En Bogotá, el Teatro Faenza, inaugurado el 3 de abril de 1924, ha sido foco de oscuros rumores sobre presuntos hechos de violencia en su interior durante la década de 1970, presuntamente con fines cinematográficos.
Este lugar en la actualidad hace parte de las instalaciones de la Universidad Central, y tras un minucioso proceso de restauración, ahora ofrece visitas guiadas para que los habitantes de la capital puedan conocer todos los detalles ocultos que guarda esta joya, una de las pocas de la arquitectura Art Nouveau que se hallan en el país.
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Según una entrevista realizada por la revista Shock, varias personas vinculadas al teatro aseguraron que en este espacio se habrían producido películas del género snuff, caracterizadas por mostrar crímenes reales sin el uso de efectos especiales.
Durante su época dorada, el Teatro Faenza albergó a 1.300 espectadores, con 38 palcos y un área conocida como el “gallinero”. Fue un epicentro cultural para Bogotá, donde se presentaron artistas legendarios como Carlos Gardel y Miguel Matamoros.
Sin embargo, su renombre declinó cuando la población del centro de Bogotá empezó a desplazarse hacia otras zonas de la ciudad. Así, durante las décadas siguientes, el teatro entró en un proceso de abandono y deterioro.
El arquitecto Arturo Tapia y el ingeniero Jorge Muñoz fueron los responsables de diseñar el icónico teatro ubicado en la calle 22 con carrera 5, barrios Las Nieves, en la localidad de Santa Fe. Este espacio representó un punto culminante en la historia del cine en Bogotá, siendo el primer teatro construido específicamente para la proyección de películas en la capital colombiana.
En las últimas décadas, han surgido rumores oscuros sobre el uso del Teatro Faenza en la realización de películas porno y, supuestamente, en la creación de películas snuff, género del cual se especula que involucra escenas reales de violencia extrema.
De acuerdo con los testimonios recogidos por Shock, Manuel Chaparro habría sido una de las figuras clave detrás de estas producciones, llegando incluso a intentar reclutar a Jairo Pinilla, un reconocido cineasta colombiano especializado en terror y ciencia ficción.
La historia del Teatro Faenza combina elementos de esplendor cultural y polémica, reflejando la evolución social y cultural de su entorno. Mientras en su momento fue símbolo de la modernidad y el entretenimiento en Bogotá, los supuestos actos violentos que se le atribuyen en su etapa de decadencia muestran un lado oscuro que contrasta fuertemente con su pasada gloria, indicó Q’hubo Bucaramanga.
Para el año 2004, la Universidad Central adquirió los terrenos con el fin de restaurarlo y recuperarlo para “continuar la integración de la academia con la vida cultural de nuestra ciudad”, destacó la institución de educación superio. La restauración de toda la fachada se finalizó en agosto de 2007. “Este proceso se ha concebido como una síntesis entre los avances y las comodidades de la tecnología moderna, y el pasado urbano de la ciudad. Esto último se refleja en la preservación de la decoración original y los elementos constructivos”, destacó la universidad.
El Teatro Faenza es considerado un bien de interés cultural nacional, y su nombre obedece a que fue su construcción se hizo en las instalaciones de una antigua fábrica de loza llamada Faenza.
Si quiere visitarlo puede llegar en Transmilenio y bajarse en la estación San Diego. De ahí al teatro serán unos 10 minutos a pie, después tendrá que caminar cinco cuadras por la carrera 7A y girar dos cuadras a la izquierda.
Una de las novedades del recinto es que puede albergar diversos tipos de presentaciones artísticas, entre las que sobresalen géneros como obras de teatro, conciertos, musicales, eventos de danza y festivales artísticos. El lugar también también puede adecuarse para la realización de conferencias académicas, exposiciones de arte, grabación de programas de televisión, filmaciones, sesiones fotográficas, desfiles, reuniones sociales, convenciones, eventos empresariales y otros.
No se pierda la oportunidad de viajar en el tiempo a través de esta joya arquitectónica.