En Cali, la Procuraduría General de la Nación inició un proceso disciplinario contra el sargento mayor retirado Ricardo Arévalo Moreno, acusado de presunto acoso laboral.
Según el informe emitido por el Ministerio Público, este caso está siendo investigado por la provincial de Instrucción de la capital vallecaucana.
“La Procuraduría General de la Nación ordenó proferir cargos al sargento mayor (r) del Comando del Batallón de Infantería No.8 Batalla de Pichincha, Ricardo Arévalo Moreno, por presuntamente acosar laboralmente y de manera reiterada a un sargento segundo que se encontraba adscrito a la misma unidad militar”, se conoció en un comunicado de la institución.
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El presunto acoso se habría producido de manera reiterada durante un periodo de aproximadamente cuatro meses, y las acciones del suboficial fueron calificadas provisionalmente como faltas graves cometidas a título de dolo.
La víctima, un sargento segundo adscrito a la misma unidad militar, habría sido desacreditada en sus habilidades y capacidades laborales por Arévalo Moreno, quien además supuestamente lo calumniaba y trataba de manera discriminatoria “a la hora de imponerle sus deberes laborales”.
Las conductas atribuidas al sargento mayor retirado habrían afectado significativamente el desempeño laboral del subalterno, situación que también está siendo considerada en términos de su impacto en la salud mental de la víctima.
La oficina de la Procuraduría en Cali agregó que, además de los comentarios despectivos, existen indicios de manifestaciones verbales y públicas negativas realizadas por Arévalo Moreno durante formaciones lideradas por él en el año 2020.
“Habría indicios de manifestaciones verbales y públicas negativas (...) con las que aparentemente buscaba infundir miedo y angustia, ocasionar un perjuicio laboral y provocar la desmotivación”, manifestó el coumunicado.
El presunto acoso laboral se produjo en el Batallón de Infantería No. 8 Batalla de Pichincha, perteneciente a la Tercera Brigada del Ejército Nacional, un componente de la Tercera División. De acuerdo con la investigación, Arévalo Moreno habría aprovechado su superioridad jerárquica y su rol de asesor para legitimar su conducta inapropiada.
Hasta el momento, ni la Tercera División del Ejército Nacional, bajo el mando del general Luis Emilio Cardozo, ni el Ministerio de Defensa, dirigido por Iván Velásquez, han emitido declaraciones respecto al caso. La gravedad de las acusaciones y la repercusión en el entorno militar y laboral subrayan la importancia de este proceso disciplinario.
Ricardo Arévalo Moreno enfrenta cargos que, de ser comprobados, podrían conllevar sanciones significativas.
El caso de un soldado que se habría quitado la vida por un aparente caso de acoso de un superior
El país conoció, el 20 de junio del año en curso, sobre la muerte del joven cabo Francisco José Pardo Olivero, de 23 años, cuyo cuerpo fue encontrado el miércoles 19 de junio después de haberse disparado con su propia arma de dotación.
Este trágico suceso expuso las graves denuncias de acoso laboral y hostigamiento dentro del Ejército Nacional de Colombia, de las que el joven habría sido víctima y, en efecto, había denunciado. En una carta fechada el 23 de marzo de 2024, Pardo reveló las fuertes presiones y el trato discriminatorio que sufría de parte de un superior en el Batallón de Cundinamarca.
El documento detalla los difíciles momentos que el cabo soportaba diariamente, especialmente por parte del mayor Andrés Felipe López Ayala, Ejecutivo y Segundo Comandante del Batallón de Apoyo y Sostenimiento para las Comunicaciones.
En la carta, Pardo solicitaba con respeto al Comando General de las Fuerzas Militares que investigase el acoso, el hostigamiento y la persecución supuestamente sufrida. A lo largo del escrito, se indicaba que el hostigamiento se centraba en su origen geográfico, ya que Pardo Olivero era oriundo de Santa Marta, y el mayor López, al parecer, tenía una actitud negativa y discriminatoria hacia las personas del Caribe colombiano.
Según relató el propio Pardo en la carta, durante la formación de iniciación del servicio, el mayor López lo ridiculizó frente a sus subalternos, presionándolo para que solicitara la baja y lanzando comentarios despectivos sobre su región de origen. Este trato discriminatorio y las continuas presiones laborales fueron parte del tortuoso ambiente que, según sus familiares y la carta escrita por el cabo, lo llevó a tomar la drástica decisión de quitarse la vida.