El tren turístico del Valle del Cauca está cada vez más cerca de encender sus locomotoras para recorrer los paisajes y destinos que el departamento tiene para ofrecer, debido a que se adjudicará la licitación correspondiente para que se convierta en realidad.
De acuerdo con el comunicado de la Gobernación, se trata de un ambicioso proyecto que ya tiene la ruta definida para empezar a operar en cuestión de meses.
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La gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, informó que los 41 kilómetros de línea férrea entre Palmira y Buga son las que se encuentran en mejores condiciones para iniciar operaciones, sin dejar de lado que Cali se pueda incluir en la ruta tras próximos estudios.
“Desde que llegamos de nuevo a la gobernación empezamos hablar con el Ministerio de Transporte para tener de nuevo el tren turístico y se estableció que los sitios donde estaba mejor la línea férrea y se podían rehabilitar era entre Palmira y Buga”, afirmó Toro.
Y complementó que se trata de un esfuerzo entre la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), el Gobierno nacional y su administración. “Ya podemos ir a rezar en tren al Señor de los Milagros”, agregó.
Con el avance de este proyecto, se espera en que se convierta en un atractivo turístico para el departamento. “Estamos en una apuesta decidida de reactivar las líneas férreas, en esta ocasión esperamos que la próxima semana se haga la adjudicación si no hay ningún inconveniente para la recuperación y rehabilitación de 41 kilómetros entre Palmira y Buga que van a ser parte de una franja turística y esperamos seguir rehabilitando tramos para conectar al país a través de los trenes”, dijo el director de la ANI, Francisco Ospina.
Por qué dejó de funcionar el tren turístico del Valle
Es preciso recordar que el tren turístico del Valle tuvo una época de auge que concluyó en 2012. En ese momento, el tren turístico Café y Azúcar, llamado así en la época, estaba conformado por una locomotora y siete vagones; además, tenía una ruta que cubría recorridos entre Cali, La Cumbre y Buga (Valle del Cauca), hasta La Tebaida (Quindío).
En 2008 el tren turístico presentó su primer inconveniente: un solo tren se volvió insuficiente, debido a que cuando la máquina se quedaba en Quindío, los vallecaucanos se quedaban sin el servicio, por lo que debían esperar a que regresara para iniciar nuevamente la ruta, según informó Portafolio.
Entre tanto, una locomotora estaba a la espera de ser reparada para iniciar funciones y adecuarse a los seis vagones; para ello se requerían por lo menos de $1.200 millones que debían ser desembolsados por el Estado, que en ese momento operaba el tren.
En ese entonces, solo las estaciones de Buga y Yumbo eran adecuadas para presentarlas al público. Para adecuarlas y abrir nuevas líneas de pasajeros se requerían adicionales unos $11.000 millones. Para 2008, el tren turístico ya había transportado a 90.000 turistas y recorrido 12.000 kilómetros en sus primeros tres años de operación.
“El tren es rentable. Le invertimos $1.027 millones, hoy, el equipo está avaluado en $1.600 millones”, expresó en aquella época Cecilia Muñoz, gerente de la empresa que operaba el tren, citada por el medio mencionado.
Finalmente, una crisis financiera llevó a que la empresa que se encargaba de su operación cerrara las puertas y apagara las locomotoras. La operación del tren se hizo insostenible y más de 20 empleados presentaban inconvenientes en sus nóminas. Los vagones y demás equipamiento quedó en el abandono y desvalijado en una vieja estación en Cali.