Mujer denunció por maltrato y violación a un ciudadano chino que trabaja en el proyecto Regiotram

La víctima denunció los hechos ante la Fiscalía General de la Nación, con el fin de que se haga justicia

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La mujer denunció haber vivido un verdadero flagelo con este sujeto - crédito Jorge Torres/EFE
La mujer denunció haber vivido un verdadero flagelo con este sujeto - crédito Jorge Torres/EFE

Un nuevo caso de abuso sexual y maltrato fue denunciado por una mujer de 30 años que fue víctima de un ingeniero chino que trabaja en la construcción del proyecto Regiotram de Occidente, que busca unir a Bogotá con varios municipios de la Sabana.

La mujer conoció a su agresor en 2022, mientras que trabajaba en una empresa dedicada a la venta de materiales de construcción y vivía en Boyacá. Entre tanto, el sujeto vivía en un apartamento en Madrid, Cundinamarca y empezaron a visitarse de forma frecuente.

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“Se portaba como todo un caballero y hasta me dijo que quería conocer a mi hijo y pues yo se lo presenté. Me parecía un buen hombre”, explicó la víctima citada por el diario El Tiempo. Así también, aclaró que la relación fue tranquila durante los primeros meses.

Incluso, el ciudadano chino fue a visitar a la familia de la mujer, con el fin de expresarles sus intenciones con ella: “Con ese gesto de caballerosidad creí que las cosas sí iban en serio. Incluso él me mostró un certificado en donde se corroboraba que él era divorciado y así lo hizo, pero ahora sé que lo alteró”, aseguró.

Según Medicina Legal un total de 92 mujeres en Colombia sufren agresiones a diario por parte de sus parejas sentimentales - crédito Camila Díaz/Colprensa
Según Medicina Legal un total de 92 mujeres en Colombia sufren agresiones a diario por parte de sus parejas sentimentales - crédito Camila Díaz/Colprensa

Así también, dio a conocer que el hombre le compró un anillo, por lo que el compromiso parecía ser muy serio. Lamentablemente, la felicidad no duró por tanto tiempo, debido a que el sujeto empezó a encerrarse a hacer llamadas a la madrugada, lo que alertó a la mujer.

“Hablaba y le escribía a una mujer de nacionalidad china. Era la misma que él me había mostrado cuando me contó de quién se había divorciado. Entonces la contacté (...) Me contó que nunca se habían separado y que se hablaban todos los días. Eso fue un diciembre, me quería morir”, contó.

Ella dio a conocer que le reclamó a su pareja, aunque él le aseguró que todo era falso y hasta se atrevió a llamar a su esposa de 10 años al frente de la colombiana para demostrarle que iba en serio con ella.

Empezaron las agresiones físicas

En enero de 2024, el panorama pareció no mejorar, pues la colombiana aseguró que hasta intentó asfixiarla y se volvió costumbre que la golpeara fuertemente. Hasta llegó a encerrarla en su casa mientras él salía a trabajar.

En Latinoamérica se pide respeto por la vida de las mujeres - crédito Dolores Ochoa/AP Foto
En Latinoamérica se pide respeto por la vida de las mujeres - crédito Dolores Ochoa/AP Foto

“Hackeó todas mis redes sociales, mi teléfono, les escribía a mis amigos mensajes con el propósito de cogerme en mentiras o sacar información. Todo lo hacía apoyado de un traductor. También se hacía pasar por mí usando cuentas falsas y preguntaba cosas sexuales”. Así también, informó que ella empezó a buscar más información sobre su pareja y se dio cuenta que él era consumidor de servicios sexuales y pornografía.

Ella se dio cuenta de todo esto y se le cayó toda la imagen positiva que había creado de su pareja: “Tenía todas las fotos y videos que te puedas imaginar. También me enteré de que tenía relaciones con otras mujeres de su trabajo”.

La mujer teme por su vida y espera que las autoridades presten atención a su caso - crédito Getty Images
La mujer teme por su vida y espera que las autoridades presten atención a su caso - crédito Getty Images

La mujer pretendía salir del apartamento en Madrid, el que se había convertido en su prisión, debido a que ya no aguantaba las mentiras, pero el sujeto la agredió: “En medio de la pelea intenté salir por la ventana porque era un primer piso, pero, aunque el portero escuchó los gritos, nadie me ayudó. Ocurrió el 28 de abril de este año”.

La mujer se comunicó con la Policía de Funza, y estos llamaron a la patrulla de Madrid para que fuera atender la situación. Pese a que el ciudadano chino no quería abrirles la puerta, terminó cediendo y fue llevado a la estación, mientras que ella fue trasladada a un centro médico. Lamentablemente, al salir de allí no pudo denunciarlo, pues afirmó que los uniformados lo dejaron ir. “Desde el día de la pelea hasta hoy mi vida ha sido toda una pesadilla. No he tenido paz porque yo soy una mujer sin influencias ni dinero y, en cambio, él sí tiene todo eso”, indicó.

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