Las vigencias futuras (VF) son las autorizaciones para asumir obligaciones que afecten el presupuesto de vigencias siguientes. Pueden ser ordinarias, cuya ejecución se inicia afectando el presupuesto de la vigencia en curso, y pueden ser excepcionales, cuyas obligaciones afectan el presupuesto de vigencias fiscales futuras y no cuentan con apropiación en el presupuesto de la vigencia en que se concede la autorización y son aprobadas por el Consejo Superior de Política Fiscall (Confis).
Sobre estas, el presidente Gustavo Petro ha llamado varias veces la atención para que sean modificadas porque, según él, reproduce la desigualdad y, por tanto, la violencia y la inseguridad. Además, porque comprometen por anticipado recursos del presupuesto nacional y quitan la capacidad de gasto al Gobierno actual.
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El asunto volvió a mencionarse tras varios días debido a la columna de opinión de Mauricio Cabrera Galvis, miembro independiente de la Junta Directiva de Ecopetrol S.A. desde octubre de 2022 y vicepresidente de dicha Junta Directiva y presidente de su Comité de Compensación, Nominación y Cultura.
El texto, denominado “Vigencias futuras y regiones” y publicado en El País, el columnista habla de que las cifras son aterradoras, ya que el Gobierno nacional tiene compromisos de VF hasta 2053 por valor de $185 billones.
Además, precisó que “como la deuda pública a finales del año pasado ascendía a $816 billones, si las VF se contabilizaran como debe ser, la deuda crecería un 23% y habría llegado al 66% del PIB, rompiendo todos los límites de la regla fiscal”.
De igual manera, que “la limitación al Gobierno de turno es enorme. Para el período 2023-2026 los gobiernos anteriores aprobaron VF por valor de $72 billones que representan cerca de la cuarta parte del gasto de inversión pública para esos años. Con razón el presidente se queja de que no tiene plata para sus programas de inversión”.
Ante esto, el presidente Petro reaccionó por medio de X y aseguró que “las llamadas vigencias futuras concentran la inversión pública en las áreas más ricas de Medellín y Bogotá”. Además, que dejan por fuera al resto del país y pueden ser el desencadenador de las próximas violencias al excluir a la mayoría de las regiones de Colombia y a los territorios donde habitan los más pobres”.
Según dijo el mandatario, es lo peor del desatino de las decisiones de los gobiernos de este siglo y van contra la paz. Apuntó que “son las responsables que se prefiera invertir los dineros públicos en los negocios bancarios de las carreteras por concesión, que en el agua potable que necesitan 14 millones de habitantes”.
Finalizó al decir que es indispensable revisarlas y adecuarlas a los acuerdos de paz y a la convivencia nacional.
Vigencias futuras deben preservarse
Sobre este asunto hay cada vez más apreciaciones y parece que será algo de no terminar, principalmente, en el sector de las vías. Por ejemplo, el presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), Juan Martin Caicedo, incluyó las vigencias futuras dentro del imperativo plan de reactivar la economía, durante lo que resta del año.
Entre los seis fundamentales, que bien pueden ser los motores de la recuperación del sector, incluyó que “las vigencias futuras del presupuesto deben preservarse, sin perjuicio de que el gremio considera que puedan liberarse en algunos proyectos, que por razones de fuerza mayor no han avanzado”.
Contra la reactivación
Por otro lado, el vicepresidente del Consejo Privado de Competitividad, Daniel Gómez Gaviria, criticó la actitud del presidente Petro,
“El presidente sigue insistiendo en modificar (¡incumplir!) compromisos de vigencias futuras aprobadas por declaratorias de importancia estratégica en el Conpes y en el Confis. Junto a idea de inversiones forzosas envía mensajes de desconfianza contra reactivación”, señaló..