En Cartago, Valle del Cauca, fueron hallados dos cadáveres en avanzado estado de descomposición. Los cuerpos fueron encontrados el martes 27 de agosto en el sector de Piedras de Moler a orillas del río La Vieja, cerca de los límites con el municipio de Alcalá.
Las víctimas fueron identificadas como Jairo Alejandro Osorio, de 25 años, y Geovanny Esteban Grajales, de 20 años, quienes habían sido reportados como desaparecidos desde el pasado fin de semana, 24 y 25 de agosto.
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La noticia del hallazgo fue confirmada por Noticias NVC y Tu Barco, que informaron que los cuerpos fueron trasladados al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses para realizar las autopsias pertinentes que establecerán las causas exactas de la muerte y las circunstancias que rodearon el incidente.
Las autoridades de Cartago han iniciado una investigación para esclarecer los hechos que condujeron a esta tragedia.
Según la información recabada, los cuerpos de los jóvenes se encontraban en un estado avanzado de descomposición, que complicó las labores de identificación y análisis iniciales.
La desaparición de Osorio y Grajales había generado una intensa búsqueda por parte de sus familiares y las autoridades locales, según registraron algunos medios locales. Ambas familias, sumidas en el dolor, esperaban ansiosas noticias sobre sus seres queridos desde el sábado pasado, 24 de agosto, cuando se perdió contacto con ellos.
El hallazgo en Piedras de Moler, un área rural de difícil acceso, ha generado diversas teorías e hipótesis entre la comunidad y las autoridades sobre cómo y por qué los jóvenes terminaron en dicha locación. La Policía y otros organismos de seguridad no descartan ninguna posibilidad, y mantienen abiertas varias líneas de investigación para determinar si se trata de un caso de violencia, un accidente o algún otro tipo de suceso lamentable.
Las autoridades aseguraron que continuarán con las investigaciones pertinentes, recogiendo testimonios y analizando cualquier pista que pueda arrojar luz sobre el caso.
Vecinos del sector destacaron que este lamentable suceso ha despertado preocupaciones sobre la seguridad en la región, obligando a las autoridades locales a redoblar sus esfuerzos para garantizar la tranquilidad y protección de los habitantes, pese a que las mismas instituciones de seguridad han manifestado que no hay amenazas de seguridad latentes.
Trágico asesinato en Tolima: mujer atacada con escopeta en camino al trabajo
Sandra Yamile Padilla Peña, una mujer de 45 años, fue víctima de un homicidio en la madrugada del 1 de agosto. Según informaron medios locales, la mujer fue atacada con una escopeta mientras se dirigía a su lugar de trabajo. El crimen tuvo lugar en la carretera que conecta Flandes y Espinal, cerca del puente elevado, en el departamento de Tolima, Colombia.
Padilla Peña residía en el barrio La Capilla de Flandes y era conocida por su compromiso laboral. Salía de su casa muy temprano llevando una linterna para iluminar su camino hacia el trabajo. En esta rutina matutina, fue interceptada por un individuo que le disparó con una escopeta, acabando con su vida al borde de la carretera.
Las autoridades recibieron el informe del incidente y se movilizaron rápidamente al lugar de los hechos para realizar el levantamiento del cadáver y recolectar las primeras evidencias. Según Vanguardia, se ha iniciado una investigación exhaustiva para esclarecer los detalles del asesinato y dar con el responsable.
El asesinato de Padilla Peña ha generado un ambiente de miedo e incertidumbre entre los habitantes de la región. La comunidad esperaba una pronta reacción de las autoridades. Sin embargo, pese a la gravedad del caso, aún no se ha emitido un pronunciamiento oficial sobre los avances en la investigación, lo que ha aumentado la preocupación y el temor en la zona.
Este crimen ocurre en un contexto de alta preocupación social en el departamento de Tolima, donde los residentes manifiestan crecientes inquietudes sobre su seguridad diaria.
Los conocidos de Padilla Peña la recuerdan como una trabajadora dedicada y comprometida, sumándose al luto y demandando justicia por este violento crimen. El asesinato de la trabajadora añade una víctima más a las estadísticas de violencia en la región, haciendo aún más urgente la reacción y acción de las autoridades competentes.