Planta de Coca Cola estaría dejando sin agua las veredas en La Calera, asegura estudio

Comunidades rurales de este municipio de Cundinamarca y cercano a Bogotá se ven en la necesidad de racionar agua o comprarla, mientras empresas productoras de agua y bebidas ultraprocesadas siguen abastecidas

Guardar

Nuevo

Las personas se están viendo obligadas a comprar el agua - crédito Fernando Vergara/AP
Las personas se están viendo obligadas a comprar el agua - crédito Fernando Vergara/AP

Desde hace meses, la comunidad de la vereda Buenos Aires Bajo, en La Calera, Cundinamarca, enfrenta una escasez hídrica que ha transformado radicalmente su forma de vida.

El agua, que fluye desde la quebrada Santa Catalina y abastece el acueducto veredal, se ha agotado bajo el impacto del fenómeno de El Niño.

Según información del medio digital Vorágine, el 2 de febrero, una decena de vecinos de esta comunidad rural se dirigieron a la iglesia local para implorar la intervención de San Isidro Labrador, santo patrono de la lluvia, llevándolo en procesión hasta el casi seco cauce de la fuente hídrica.

Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.

La situación en Buenos Aires Bajo es crítica. En condiciones normales, la comunidad, que controla su propio sistema de acueducto, lograba abrir las válvulas durante nueve horas diarias, desde las 5:30 de la mañana hasta las 2:30 de la tarde, explicaron líderes comunales a Vorágine.

Este suministro era suficiente para atender las necesidades básicas de aseo, cocina y actividades agrícolas, como el cultivo de papa y la cría de vacas lecheras. Sin embargo, la prolongada sequía obligó a reducir el horario a cinco horas y media diarias, intensificando la crisis.

La problemática no es exclusiva de Buenos Aires Bajo. En la vecina vereda de Santa Helena, donde los residentes estaban acostumbrados a un suministro continuo las 24 horas, la situación es aún más grave.

Según relato de Leandro Santiago, líder comunal y productor de leche en Santa Helena, los habitantes han tenido que recurrir a comprar agua a la empresa de servicios públicos del municipio, pagando por el recurso que nace en su propio territorio, una paradoja irónica que resuena con descontento en la comunidad.

De acuerdo con el relato de Santiago al medio mencionado, mientras las 250 familias de Buenos Aires Bajo y las 172 de Santa Helena hacían lo posible para que el agua volviera la planta de la compañía Coca-Cola Femsa, nunca paró de extraer agua de la tierra para despachar y vender en todo el país las botellas de su marca Manantial.

Un negocio rentable

Para los campesinos en La Calera la escasez de agua se ha convertido en una emergencia desde el inicio del año. Mientras tanto, la planta embotelladora de Coca-Cola, ubicada en la vereda Santa Helena, continúa extrayendo grandes cantidades de agua sin mayores contratiempos. Según información obtenida por Vorágine, la empresa está autorizada a extraer 3,23 litros por segundo de siete nacimientos de agua, lo que equivale a más de 279.000 litros al día. Este volumen anual de unos 101,8 millones de litros es suficiente para llenar 40 piscinas olímpicas.

De acuerdo con la investigación, en 2016 la empresa pagaba poco menos de 610.000 por el servicio de agua - crédito captura de pantalla CAR https://drive.google.com/drive/folders/
De acuerdo con la investigación, en 2016 la empresa pagaba poco menos de 610.000 por el servicio de agua - crédito captura de pantalla CAR https://drive.google.com/drive/folders/

En contraste, los habitantes de las veredas Santa Helena, Buenos Aires Alto y Buenos Aires Bajo se han visto forzados a comprar agua debido a la falta de suministro local. Campesinos a cargo de los acueductos de estas tres veredas enviaron una carta al alcalde de La Calera, Juan Carlos Hernández, declarando una emergencia y solicitando la provisión de agua en carrotanques.

La concesión de agua para Coca-Cola, otorgada por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), está en proceso de renovación. Este marco normativo no solo establece tarifas por el uso de agua, sino también las obligaciones que la empresa debe asumir para preservar el recurso hídrico. La CAR, en respuesta a un derecho de petición, indicó que Coca-Cola había sembrado 3.300 árboles y registrado un inventario de fauna en la zona, medidas presentadas como parte de la retribución ambiental de la compañía.

La empresa comercializa cada gota con la promesa de ser “única”, usando en la etiqueta de sus botellas el eslogan que resalta la pureza del agua extraída. La exención del proceso de tratamiento complejo se atribuye a esta pureza del agua. Un líder campesino expresó su desconcierto sobre las acciones de compensación de la empresa, un sentimiento compartido por otros miembros de la comunidad.

A pesar de la inmensa cantidad de agua extraída y las ganancias de la multinacional, la comunidad siente que la compensación es insuficiente. La percepción de desigualdad se acentúa con los costos inusualmente bajos pagados por Coca-Cola para la extracción de agua. En 2016, la empresa pagó menos de 610.000 pesos colombianos por extraer 56,6 millones de litros. Un cálculo actualizado sugiere que, en 2022, el costo habría sido de aproximadamente 4,7 millones de pesos colombianos, una cantidad mínima comparada con los ingresos millonarios de Coca-Cola.

Las personas denuncian que la CAR le dio a SHERLEG, otra planta de agua, el permiso de operar - crédito captura de pantalla SNR https://drive.google.com/drive/folders/
Las personas denuncian que la CAR le dio a SHERLEG, otra planta de agua, el permiso de operar - crédito captura de pantalla SNR https://drive.google.com/drive/folders/

Este fenómeno no es exclusivo de La Calera. Según indagaciones del medio, en otros municipios de Colombia, como Sesquilé en Cundinamarca y Caloto en Cauca, embotelladoras como Postobón también extraen cientos de millones de litros de agua de forma similar, mientras las comunidades locales enfrentan escasez y calidad pobre del agua.

El Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (Cajar) ha documentado casos de conflictos por el agua generados por la industria de bebidas en su informe sobre Postobón, enmarcando estos problemas dentro del acaparamiento del agua. Este informe muestra que el Estado no prioriza el recurso para el consumo humano, como dicta la ley, sino que otorga concesiones a entidades privadas para su explotación masiva, concentrando así el agua en pocas manos. De hecho, se ha concluido que la desigualdad en la distribución del agua en Colombia supera la desigualdad en la distribución de la tierra.

La investigadora del Cajar, Yessika Hoyos, resaltó que la situación en La Calera presenta características típicas de un caso de acaparamiento de agua. Y mientras los habitantes locales luchan por el acceso al agua, Coca-Cola continúa su explotación con costos operativos mínimos.

Por su parte, según Caracol Radio, la CAR anunció que se abrirá una investigación luego de conocido el reportaje de Vorágine, lo curioso, es que según los campesinos, en mayo del 2024 corría el rumor, mismo que después se confirmo, de que la CAR le había otorgado en la vereda Buenos Aires en 2021 una concesión a una compañía llamada Sherleg, para que extraiga y embotelle agua. Le autorizó sacar 1,33 litros por segundo, casi la mitad de lo permitido a Coca-Cola.

Guardar

Nuevo