El auge criminal que tuvo Pablo Escobar en los 80 y 90 provocó que el capo pudiera adquirir múltiples propiedades en Colombia, pero con su muerte en 1993 se reveló que esta práctica no solo se registró en el país y que el líder del cartel de Medellín tenía inmuebles en otros países.
Uno de estos está ubicado en las playas de Tulum, México, que en los 80 no tenía la popularidad de la actualidad y por ello fue escogida por el capo con la idea de tener un espacio en el que podía esconderse tras sostener reuniones con los narcos de ese país.
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Se cree que en 1992 terminó de ser construida la mansión, por lo que Escobar no pudo disfrutar de su inmueble, ya que en ese entonces se había fugado de prisión y el Gobierno colombiano había ordenado al Bloque de Búsqueda encontrar al capo vivo o muerto.
Esto hizo que el terreno fuera abandonado durante varios años, hasta que las autoridades mexicanas asumieron el control de la propiedad y la vendió a Lio Malca, un aficionado al arte que decidió fundar Casa Malca, un complejo hotelero que abrió sus puertas al público en 2015.
Así funciona Casa Malca
Antes de que se estrenara, el oriundo de Nueva York realizó cambios notorios en el inmueble para dejar de lado cualquier tipo de referencia sobre Escobar, esto hizo que se retrasara la apertura del hotel hasta que se tuviera una referencia clara del arte neoyorquino de los 90.
Es por ello que en el hotel hay colecciones de artistas como Keith Haring y Kenny Scharf; además, Malca expone gran parte de sus obras nuevas en este lugar, lo que ha hecho que el complejo se convierta en una galería rotativa en la que han estado esculturas de KAWS o cuadros de Jean-Michel Basquiat.
Es tal el éxito que ha tenido Casa Malca, que la revista Forbes le dedicó un informe en el que resaltaron la labor del norteamericano y la transformación que hizo del inmueble que representaría una herencia de Escobar en México.
“Casa Malca fue diseñada para fusionar el mejor arte contemporáneo del mundo con la relajación y la felicidad más pura. Se encuentra en una de las playas más codiciadas de México, un lugar que nunca pasa de moda. Una de las piscinas de Casa Malca está a la sombra de palmeras rodeadas de un ejército de pacientes hamacas; otra ocupa una caverna fresca y tranquila. El ambiente general, sin embargo, es el de una casa de playa discreta, la casa de un amigo que siempre se siente como en casa. La gran puerta de entrada del complejo está hecha de troncos de árbol; cerca, muebles antiguos cuelgan como columpios. Incluso después de todas las renovaciones modernas de Malca, las raíces de la propiedad siguen brillando”, destacó la revista sobre el complejo hotelero.
Este lugar tiene 42 habitaciones que se encuentran a pocos pasos de la playa, todas están pintadas con una paleta neutra y tienen suelos de cemento lavado. Las “Master Suites” son de 620 pies cuadrados en la habitación y 600 pies cuadrados en una terraza privada al aire libre.
Además del arte, Casa Malca también se destaca por la gastronomía local, puesto que en su restaurante se preparan únicamente recetas con ingredientes locales. “Filosofía, el restaurante principal del hotel, sirve comida mexicana con un toque internacional: tacos, huevos divorciados y pescado fresco están en el menú, pero también camarones, pizza y risotto de remolacha”, destacó Forbes sobre los restaurantes.
Cabe destacar que la cocina está a cargo del chef Jonathan Carbajal, que es reconocido por ofrecer experiencias culinarias desde la ambrosía —plantas herbáceas o arbustivas pertenecientes a la familia de las asteráceas—.