600 canadienses de 60 años o más encontró que los hombres que se casaron tenían el doble de probabilidades de “envejecer de manera óptima”, en comparación con los hombres que permanecieron solteros.

De hecho, las mujeres solteras tenían el doble de probabilidades de envejecer de manera óptima que una mujer que había estado casada pero que había perdido a su pareja por muerte o divorcio.

Se cree que conseguir un cónyuge ayuda a los hombres, especialmente, ya que las mujeres asumen un papel activo en el control de su salud.

“Podría ser que las personas casadas se animen mutuamente a adoptar o mantener conductas positivas de salud, como dejar de fumar o hacer ejercicio con regularidad”, señaló el coautor del estudio, David Burnes, profesor de trabajo social de la Universidad de Toronto.

En el nuevo estudio, todos los participantes comenzaron con buena salud y se recopilaron datos sobre qué tan “exitosos” estaban envejeciendo. Según un comunicado de prensa de la universidad, el envejecimiento óptimo se definió como “la ausencia de cualquier afección física, cognitiva, mental o emocional grave que impida las actividades diarias, además de unos niveles altos de felicidad autoinformada, buena salud física y salud mental”.