Detenido en Urabá un extorsionista que suplantaba a grupos armados para intimidar a sus víctimas

En un operativo llevado a cabo en el Urabá antioqueño, las autoridades lograron capturar a un individuo conocido como alias El Flaco. Este sujeto, que se hacía pasar por miembro de grupos armados como el ELN, fue arrestado en el municipio de Chigorodó por el delito de extorsión agravada. La captura fue el resultado de una operación coordinada entre el Gaula Policía y la Fiscalía General de la Nación.

“El Flaco” había estado involucrado en una serie de actividades delictivas en la subregión, utilizando su falsa afiliación con estructuras armadas para intimidar y extorsionar a los residentes locales. Su modus operandi incluía amenazas graves para forzar a sus víctimas a entregar grandes sumas de dinero. Entre sus víctimas más recientes se encontraba su expareja sentimental, a quien estaba exigiendo alrededor de 15 millones de pesos. La presión ejercida sobre ella no solo tenía fines económicos, también incluía amenazas directas contra su vida, lo que intensificó la gravedad de sus acciones.

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La operación que llevó a la captura de alias El Flaco destacó la colaboración entre las autoridades locales y nacionales en la lucha contra el crimen organizado. Las investigaciones preliminares indican que su red de extorsión en Chigorodó había generado un ambiente de miedo y desconfianza entre los habitantes, quienes se encontraban bajo constante amenaza de violencia.

Después de su arresto, el extorsionista fue puesto a disposición de la Fiscalía, donde enfrentará un proceso judicial que determinará las consecuencias legales de sus actos delictivos.

En el panorama actual de criminalidad en Colombia, Antioquia se destaca como la región con las mayores tasas de extorsión, según el más reciente informe de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares). Este informe indica que, a nivel nacional, el delito de extorsión experimentó un alarmante incremento del 7,9% entre 2022 y 2023.

El análisis realizado por la línea Convivencia y Seguridad Ciudadana de Pares reveló que los métodos más comunes de extorsión incluyen llamadas telefónicas amenazantes, cobros directos y el uso de redes sociales. Estos métodos se convirtieron en herramientas prevalentes para los delincuentes que buscan intimidar y obtener beneficios económicos de sus víctimas.

Según la Policía, la extorsión se define como “la obligación mediante la utilización de violencia y amenazas a una persona para realizar, tolerar u omitir un acto en contra de su voluntad”, con el objetivo de obtener algún tipo de beneficio, generalmente financiero.

En la ciudad de Bogotá, la situación es igualmente preocupante debido a la actividad de bandas criminales como El Tren de Aragua y Satanás. Estas organizaciones establecieron un sistema extorsivo dirigido principalmente a bicitaxistas, trabajadoras sexuales y comerciantes. Las cuotas que exigen varían entre $250.000 y $300.000 semanales, alcanzando hasta 300 millones de pesos en casos extremos, lo que evidencia el alto costo de la extorsión para las víctimas.

El informe de Pares también destacó un aumento significativo en los casos de extorsión en otras ciudades importantes. En Cali, el incremento en los reportes de extorsión fue del 34%. Barranquilla vio un aumento aún mayor, con un 101%, mientras que en Cúcuta el incremento fue del 49%. Estos aumentos son atribuibles en parte a la presencia de grupos armados al margen de la ley, como la Inmaculada, el ELN y Los Costeños, que intensificaron sus actividades extorsivas en estas regiones.

El crecimiento en los índices de extorsión refleja una tendencia preocupante que afecta a diversos sectores de la sociedad. La lucha contra la extorsión requiere un enfoque integral que incluya tanto la prevención como la intervención directa para proteger a las víctimas y desmantelar las redes criminales responsables.