El reciente asesinato de Pedro Aguilar en Bogotá, a manos de un francotirador, muestra la persistente violencia que rodea al lucrativo negocio de las esmeraldas en Colombia.
Este sector, con ganancias anuales que pueden superar los cien millones de dólares, ahora cuenta con Esteban Santos al frente de Muzo Colombia como Country Manager, el holding más grande en este ámbito. Santos, hijo menor del expresidente Juan Manuel Santos, asumió la dirección a principios de este año, según medios nacionales.
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Esteban Santos reemplaza al estadounidense Charles Burgess, quien estuvo liderando Muzo Colombia por más de 13 años. Burgess fue crucial para la entrada del magnate petrolero sirio-estadounidense Jamal Daniel como socio extranjero en la mina Puerto Arturo, en la región de Muzo, en el occidente de Boyacá.
Esta misma mina fue donde el famoso ‘zar de las esmeraldas’ Víctor Carranza encontró las esmeraldas Fura y Tena, dos de las más grandes del mundo.
Con la adquisición de Puerto Arturo completada en 2014, Daniel compró por una suma millonaria las acciones de Carranza y de la familia Molina, consolidándose como el principal jugador en esta mina histórica.
El cambio en la administración con la entrada de Esteban Santos también incluye a personajes cercanos al expresidente Juan Manuel Santos. Entre ellos se destaca Camilo Acero, quien fue asesor en temas de paz en el anterior gobierno, y Yolima Jiménez, de la confianza del exmandatario, que ahora ocupa una gerencia clave en la logística de la holding.
Otro jugador importante en el sector de las esmeraldas es Esmeraldas Santa Rosa, donde predominan los herederos del otro ‘zar de las esmeraldas’, Gilberto Molina, asesinado en 1989. Los accionistas Hernando Sánchez y Pedro Aguilar —asesinado recientemente— representaban figuras clave en el mundo esmeraldífero.
Además del interés práctico y económico que representa esta industria, el campo de las esmeraldas en Muzo y en otras áreas de Boyacá sigue siendo un terreno marcado por historias de violencia. Desde los tiempos de Carranza y Molina, la lucha por el control de estas minas ha llevado a enfrentamientos que muchas veces terminan en tragedias como la de Aguilar.
El correo de operaciones de Jamal Daniel se encuentra en Houston, Texas. Empresas como Muzo Colombia, Esmeraldas Santa Rosa y Fura, que también cuenta con accionistas extranjeros, son reconocidas como los grandes jugadores en el mercado colombiano de esmeraldas. Pero este mercado sigue siendo muy volátil y conflictivo, en parte, debido a las inmensas ganancias que genera.
Hasta finales del año pasado, Burgess dejó de tener injerencia en las operaciones en Colombia, lo que allanó el camino para que Esteban Santos asumiera las riendas de Muzo Colombia. Esta transición no solo representa un cambio en la gestión, sino que marca un hito en la colaboración internacional dentro de esta industria.
El mercado esmeraldero en Colombia
Colombia es conocido por su excepcional exportación de esmeraldas, produce aproximadamente el 60% de las esmeraldas del mundo. Se estima que alrededor del 95% de estas gemas son exportadas a mercados internacionales, consolidando así la posición de Colombia como líder mundial en la producción y exportación de esmeraldas, según Fedesmeraldas.
El Centro de Desarrollo Tecnológico de la Esmeralda Colombiana (Cdetc) garantiza la autenticidad y calidad de las esmeraldas exportadas, proporcionando certificaciones que aseguran los tratamientos recibidos por las gemas. Esto le da a las esmeraldas colombianas una ventaja competitiva en el mercado global debido a su alta calidad.
En términos económicos, la exportación de esmeraldas generó ingresos significativos para el país. Cada año se exportan aproximadamente 3.8 millones de quilates de esmeraldas. Aunque las cifras exactas de ingresos pueden variar anualmente dependiendo del mercado global y la demanda, la importancia de esta industria para la economía colombiana es indiscutible.
La industria de las esmeraldas también es una fuente crucial de empleo. Empresas como Fura Gems, Muzo y Esmeraldas Santa Rosa emplean directamente a cerca de 2.000 personas, principalmente en las regiones mineras del país. Estas empresas no solo ofrecen empleo sino que contribuyen al desarrollo de las comunidades locales mediante inversiones en infraestructura social y económica.
Pese a los logros, el sector enfrenta retos importantes. La necesidad de una mayor formalización del negocio y garantizar la transparencia en las transacciones son dos de los principales desafíos que se deben abordar. A nivel internacional, la competencia también es feroz. Países como Zambia, aunque producen esmeraldas de buena calidad, no llegan al nivel de las colombianas, lo que permite que Colombia mantenga una posición privilegiada en el mercado.
Sin embargo, la formalización y la regulación transparente de la industria son claves para que este sector continúe creciendo y aportando significativamente a la economía local y nacional.