Proyecto en San Vicente del Caguán multiplica avistamientos de osos de anteojos en la región

Las acciones de conservación en la Zona de Reserva Campesina Pato-Balsillas registran 22 avistamientos directos del oso, incentivando su protección

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La Zona de Reserva Campesina Pato-Balsillas ha sido clave en la transformación de la percepción hacia el oso de anteojos en San Vicente del Caguán - crédito Usaid
La Zona de Reserva Campesina Pato-Balsillas ha sido clave en la transformación de la percepción hacia el oso de anteojos en San Vicente del Caguán - crédito Usaid

El municipio de San Vicente del Caguán, localizado en el departamento del Caquetá, es escenario de un proyecto innovador de conservación que ha llevado a una transformación profunda en la manera en que los campesinos y pequeños ganaderos perciben al oso de anteojos. Incorporando a la comunidad local en este esfuerzo, la iniciativa busca ver a este animal no como una amenaza, sino como un miembro esencial del ecosistema.

La Zona de Reserva Campesina Pato-Balsillas ha sido clave en este cambio. Desde julio de 2023 hasta julio de 2024, se han registrado 22 avistamientos directos de osos de anteojos y cinco en cámaras trampa en las veredas de Balsillas, Libertadores, Pueblitos y Toscana. Este aumento en los avistamientos se debe a las estrategias de conservación y la recuperación de hábitats y corredores biológicos.

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Como explicó Alfonso Tovar Moreno, coordinador del proyecto del corredor biológico del oso de anteojos, las actividades del Club de Investigación Huellas del Oso y los monitoreos comunitarios han identificado varios individuos de oso de anteojos, así como otras especies silvestres. “Hemos logrado, hallar en los resultados en las visitas a las cámaras trampa, cuatro individuos de oso de anteojos u oso andino, también hemos logrado identificar unos venados, hemos visto tigrillos, un oso, un león de montaña o puma, un ulama, guaras y ardillas”, mencionó.

Un innovador proyecto de conservación cambia la percepción de campesinos y ganaderos hacia el oso gracias a la implicación de la comunidad local - crédito Usaid
Un innovador proyecto de conservación cambia la percepción de campesinos y ganaderos hacia el oso gracias a la implicación de la comunidad local - crédito Usaid

Roberto León Gómez, director del programa Amazonia Mía de Usaid, destacó que estos avistamientos indican que el bosque se está recuperando. “Los frecuentes avistamientos en el corredor biológico que conectan a los parques nacionales naturales Siberia Ceibas, Cordillera de los Picachos y Miraflores-Picachos, nos confirma que las estrategias y actividades de conservación emprendidas por los beneficiarios de la Zona de Reserva Campesina Pato Balsillas de San Vicente del Caguán (Coopabi), que han sido apoyadas por USAID y el programa Amazonia Mia, están dando los resultados esperados”, señaló León Gómez.

El proyecto, financiado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), no solo enfoca sus esfuerzos en la protección del oso, también incluye programas pedagógicos y actividades de sensibilización. Estos espacios han educado a las comunidades sobre los servicios ecológicos que brindan los osos y otras especies al bosque. Javier Soto Charry, representante legal de la Cooperativa de Beneficiarios de Reforma Agraria del Valle de Balsillas (Coopabi), comentó: “Ya hay una muy buena relación; antes los cazaban, ahora los protegen y restauran su hábitat”.

Entre las acciones concretas del proyecto se incluyen la firma de 50 acuerdos de conservación y la siembra de 20.000 árboles de especies como roble, guamo, moquillo y guayabo, que proporcionan alimento a los osos. Esta labor se complementa con las planificaciones prediales y la creación de clubes de monitoreo comunitario.

Estudiantes y familias locales, en coordinación con Coopabi, plantan árboles y monitorizan la fauna, fomentando la regeneración del ecosistema en Caquetá - crédito Usaid
Estudiantes y familias locales, en coordinación con Coopabi, plantan árboles y monitorizan la fauna, fomentando la regeneración del ecosistema en Caquetá - crédito Usaid

El grupo de monitoreo, dirigido por el equipo técnico de CoopabiI, integra a estudiantes de la Institución Educativa Guillermo Ríos Mejía, jóvenes egresados y familias locales. Estas actividades no solo consisten en aprender a instalar cámaras trampa, sino también en valorar la flora y fauna del territorio. Laura Sofía Bojacá Pinzón, integrante del Club de Monitoreo e Investigación Huellas del Oso, afirmó: “Si le estamos haciendo daño al bosque, nos estamos haciendo daño a nosotros mismos”.

Finalmente, Tovar Moreno resaltó la importancia de crear un enlace generacional para asegurar que las nuevas generaciones practiquen acciones sostenibles en la conservación del territorio y la biodiversidad que lo habita. El monitoreo comunitario, implementado no solo en Caquetá sino también en Guaviare y Putumayo, ha permitido a las comunidades conocer mejor su territorio, fortalecer la gobernanza y desarrollar estrategias para la recuperación de corredores biológicos esenciales.

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