Mujer víctima de raponazo en Bogotá ignoró al ladrón y siguió su camino: “A esto hemos llegado”

Los bogotanos parecen estar tan adaptados a la inseguridad y la delincuencia que, incluso, algunos deciden ignorarlas cuando la tienen en frente.

Ese es el caso del robo a una mujer en el que sería el barrio Carbonell, de la localidad de Bosa, en el sur de Bogotá, en donde fue abordada por un hombre en moto que hurtó su bolso en la modalidad de raponazo.

Según se aprecia en la grabación del robo, realizada con la cámara de seguridad de un vehículo que se desplazaba en la zona, el delincuente hizo una vuelta en U prohibida, para acercarse lo necesarios y tomar sus pertenencias.

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Testigos del hurto sostienen que el motoladrón la siguió durante varias cuadras y, finalmente, cuando vio la oportunidad se dio la vuelta para tomar su bolso y darse a la fuga por una vía secundaria, sin importarle que la víctima estaba acompañada por dos menores de edad y la que parecía ser su madre.

Sin embargo, ella continuó su camino de manera desinteresada y ni siquiera volteó a mirar al ladrón, como si no le sorprendiera o estuviera adecuada a que este tipo de acontecimientos ocurran en la ciudad.

“Y la mamá le dijo: ¿vio? Lo que le he dicho... guarde ese celular”, “Eso es por Bosa Carbonell. El barrio es bonito, pero existe una olla cercana y todo un grupo delictivo por los Olivos y la vía a torres de Soacha”, “Pero para hacer retenes y llevarse los carros si están los de la Policía”, “Mijitos, no den papaya con ese celular”, “Pero la tenían fichada. Como mujer nunca se guarda el celular en el bolso, solo el maquillaje”, se lee en algunas de las reacciones a la publicación del video denuncia, en las que se percibe el pesimismo de la ciudadanía.

El actual alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, se enfrenta a un desafío importante relacionado con la seguridad en la ciudad. Según el último informe anual de seguridad de Probogotá Región, varios delitos han incrementado considerablemente este año, causando una mayor preocupación entre los ciudadanos. Esta situación está generando un entorno de inseguridad que afecta tanto a personas como a negocios.

El informe detalla que la extorsión es el delito que más ha crecido, registrando un aumento del 21,72% en comparación con el año anterior. Este delito afecta seriamente al comercio y a los individuos, contribuyendo a la sensación de temor en la ciudad. Además, el informe revela un incremento del 7,25% en el hurto a personas, lo que indica que el robo en la vía pública sigue siendo un problema recurrente en Bogotá.

En respuesta a esta realidad, Galán ha estado trabajando estrechamente con múltiples organizaciones privadas, incluyendo a Probogotá Región, para analizar y comprender mejor los datos sobre delincuencia y formular estrategias de respuesta adecuadas. Estas colaboraciones buscan identificar las áreas de mayor riesgo y profundizar en la interpretación de las cifras delictivas para elaborar políticas de seguridad más efectivas.

Los datos también muestran un aumento en el homicidio, con un incremento del 5,11% respecto a 2022. Este incremento se traduce en 52 asesinatos más en lo que va del año, un claro reflejo de la persistente violencia en ciertas zonas de la ciudad. La administración de Galán está desarrollando planes de acción específicos que incluyen un mayor control policial y la implementación de programas sociales con el fin de reducir estas estadísticas alarmantes.

Probogotá Región ha destacado la importancia de una interpretación minuciosa de estos datos para asegurar que las estrategias de seguridad sean precisas y efectivas. Además del hurto a personas y homicidios, otros delitos como el hurto de automotores y el hurto a residencias también han mostrado un aumento significativo, lo que pone de manifiesto los múltiples frentes en los que la seguridad de Bogotá debe mejorar.

El compromiso del alcalde Galán y su administración es abordar estos desafíos mediante una combinación de enfoques de intervención policial robusta y programas comunitarios que fortalezcan el tejido social de la ciudad. Las medidas adoptadas buscan no solo reducir las tasas de criminalidad, sino también devolver la confianza a los residentes de Bogotá en su capacidad de vivir en un entorno más seguro y próspero.