El más reciente cruce de declaraciones entre el dictador Daniel Ortega, jefe del régimen que gobierna en Nicaragua, y el presidente de la República, Gustavo Petro, pese a lo que podrían considerarse la buena relación entre ambos países, dio pie para una serie de interrogantes en lo que podría ser, de ahora en adelante, la evolución del canal diplomático; en medio del diferendo por las fronteras marítimas entre ambos.
Lo dicho por Ortega, durante la XI Cumbre extraordinaria ALBA-TCP, que se llevó a cabo de forma virtual, desató la indignación del jefe de Estado Colombiano, que en sus redes sociales le salió al paso a lo dicho por el exmilitar. Un inesperado choque entre dos viejos aliados que tiene su origen en la decisión de Colombia de no reconocer, aún, la victoria de Nicolás Maduro en Venezuela, hasta no se presenten las actas.
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“Pobre Petro, lo veo como compitiendo con Lula en ver quién va a ser el líder que va a representar a los yankees en América Latina. El pobre Petro no tiene la fuerza que tiene Brasil. El gigante de América Latina. Pero con ese gobierno que tiene, de Lula, no es gigante, bueno, es Goliat queriendo arrasar con David”, afirmó el dirigente nicaragüense, en medio de su intervención en la citada cumbre de izquierda.
“Nos ha llamado ‘arrastrados’ Daniel Ortega, solo porque queremos una solución negociada, pacífica y democrática en Venezuela. Tal insulto me permite contestarle: Al menos no arrastro los derechos humanos del pueblo de mi país y menos los de mis compañeros de armas y de lucha contra las dictaduras”, respondió Petro ante los señalamientos de Ortega, con lo que encendió más el debate en redes sociales.
Este rifirrafe mediático motivó una serie de preocupaciones, en especial entre quienes viven en San Andrés y Providencia, que desde el 14 de julio de 2023 están a la expectativa del cumplimiento del fallo emitido por la Corte Internacional de Justicia, en el sentido de que Nicaragua no tiene derecho a una plataforma continental extendida dentro de las 200 millas náuticas. Asunto de vieja data y un debate jurídico extenso.
Es preciso destacar que, pese a que el archipiélago se encuentra a 68 millas náuticas de la costa nicaragüense, y a unas 440 millas náuticas de la costa colombiana, la soberanía sobre el territorio pertenece al país sudamericano. Aunque en un fallo de noviembre de 2012, la corte le ordenó a Colombia cederle al país centroamericano cerca de 75.000 kilómetros cuadrados de su soberanía; decisión que sigue sin aplicarse.
¿Qué pasará en las relaciones entre Colombia y Nicaragua?
Sobre el particular, Infobae Colombia consultó a Juan Nicolás Garzón, profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, que habló de las implicaciones que podría traer un eventual rompimiento del canal diplomático entre ambos países. Y enfatizó en que hay que estar a la espera de la evolución de estas apariciones públicas, que crean una especie de ruido.
“Lo que ha hecho Colombia es argumentar que el fallo (de 2012) es inaplicable, desde el gobierno (Juan Manuel) Santos, y se ha tratado de dilatar la aplicación. Y, seguramente, en una situación en la que la relación personal entre Ortega y Petro se deteriore, eso puede dar lugar a que el estado nicaragüense le pueda dar continuidad a la presión para que el fallo sea aplicado en instancias internacionales”, indicó Garzón.
En ese escenario, en el que prosiga el enfrentamiento entre ambos, pueden surgir algunas iniciativas jurídicas que perjudicarían las actividades de los raizales. Y aunque el experto indicó que, si bien “en algún sentido” puede haber “sintonía ideológica” entre ambos Gobiernos, para este caso, el del diferendo marítimo que aún sigue latente, no considera que sean próximos, por lo que no descarta algún tipo de represalias.
Lo anterior, ante las diferencias en aspectos vitales como la institucionalidad de ambos mandatos. “Es difícil asumir que Petro y Ortega van a tener plena sintonía en una buena multiplicidad de temas, pues lo del segundo claramente resulta objeto de controversia y debate, y resulta cuestionado: tanto su ejercicio en el poder como su sostenimiento en el mismo, en torno a su figura y su esposa”, agregó.
Y destacó que entre los dos países no hay, precisamente, un canal diplomático fluido, ni en el aspecto político ni menos en el económico. “Probablemente, se puede deteriorar, pero eso no tendrá consecuencias muy profundas sobre alguno de los dos países”, expresó el académico, que ve normal este tipo de contrapunteos ante señalamientos públicos sobre uno y otro. “Es algo esperable”, concluyó.
En la actualidad, Colombia tiene representación diplomática en Nicaragua, con el embajador León Fredy Muñoz, que justamente el martes 27 de agosto fue noticia por el proceso que cursa en la Corte Suprema de Justicia por narcotráfico: al ser hallado el 31 de mayo de 2018, cuando era representante a la Cámara, en el aeropuerto José María Córdova de Rionegro (Antioquia), con 146 gramos de cocaína en su poder.