Desde el juzgado Quito Penal Municipal de Soacha, en la audiencia de imputación de cargos contra tres de los 14 motociclistas que habrían ocasionado la muerte de Laura Daniela Gómez y Karen Martínez el pasado 28 de junio en la vía Sibate-Soacha, la fiscal del caso imputó a los acusados por el delito de homicidio doloso argumentando que se encontraban consientes de los riesgos para su vida y la de otros conductores al exceder el límite de velocidad.
“Pudimos establecer y afirmar lo siguiente: las jóvenes Karen Julieth y Laura Daniela, en la moto de placas GHD26D, no cometieron ninguna acción impudente, no faltaron al deber objetivo que se les puede reclamar como actores viales”, precisó en audiencia.
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En cambio, según dijo de los acusados “la velocidad que todos ustedes alcanzan en las vías nacionales sobrepasan los 100 kilómetros por hora, velocidades que llegan hasta los 140 kilómetros por hora, en un sector donde existe una señal que marca el límite de 30 kilómetros”.
La decisión de imputar el delito de homicidio doloso (cuando se tiene la intención de matar o dañar a la otra persona) se debe a que, aunque no pretendían causar la muerte de ambas jóvenes, pusieron su vida en riesgo al realizar maniobras peligrosas en la vía.
En concreto, la Fiscalía habla del cándelo, una práctica en la que motociclistas exceden el límite de velocidad y se mueven de manera impredecible para sobrepasar otros vehículos, en este caso, disminuir el tiempo de viaje entre La Mesa y Bogotá.
Sin embargo, los acusados no aceptaron los cargos en su contra con todo y que, lejos de auxiliar a ambas jóvenes, se dieron a la fuga tras ocurrido el accidente, hasta que, presionados por la prensa, admitieron su culpa, presentándose ante las autoridades.
Una más en la lista de motivaciones de la Fiscalía para solicitar la medida privativa de la libertad para los tres motociclistas del grupo que habrían hecho perder el equilibrio a ambas jóvenes, provocando su deceso en el lugar, para el caso de Karen Martínez (20 años), y 48 horas más tarde, para el caso de Laura Daniela Gómez (27 años), que estuvo luchando por su vida en UCI.
Muertes de motociclistas aumentaron hasta en un 59% los últimos años en Bogotá
Antes de salir de la Secretaría de Movilidad, Deyanira Ávila, hizo un llamado a la ciudadanía sobre la necesidad de tomar precauciones en carretera, destacando que el incremento de accidentes de tránsito entre motociclistas es preocupante. Más de 230 motociclistas perdieron la vida en accidentes durante 2023, una cifra que representa un aumento del 59% en comparación con las estadísticas de 2019, según informes de la cartera distrital.
La mayoría de las víctimas mortales pertenecen al grupo etario de 19 a 34 años y poseían licencias de conducción con menos de un año de antigüedad. Este dato resalta la necesidad de mejorar la formación de los motociclistas novatos a través de cursos de conducción segura, una de las estrategias impulsadas por la autoridad para contrarrestar esta tendencia preocupante.
Las localidades afectadas de Kennedy, Bosa, Fontibón y Suba registran las mayores tasas de mortalidad entre motociclistas. A su vez, tramos viales como la avenida Boyacá, la carrera 30, la Autopista Norte y la calle 26 se destacan como puntos críticos en la ocurrencia de accidentes fatales.
Ávila puntualizó que el 80% de los fallecidos son hombres, mientras que el 56% de las mujeres involucradas en accidentes mortales viajaban como copilotos. Además, se ha identificado una peligrosa tendencia de siniestros durante los fines de semana y en la madrugada.
Para hacer frente a esta crítica situación, la Secretaría de Movilidad está promoviendo cursos de conducción segura dirigidos a todos los motociclistas. Durante una entrevista con RCN Radio, comentó: “Son temas que a nosotros nos duelen. Creemos en la consistencia y la permanencia de este tipo de cursos donde se aprenden maniobras, pedagogía, cómo dominar el vehículo. Este ejercicio lo hacemos con colaboradores de motocicletas, gremios de moteros y mujeres quienes sienten que la seguridad vial es propia y que debemos bajar estos números de fatalidad”.
Dichos esfuerzos buscan proporcionar a los conductores de motocicletas las herramientas necesarias para reducir los riesgos en las vías, con un enfoque especial en aquellos que poseen menor experiencia al volante.