Estafadores que se hacían pasar por curas y bendecían vehículos a cambio de dinero fueron desenmascarados porque no supieron decir el nombre del obispo

Aunque el hurto a personas se redujo un 42% a corte de agosto del 2024, ocho de cada diez bogotanos dijeron en junio sentirse inseguros; lo que tendría a los capitalinos “con las pilas puestas” y “la desconfianza a flor de piel”.

Cuenta de ello, un conductor de vehículo particular que a través de las redes sociales decidió exponer a dos presuntos estafadores que se harían pasar por miembros de la iglesia católica, más específicamente de la comunidad franciscana, para recibir limosnas a cambio de bendecir vehículos en las calles de la ciudad.

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El denunciante no tembló al encararlos, tras hacerles una pregunta que, de acuerdo con su relato, podrían haber contestado con facilidad, pero en cambio se quedaron en blanco y dejaron la puerta abierta a especulaciones.

Presuntos estafadores: Hola, bendiciones ¿Nos desea apoyar? Dios bendiga y le guarde.

Conductor: ¿Cómo está? ¿Bien?

Presuntos estafadores: ¿Cómo le va? Dios le bendiga.

Conductor: ¿De qué diócesis vienen?

Presuntos estafadores: Nosotros venimos de Fontibón.

Conductor: ¿Diócesis de Fontibón?

Presuntos estafadores: Sí, nosotros... si quiere ya le presto la publicidad para que usted puede ir al comedor comunitario y la capilla.

Conductor: ¿Y quién es el obispo de la diócesis de Fontibón? ¿Cómo se llama?

Presuntos estafadores: Nosotros tenemos un obispo franciscano, nosotros somos franciscanos.

Enojado, el conductor decidió amenazarlos con llamar a la Policía para denunciar que no solo estaban estafando a los más creyentes, sino también atentando contra la misma iglesia y sus normas al utilizar el nombre de Dios para hacer dinero fácil.

Conductor: ¿Verdad? ¿ustedes saben que lo que están haciendo es un doble delito? Canónico y civil.

Presuntos estafadores: A ver, demuéstreme si tiene pruebas.

Conductor: No, muéstrenme ustedes sus licencias eclesiásticas porque esos atuendos son falsos y voy a ir por la Policía.

Presuntos estafadores: Vaya.

Sin pena alguna y habiéndose mantenido en que eran parte de la comunidad Franciscana retaron al conductor, aunque se desconoce si llegaron a encontrarse con la Policía o si, por el contrario, cambiaron su lugar de operaciones.

En medio del escalofriante escenario de milagros y controversia que envuelve al pastor Esteban Acosta, se ha difundido un video grabado el domingo 7 de julio en su iglesia cristiana, en el que presuntamente logra resucitar a uno de sus fieles. En el video, puede verse al hombre desplomarse al suelo mientras Acosta, citando citas bíblicas referentes a la resurrección, pronuncia “Saquen un celular y graben esto. El que dijo yo soy la resurrección y la vida te levanta de la muerte, levántate ahora, hazlo tú solo, respira”, frase que ha sido ampliamente compartida en redes sociales tras el supuesto milagro.

Testigos afirman que, al momento de la intervención del pastor, el hombre no presentaba signos vitales ni respiraba. La grabación muestra cómo Acosta, abriéndose paso entre la multitud angustiada, coloca su mano sobre la cabeza del hombre caído y logra que este vuelva a abrir los ojos.

Esta no es la primera vez que Esteban Acosta se encuentra en el centro de la controversia. En 2022, fue detenido por las críticas tras realizar una llamada “liposucción milagrosa”.

Los eventos de inicios de julio han provocado diferentes reacciones en redes sociales. Los seguidores de Acosta ven en él un instrumento divino, mientras que los más escépticos consideran que se trata de un engaño y critican estos actos como intentos desesperados por atraer más fieles a su iglesia.

Es más, detractores en redes sociales, aseguran que estos hechos buscan llenar los bolsillos del líder religioso, pero la difusión del video y las declaraciones de quienes presenciaron el suceso han mantenido el debate abierto sobre la veracidad de estos hechos. Mientras, Acosta continúa atrayendo tanto a seguidores fervientes como a detractores, ya sea por los milagros que realiza o por las sombras de duda que rodean sus actos.