En Calarcá, Quindío, se llevó a cabo el 21 de agosto de 2024 la captura de Bernardo Moreno Villegas para cumplir una condena de cinco años de prisión por su participación en el escándalo conocido como la ‘Yidispolítica’.
Moreno, exsecretario de la Presidencia durante el mandato de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), fue condenado por tráfico de influencias en este caso de corrupción que sacudió a Colombia.
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El caso de la ‘Yidispolítica’ gira en torno a la exrepresentante a la Cámara Yidis Medina, quien confesó haber recibido beneficios a cambio de su voto a favor de la reforma constitucional que permitió la reelección de Uribe en 2006.
La Corte Suprema de Justicia halló que Moreno facilitó el nombramiento de personas recomendadas por Medina en importantes entidades, como la Red de Solidaridad Social, Etesa, el Sena y notarías públicas, como parte de un pacto ilegal para asegurar su voto.
Bernardo Moreno ya había enfrentado problemas legales anteriormente. Fue condenado a 8 años de cárcel por su implicación en el escándalo de las chuzadas del DAS, donde fueron interceptadas ilegalmente las comunicaciones de periodistas, magistrados y opositores políticos durante el gobierno de Uribe.
La reciente captura y ratificación de la condena por la Corte Suprema muestra la gravedad de los delitos cometidos y niega a Moreno cualquier posibilidad de prisión domiciliaria. Además de la pena de cárcel, deberá pagar una multa de más de 140 millones de pesos y no podrá ocupar cargos públicos por casi siete años.
El impacto del caso de Bernardo Moreno en la política colombiana es importante pues pone en evidencia las prácticas corruptas que ocurrieron dentro del gobierno de Uribe y reaviva el debate sobre la reelección presidencial y los métodos utilizados para asegurar votos en el Congreso.
La vida de Moreno
Bernardo Moreno enfrentó un punto crítico en su carrera cuando fue condenado por la Corte Suprema de Justicia por su rol en infiltraciones ilegales perpetradas por el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).
A pesar de que Moreno insistió en su inocencia durante todo el juicio, la Corte declaró que su participación en estas actividades ilegales, junto con la exdirectora del Das, María del Pilar Hurtado, implicaba “usurpar competencias que no les correspondían”, según el fallo del tribunal.
Entre julio de 2004 y agosto de 2010, Bernardo Moreno se consolidó como el hombre de confianza más cercano al entonces presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez.
Proveniente de una familia prestigiosa del Quindío, Moreno estudió Administración de Empresas en la Universidad de La Salle y amplió su formación en Japón y Holanda. Antes de involucrarse en la política nacional, trabajó en diversas empresas, incluyendo Ferrovías, Termosur, y Corpes de Occidente, donde conoció a Uribe, quien por entonces era gobernador de Antioquia.
A pesar de perder unas elecciones para un cargo público en Quindío en el año 2000, Moreno se convirtió en el director de campaña presidencial de Uribe en ese departamento para las elecciones de 2002. Una vez electo presidente, Uribe lo designó presidente del banco Findeter, encargado de financiar inversiones públicas. En 2004, tras la salida de Alberto Velásquez de la Secretaría General de la Presidencia, Moreno ocupó este cargo estratégico.
Durante su gestión, Moreno se ganó una reputación de dedicación total a su trabajo, hasta el punto de perderse momentos importantes en la vida de sus hijos. Su lealtad y estrecha relación con Uribe eran tales que muchas decisiones presidenciales pasaron por sus manos, incluyendo nombramientos de ministros y embajadores. Algunos miembros del gobierno afirmaban que la voz de Moreno era entendida como la del propio presidente.
Bernardo Moreno nació en el seno de una familia influyente: su padre, Josué Moreno Jaramillo, fue presidente del Comité Departamental de Cafeteros, y su madre, Amparo Villegas, es una figura respetada en la región. Su tío, Gustavo Moreno Jaramillo, desempeñó un papel importante como gerente de la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor).
Sin embargo, el camino de Moreno en la política se complicó a partir de su implicación en el escándalo de interceptaciones ilegales realizadas por el Das. La Corte Suprema de Justicia dejó claro en su sentencia que tanto Moreno como Hurtado estaban al tanto de estas acciones ilegítimas, aprobándolas sin un propósito legal válido y emitiendo órdenes ilegales que resultaron en actividades descritas como “arbitrarias, abusivas e injustas”.
Durante el proceso judicial, Moreno aseguró que no dio una orden directa a Hurtado para realizar las interceptaciones ilegales, sino que simplemente le pidió mantener informada a la Casa de Nariño. A pesar de sus declaraciones, las pruebas en su contra fueron suficientes para mantener la condena.