El sábado 24 de agosto, los presidentes de Brasil y Colombia, Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro, dieron a conocer el comunicado conjunto sobre las conversaciones telefónicas que llevaron a cabo el 23 y 24 de agosto y en las que hablaron sobre las recientes elecciones presidenciales en Venezuela.
Ambos mandatarios han expresado su preocupación por la falta de transparencia en el proceso electoral y han subrayado la necesidad de una publicación clara y detallada de los datos electorales, que dieron como ganador a Nicolás Maduro.
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Lula da Silva y Petro coincidieron en que, “la restauración de la credibilidad del proceso electoral venezolano solo será posible si el Consejo Nacional Electoral (CNE) divulga los resultados desglosados por mesa de votación”. Esta medida es vista como esencial para garantizar la integridad y la transparencia de los comicios.
Ambos líderes también hicieron hincapié en la importancia de que Venezuela avance hacia una normalización política basada en el diálogo pacífico y la convivencia democrática. Reiteraron que la solución a la crisis venezolana no puede ser alcanzada mediante la violencia o la represión, y pidieron a todas las partes involucradas que se abstengan de recurrir a tales medidas.
Brasil y Colombia manifestaron su disposición a mantener abiertos los canales de comunicación con las partes implicadas y a facilitar el entendimiento mutuo, “como países vecinos y directamente afectados por la estabilidad de Venezuela y de la región”.
En este contexto, subrayaron el compromiso de ambos gobiernos con los Acuerdos de Barbados, que enfatizan la transparencia y el diálogo como pilares fundamentales para la resolución de conflictos.
“Reiteran que siguen aguardando la difusión, por parte del Consejo Nacional Electoral, de las actas desglosadas por mesa de votación. Cabe recordar los compromisos asumidos por el gobierno y la oposición mediante la firma de los Acuerdos de Barbados, cuyo espíritu de transparencia debe ser respetado”, señala el comunicado conjunto.
El comunicado conjunto también incluyó una “toma de nota” sobre la reciente decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, que el 22 de agosto confirmó la victoria de Maduro, “termina de consolidar el fraude” en las elecciones del 28 de julio.
Además, los presidentes Lula y Petro expresaron su rechazo a la aplicación de sanciones unilaterales, argumentando que tales medidas, “como instrumento de presión”, no solo son contrarias al derecho internacional, sino que también, “perjudican la población de los países sancionados, en especial a los sectores más vulnerables”. En lugar de sanciones, ambos líderes abogan por una resolución pacífica y negociada de los conflictos.
El viernes 23 de agosto, once países de América Latina manifestaron su rechazo a la validación del proceso electoral venezolano por parte de la justicia del país y exigieron una mayor transparencia. En un comunicado conjunto, los gobiernos de Argentina, Chile, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay demandaron la presentación de las actas oficiales y una auditoría independiente de los votos.
El comunicado resaltó que “la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela alertó sobre la falta de independencia e imparcialidad de ambas instituciones, tanto del CNE como del TSJ”. Los once países subrayaron que sólo aceptarán los resultados de “una auditoría imparcial e independiente de los votos, que evalúe todas las actas”, para “garantizar el respeto a la voluntad popular soberana y la democracia en Venezuela”.
Señalaron que la comunidad internacional debe seguir ejerciendo presión para asegurar el respeto a la voluntad del pueblo venezolano. Además, expresaron su, “profunda preocupación y rechazo por las violaciones a los Derechos Humanos cometidas contra los ciudadanos que, de manera pacífica, exigen el respeto al voto y el restablecimiento de la democracia”.