La crisis política en Venezuela es objeto de innumerables debates y propuestas por parte de actores internacionales y locales. El presidente de la República, Gustavo Petro, presentó recientemente un plan estructurado en cinco puntos que busca ofrecer una transición política en Venezuela, pero esta iniciativa provocó una serie de reacciones, tanto de apoyo como de rechazo, entre los diferentes actores políticos, se destacó la crítica abierta al Gobierno, la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.
El tercer triunfo consecutivo del régimen de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de Venezuela, llevadas a cabo el 28 de julio, marcó un punto de quiebre en la política de Latinoamérica. Este resultado, que relegó al opositor Edmundo González al segundo lugar, no pasó desapercibido para la comunidad internacional. Desde entonces, esto provocó una serie de reacciones y encendidos debates sobre el rumbo político del país vecino, de allí la propuesta de Petro.
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La referencia de Petro al Frente Nacional colombiano, un acuerdo político que permitió la alternancia en el poder entre los partidos Liberal y Conservador entre 1958 y 1974, marca el eje central de su propuesta. El mandatario sugiere que un modelo similar de cohabitación y gobierno compartido podría ser aplicado en Venezuela para estabilizar el país y permitir una transición pacífica.
La propuesta de Petro no estuvo exenta de críticas, puesto que Ingrid Betancourt, una figura prominente en la política colombiana, expresó su rechazo a través de su cuenta en X. La también exsenadora argumentó que la propuesta de Petro podría ser interpretada como una validación del régimen de Maduro y una trampa para mantenerlo en el poder. La solución no reside en la cohabitación, sino en la salida del poder del dictador venezolano y en el reconocimiento de los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que la oposición alega haber obtenido la victoria.
“El Arte de enredar la pita. @petrogustavo en vez de encontrar soluciones se inventa más enredos. Como no le sirvió la trampa a Maduro, entonces volvamos a hacer las elecciones en Vnzla para que el fraude le salga bien esta vez. Edmundo ganó y Maduro debe negociar su salida. No su quedada. Tampoco invente cohabitación para que maten a los ganadores más fácil”, escribió Betancourt.
Betancourt enfatiza que el candidato opositor Edmundo ganó legítimamente y que Maduro debería negociar su salida del poder. Este llamado resuena con las voces de otros líderes internacionales que también solicitaron un cambio pacífico de gobierno en Venezuela. No obstante, el temor de la excandidata presidencial es que cualquier propuesta de cohabitación entre el dictador y la oposición pueda poner en peligro a la bancada contraria.
Estos son los cinco puntos de la propuesta de Petro:
- Levantamiento todas las sanciones contra Venezuela.
- Amnistía general nacional e internacional.
- Garantías totales a la acción política.
- Gobierno de cohabitación transitorio.
- Nuevas elecciones libres.
El primer punto de la propuesta se centra en el levantamiento de las sanciones internacionales impuestas a Venezuela, que tienen un costo estimado de 232.000 millones de dólares. Estas sanciones, según Petro, tienen efectos sociales negativos, exacerbados durante la pandemia, y violan principios del derecho internacional al coaccionar a un Estado soberano.
El segundo punto del plan propone una “amnistía general nacional e internacional” para eliminar el temor a represalias por parte de futuros gobiernos, buscando asegurar un entorno de estabilidad y reconciliación. La amnistía debería ser verificada internacionalmente para garantizar la protección de todos los actores políticos involucrados.
El tercer aspecto sugiere la implementación de “garantías a la acción política” que permitan a todas las partes, tanto oficialismo como oposición, llevar a cabo sus campañas sin temor a la violencia, al recordar el violento episodio de las guarimbas en 2014.
Además, el plan aboga por la instauración de un gobierno transitorio, inspirado en el Frente Nacional colombiano de 1957, que permitiría una transición pacífica del poder. El último punto de la propuesta es la convocatoria de nuevas elecciones para reiniciar el proceso electoral y permitir una renovación política, en preparación para las elecciones regionales y legislativas del próximo año.