Ciudadanos de un barrio del sur de Bogotá denuncian un prostíbulo clandestino que opera en un vivienda del sector

Los habitantes del barrio Nueva Candelaria de la localidad de Ciudad Bolívar están desperados con un negocio que estaría acabando con la tranquilidad del sector residencial. Se trata de un prostíbulo clandestino que al parecer estaría operando desde una de las casas de la zona.

Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.

‘Los Ángeles’ sería el nombre de la casa de lenocinio que operaría en una vivienda de tres pisos ubicada en medio de una cuadra residencial en el sur de Bogotá. Según varios vecinos en este lugar donde el flujo de personas y el ruido son elevados, no solo se realizarían actividades sexuales, sino que se sospecha de la venta de drogas.

Precisamente el lugar ya ha sido intervenido por las autoridades en dos ocasiones, hace un par de meses se le impuso un comparendo debido a que se apreció un bar en el primer piso de la zona residencial. El lugar fue multado y sancionado durante algunos días.

El pasado 7 de agosto las autoridades reportaron un nuevo operativo en la señalada casa de lenocinio donde lograron encontrar más evidencias de la actividad sexual que se lleva al interior del lugar, así como estupefacientes.

“El establecimiento, conocido en el sector con el nombre de ‘Ángeles’ y que se promocionaba en redes sociales, no cumplía con los permisos de uso del suelo ni con las mínimas normas de salubridad para su funcionamiento. Durante el operativo de inspección vigilancia y control, se incautaron varias dosis de sustancias psicoactivas, así como el almacenamiento de gran cantidad de preservativos”, indicaron desde la Secretaría de Seguridad en un comunicado de prensa.

Por su parte, el coronel Germán Gómez, comandante de la Estación de Policía de Ciudad Bolívar, confirmó que han identificado el modus operandi de estos establecimientos que, en zonas residenciales, instalan prostíbulos clandestinos. Estos lugares suelen contar con cuerpos de seguridad que les permiten pasar desapercibidos ante la visita de vecinos del sector o de uniformados de la policía.

“A través de redes sociales se promocionan este tipo de actividades y se engaña a las personas haciéndolas creer que irán a lugares legalmente constituidos. Lo que hemos evidenciado es que se usan casas de dos y tres pisos con bares que funcionan de forma clandestina y con habitaciones en los demás pisos sin ningún tipo de regulación ni verificación de autoridad sanitaria”, afirmó el coronel Gómez.

“Llevamos unos tres años sufriendo con esa gente, necesitamos que se haga algo” o “Una vez golpearon en mi casa preguntando si ahí era el prostíbulo”, son algunas de las denuncias anónimas de vecinos que hablaron en El Tiempo señalando los problemas que trae a un sector familiar un establecimiento clandestino en donde las riñas, el consumo de droga y la explotación sexual son constantes.

El funcionamiento de casas de lenocinio clandestinas en sectores residenciales de Bogotá representa un riesgo significativo para la seguridad y la calidad de vida de los habitantes. Estos establecimientos, al operar al margen de la ley, generan una serie de problemáticas que afectan directamente a las comunidades vecinas.

En primer lugar, la presencia de estas casas clandestinas suele ir acompañada de un aumento en la delincuencia, incluyendo el tráfico de drogas y la explotación sexual, lo que incrementa la percepción de inseguridad en la zona. La constante entrada y salida de personas desconocidas, junto con el ruido y las riñas que se generan, altera la tranquilidad de los barrios y genera temor entre los residentes, especialmente entre las familias con niños.

Además, estos establecimientos no cumplen con las normativas sanitarias, lo que puede llevar a la propagación de enfermedades y pone en riesgo la salud pública. La falta de regulación también facilita la explotación de personas vulnerables, muchas veces víctimas de trata de personas, quienes son sometidas a condiciones laborales inhumanas.