Esto fue lo que no gustó del Petronio: creadores de contenido compartieron sus impresiones sobre los visitantes al festival

El Festival Petronio Álvarez, en su edición 2024, se llevó a cabo desde el 14 hasta el 19 de agosto en Cali, Valle del Cauca, por lo que la cultura afro del Pacífico colombiano se vio representada a través de la participación de 2.000 artistas y 27 agrupaciones musicales.

Uno de los detalles más llamativos del Petronio 2024 fue la visita de los duques de Sussex, que fueron recibidos con viches y diferentes obsequios, incluso, subieron al escenario principal y saludaron al público.

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Pero, aunque para los visitantes y personas que disfrutaron de la riqueza del Pacífico a través de las transmisiones en televisión e internet el festival fue un éxito, se conocieron algunos puntos que no gustaron mucho a los asistentes.

Así lo dieron a conocer los creadores de contenido y divulgadores de la cultura afrocolombiana Gabriela Sofia Casseres Russo y Lali Fernando Riascos, a través de un video que publicaron en redes sociales en el que se refirieron a lo malo del Petronio.

El primer detalle que a los creadores de contenido no les pareció positivo fue que las personas blanco-mestizas asumieran “que la gente negra que asiste al festival hace parte del escenario del festival”.

En cuanto a este punto, Lali Fernando Riascos explicó que mientras se tomaba fotografías con sus amigas, una pareja se acercó y, sin pedirles permiso, quiso hacer parte de la imagen, una acción que argumentaron en que pensaron que los jóvenes eran parte del entorno del festival.

“Hace unos días nos estábamos tomando unas fotos con unas amigas y llega un señor y le dice a su esposa como que métete ahí a la foto y nosotros cómo que ¿por qué te quieres meter?, y él nos dice, literalmente, es que nosotros creíamos que ustedes hacían parte del entorno”, explicó.

Al respecto, Riascos afirmó que le molestó este comportamiento dado que algunos asistentes al festival asumen que, como se trata de visibilizar la cultura afro, entonces las personas se pueden convertir en un objeto para mostrar.

“La gente asume que como es nuestra cultura, nosotros como personas nos deshumanizamos y pertenecemos y somos un objeto más para mostrar que les encanta la cultura del pacífico”, aseguró Riascos.

Por su parte, Gabriela Casseres agregó que ese tipo de comportamientos los hace sentir “exotizados en este espacio”, incluso, se refirió al atuendo que los turistas utilizan mientras asisten al Petronio, dado que creen que el festival es “igual a Halloween y que las personas blanco-mestizas usen solo telas africanas y turbantes cuando vienen al Petronio”.

Otro de los temas fue el precio de los productos que se venden en el festival, dado que los creadores explicaron que no se necesita mucho dinero para comer, pero algunos extranjeros se quejan de lo que deben pagar.

“La gente viene a quejarse cuando con 50.000 pesos comen dos personas que a mí me parece demasiado barato para un festival de este tamaño y son emprendedores y emprendedoras que estar acá implica demasiado costo, tienen que pagar mucho, incluso, muchos salen en pérdidas, entonces ponerse en el zapato de la gente, lo difícil que es conseguir en una ciudad como esta todo lo necesario para preparar la comida del Pacífico, entonces vale totalmente el precio que me pongan”, agregó Riascos.

En ese sentido, Gabriela Casseres recordó el comportamiento de una visitante española que pidió rebaja a una de las mujeres que se encontraba vendiendo una bebida tradicional del Pacífico.

“A mí me pasó que una señora española blanca quería que la mujer negra le vendiera el guandolo a 8.000, cuando valía 10.000. Que regateen los precios me parece una falta absoluta de respeto”, afirmó Casseres.

Por último, en el video se refirieron a la etnoeducación. Al respecto, los creadores de contenido aseguraron que muchos visitantes esperan que las personas afro les enseñen todo lo que forma parte de su cultura, algo que debería ser un trabajo propio si se piensa visitar el festival.

“Si bien el Petronio Álvarez busca compartir la cultura de las personas afro del Pacífico, una de las cosas que ocurre es que las personas blanco-mestizas asumen que todos los que asistimos y somos negros tenemos que etnoeducarlos o que estamos en la obligación de etnoeducarlos. Entonces hay preguntas constantes de cómo se come esto, cómo se baila esto, de qué está hecho esto, y la etnoeducación también hace parte de un proceso propio, y no tengo por qué estar enseñándote constantemente sobre nuestra cultura, porque para eso están espacios como estos”, concluyó Riascos.