La autoridad ambiental encargada del Área Metropolitana del Valle de Aburrá reportó que, en lo que va del año, aproximadamente 635 aves, incluyendo loras, pericos y cotorras, fueron recibidas en su Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre (Cavr). Muchas de estas aves llegaron en condiciones de salud preocupantes y en estado lamentable, lo cual requiere una atención especializada y urgente.
Un dato alarmante es que alrededor del 37% de estas aves fueron recuperadas después de haber pasado por periodos prolongados de cautiverio. Esta situación provocó una serie de problemas de salud en las aves, afectando negativamente su bienestar general. Las condiciones de cautiverio, que van desde la falta de libertad de movimiento hasta una alimentación inadecuada, deterioraron su salud y sus capacidades naturales.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.
Según el informe del Área Metropolitana, las especies que con mayor frecuencia llegan al Cavr incluyen las loras frentiamarillas, los pericos reales y las loras barbiamarillas. Estas aves no solo son conocidas por su vibrante colorido y características físicas distintivas, también por su notable inteligencia, que las coloca entre los grupos de aves más inteligentes del mundo.
El Área Metropolitana señaló que muchas de estas aves ingresan al Cavr presentando problemas físicos serios, como un crecimiento anormalmente excesivo del pico y de las garras. Esta condición suele ser el resultado directo de la falta de actividad, estímulos naturales y espacios adecuados para su desarrollo.
En la naturaleza, estas aves desgastan sus picos y garras de manera regular a través de la búsqueda de alimento, la construcción de nidos y otras actividades propias de su comportamiento. Sin embargo, en cautiverio, donde a menudo se encuentran confinadas en jaulas pequeñas y sin acceso a elementos naturales, estas oportunidades se ven limitadas.
Andrés Gómez Higuita, supervisor del Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre (Cavr), advirtió sobre el hallazgo de enfermedades metabólicas en aves cautivas debido a su alimentación inadecuada. “Estamos encontrando enfermedades metabólicas por la dieta que tienen los animales cuando están en cautiverio porque la gente les da a las aves chocolate, agua panela, galletas y arroz, alimentos que para estas aves no tienen los nutrientes necesarios”, explicó Gómez Higuita.
Además, un gran número de estas aves sufre de un comportamiento autodestructivo conocido como picaje, que se manifiesta cuando el estrés crónico y la ansiedad del cautiverio llevan a que las aves se arranquen sus propias plumas, provocando zonas expuestas en su cuerpo.
A corto plazo, esto puede causar heridas cutáneas, hemorragias e incluso infecciones severas. A largo plazo, las consecuencias pueden ser aún más graves, ya que el picaje puede llevar a que estas aves, como las loras, cotorras, pericos y guacamayas, sean rechazadas por sus congéneres, lo que complica su reintegración al entorno natural.
El Área Metropolitana del Valle de Aburrá también denunció que muchas de estas aves tienen sus alas cortadas, lo que dificulta aún más su retorno a la vida silvestre. Ante esta alarmante situación, se hizo un llamado urgente a la ciudadanía para que denuncie el tráfico y la tenencia ilegal de fauna silvestre, ya que el cautiverio pone en grave riesgo la salud y el bienestar de estos animales. La interacción social, esencial para su adaptación y supervivencia, se ve comprometida, agravando el estrés y dificultando su reintegración en su hábitat natural.
Las consecuencias para el ecosistema y el medio ambiente de que estas aves estén en cautiverio y en malas condiciones incluyen:
- Disminución de la biodiversidad: la captura y cautiverio de aves silvestres reduce la población natural de estas especies, afectando la diversidad biológica del ecosistema.
- Desequilibrio ecológico: las aves cumplen funciones cruciales como polinización, dispersión de semillas y control de plagas. Su ausencia o disminución en el entorno natural puede desestabilizar estos procesos.
- Interrupción en la dispersión de semillas: muchas aves son fundamentales para la dispersión de semillas de diversas plantas. Su ausencia limita la regeneración de la vegetación y afecta la composición del bosque.
- Impacto en la cadena alimentaria: las aves son presas y depredadores en sus ecosistemas. Su reducción puede provocar un desequilibrio en la cadena alimentaria, afectando tanto a especies depredadoras como a las que dependen de ellas para sobrevivir.
- Alteración de la estructura del hábitat: la falta de aves que construyen nidos y realizan otras actividades que moldean el hábitat puede llevar a cambios en la estructura y dinámica del ecosistema.
- Pérdida de servicios ecosistémicos: las aves proporcionan servicios vitales como el control biológico de plagas y la polinización. Su disminución afecta directamente la salud de los ecosistemas y la productividad agrícola.
- Incremento de especies invasoras: sin las aves que controlan ciertas poblaciones, pueden proliferar especies invasoras que compiten con las especies nativas y alteran el ecosistema.
- Aumento del riesgo de extinción: el tráfico y cautiverio de aves silvestres contribuyen al riesgo de extinción de especies vulnerables, lo que puede llevar a la pérdida irreversible de biodiversidad.