Desde que Emma Cruz llegó al mundo del entretenimiento gracias a su paso por el Reinado Nacional de Belleza en el que representó al departamento del Cundinamarca cuando Taliana Vargas se coronó como reina de Colombia en el 2007, la también modelo bogotana se cuestionó sobre su verdadera pasión.
Pese a que ama actuar, la dinámica del medio la agobió y aunque intentó un nuevo camino en México a donde viajó en busca de nuevas oportunidades en la pantalla chica, cuando conoció la técnica del Wim Hof o crioterapia todo en su vida cambió, pues el hielo le dio las respuestas que tanto estaba esperando. “No era feliz, la televisión no me daba tranquilidad, por eso la dejé”.
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Si bien Emma Carolina Cruz Contento, como es su nombre de pila, ama actuar, pues reconoce que es una de sus pasiones y no descarta volverse a poner en la piel de un personaje, asegura que en cuanto se alejó de las cámaras encontró la tranquilidad que tanto anhelaba tener.
La exreina contó que a pesar de que llegó al método Wim Hof siguiendo una moda, ya que fue hace cinco años cuando las celebridades viralizaron esta técnica con la que según quienes la practicaban se liberaban del estrés poniendo a prueba los límites tanto físicos como mentales de las personas que se someten a su técnica, finalmente encontró en el proceso un objetivo y su verdadera vocación, pues además, se convirtió en coach de vida.
“Mi primera experiencia con el hielo fue hace cinco años siguiendo una tendencia, yo solo llegué a sumergirme para tomarme la foto y mostrarle a la gente en redes que si era capaz, pero nada, no obstante, esta herramienta influyó en mi espiritualidad”, mencionó la también entrenadora personal en entrevista con La Red.
Con el pasar del tiempo, Emma descubrió que la actuación no le aportaba cosas tan buenas como ella pensaba. “Aunque amo actuar, el sistema y la industria me estaban inquietando, empecé a tener choques con mi ego, reflexioné sobre la intensión y el propósito por el que lo hacía no estaban tan claros. Me causó angustia estar en una carrera que no sabía para dónde iba, así que preferí ser feliz”, afirmó la modelo que además, es hijastra del fallecido maestro de actuación Alfonso Ortiz quien la formó y encaminó en el arte.
Cruz aceptó que cuando asiste a teatro revive el sueño de verse parada en las tablas, sin embargo, se aferra a su proceso de sanación que le quitó un peso de encima. “No creas, a veces siento que se revuelve todo y me da ese guayabo de querer volver, pero por ahora tengo mucho que entregar en este camino espiritual que emprendí guiando a otros”.
¿En qué consiste el método Wim Hof?
Esta es una terapia seguida por los atletas para recuperarse físicamente después un desgaste físico o competencia de resistencia, adoptó este nombre por el deportista holandés llamado Wim Hof a quien también se le conoció como Iceman, pues era altamente tolerante a las bajas temperaturas, no obstante, otras personas descubrieron efectos y bondades que trajeron beneficios que transformaron sus vidas.
Según el instructor y ciclista argentino Franco Recht con 29 años, ha superado sus propios problemas de salud de la infancia con esta práctica que estimula el sistema inmunológico, fortalece la disciplina. Su historia inspiradora refleja cómo el compromiso y el esfuerzo pueden llevar a superar obstáculos y alcanzar las metas. Recht fue el segundo argentino en difundir esta práctica en Argentina, donde cada día genera mayor interés.
En entrevista con La Fórmula Podcast dio detalles sobre el origen del método que practica y los cambios que ejerce sobre el cuerpo y la mente. Rechaza que pueda ser efectivo para bajar de peso y asegura que trata de transmitir a las personas que instruye que el objetivo fundamental es la constancia y la disciplina para “estar preparados para lo imponderable” de la vida.
Este técnica fue implementada por Wim Hof quien actualmente tiene 65 años de edad y que consiguió comprobar que se puede incidir e influenciar nuestro sistema inmunológico. Tiene tres pilares: Uno es un protocolo de respiración particular; el segundo es la exposición gradual y consciente al frío, —yo le agrego coherente—; y el tercero es el compromiso.