Se conmemoran 25 años de una de las masacres más violentas de los paramilitares en el Catatumbo

En medio de la polémica que ha generado la llegada del ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso al país luego de cumplir con una condena de más de 15 años de prisión en los Estados Unidos, Colombia conmemora una fecha relacionada con uno de los episodios más oscuros de su historia, marcada precisamente por el grupo armado que fuera comandado por el cordobés.

Y es que el miércoles 21 de agosto de 2024 se cumplen 25 años de la masacre de La Gabarra, uno de los actos más violentos que protagonizaron las Autodefensas Unidas de Colombia cuando operaban en diferentes regiones del territorio nacional.

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Los hechos se remontan a la noche del 21 de agosto de 1999. En medio de una compleja situación de orden público en la región del Catatumbo, una de las más golpeadas por la violencia en la historia del país, cerca de 200 miembros del grupo armado se instalaron en el corregimiento de La Gabarra, zona rural de Tibú, en Norte de Santander.

Su llegada al nororiente colombiano se debía, principalmente, a que Carlos Castaño y Salvatore Mancuso, líderes de las AUC, tenían como uno de sus objetivos apoderarse de todo el territorio que comprendía Tibú. Esto, debido a que en esa zona del país, grupos subversivos como las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, así como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), tenían múltiples cultivos de coca que potenciaban sus finanzas.

Así las cosas, en la mencionada fecha, los integrantes de la organización criminal llegaron hasta el corregimiento de La Gabarra, sembrando el terror en la ciudadanía. Y es que meses antes de que lograran instalarse en la zona, los miembros de las AUC habían librado múltiples combates con guerrilleros de las Farc, lo que mantenía alerta a los residentes de ese sector del país, así como a las autoridades.

De hecho, el presidente en aquel entonces, Andrés Pastrana, había encabezado un consejo de seguridad en Cúcuta el 19 de agosto de 1999 ante la compleja situación de orden público. No obstante, tan solo dos días después, un grupo de paramilitares, identificados como “Los Azules”, lograron evadir los puestos de control del Ejército Nacional en los alrededores de Tibú y llevaron a cabo múltiples asesinatos.

Los crímenes se perpetraron entre la noche del 21 y el amanecer del 22 de agosto. Los paramilitares habrían gestado un apagón en la zona y, con lista en mano, habrían ingresado por diferentes viviendas de la zona, asesinando a quienes estaban en ella.

Incluso, existen versiones que indican que desde la base del Ejército Nacional lanzaron una bengala al cielo en la madrugada del 22 de agosto como señal de que los paramilitares debían culminar con la masacre, es decir, habrían trabajado en conjunto.

En total, 35 personas fueron asesinadas en aquella fatídica noche y, al parecer, varios de los cadáveres fueron lanzados a los ríos que pasan por ese sector del país, lo que dificultó el conteo total de los mismos.

Salvatore Mancuso, ex líder paramilitar colombiano, fue una figura clave en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), una organización paramilitar responsable de numerosos actos de violencia durante el conflicto armado en Colombia.

Mancuso se unió a las AUC en los años 90 y rápidamente ascendió en sus filas, convirtiéndose en uno de sus comandantes más influyentes. Bajo su mando, el grupo criminal llevó a cabo operaciones contra grupos guerrilleros como las Farc y el ELN, pero también cometió masacres y actividades delictivas como el narcotráfico y la extorsión, afectando duramente a la población civil.

En 2004, Mancuso y otros líderes paramilitares comenzaron un proceso de desmovilización como parte de un acuerdo con el Gobierno colombiano. Fue extraditado a Estados Unidos en 2008, donde enfrentó cargos por narcotráfico y recibió una condena de 15 años.