En enero de 2024, el páramo de Santurbán en Colombia ardió durante cuatro días, del 22 al 26 de ese mes, lo que causó la quema de centenares de frailejones, plantas emblemáticas del ecosistema de alta montaña.
Este desastre medioambiental, combatido por 200 socorristas y voluntarios, ha tenido consecuencias en la regulación hídrica de la región, tal y como advirtieron las autoridades ambientales. En agosto del 2024 se han iniciado labores de reforestación mediante la siembra de 400 frailejones en el municipio de Mutiscua, se informó desde el Ejército Nacional.
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La iniciativa, parte del Plan Institucional Amazonía, fue ejecutada por soldados del Batallón de Infantería N.° 13 General Custodio García Rovira, de la Brigada #13 del Ejército Nacional, en colaboración con la alcaldía local y la comunidad.
La plantación de frailejones tuvo lugar en la vereda La Colorada. Estas plantas, vitales para la captación y almacenamiento de agua en los páramos, fueron cultivadas en el vivero de la Base Militar Cerro Oriente, donde los soldados vigilan y cuidan su crecimiento antes de trasplantarlas a su entorno natural.
Conocido por ser un ecosistema crucial para la región, el páramo se convirtió temporalmente en lo que los locales llamaron un “cementerio de frailejones” debido al impacto del incendio. Pero siguiendo la mitigación del desastre, la recuperación ecológica ha sido posible con la contribución de lluvias recientes que han ayudado a acelerar el renacimiento de estos frágiles ecosistemas.
La reforestación también fue posible gracias a la previa preparación del terreno realizada por los habitantes de la región, quienes entienden la importancia de los frailejones para el medioambiente. Esta jornada congregó a miembros de la comunidad, líderes ambientales, el ejército y la administración local, permitiendo la reintroducción de estos “nuevos habitantes” en áreas afectadas como las veredas La Caldera y Concepción.
Pese a desafíos como el cambio climático y los incendios forestales recientes, el frailejón es clave para la producción y mantenimiento de las fuentes de agua. En enero, Manuel Andrés Calderón, un experto en frailejones y páramos, explicó a Infobae Colombia la dificultad y lentitud del proceso de recuperación total del ecosistema, señalando que:
“Esta vegetación está diseñada para soportar ese tipo de temperaturas, por algo están allí ubicadas, han sobrevivido y han evolucionado para poderlo hacer. Esta renovación de vegetación va a ser un poco más complicada en cuanto a tiempo, puede tardar décadas para que vuelvan a aparecer líquenes y musgo, porque básicamente se ha removido el manto vegetal”, aseguró el experto.
Asimismo, la bióloga Clara Morales-Rozo, destacó que el crecimiento de los frailejones depende de varios factores climáticos, incluyendo el aumento de las temperaturas a nivel global. Afortunadamente, las condiciones recientes han sido favorables y la comunidad celebra los signos de recuperación con alegría.
Para prevenir futuros desastres, los Cuerpos de Bomberos de Santander, la Defensa Civil, el Ejército Nacional y autoridades ambientales recomiendan no arrojar desechos contaminantes, no dejar colillas de cigarrillos ni botellas de vidrio, y evitar hacer fogatas en las áreas de conservación del páramo.
Los frailejones son vitales para el equilibrio ecológico de los páramos, zonas de alta montaña en la región andina. Estas plantas capturan agua de la niebla y la precipitación, almacenándola en sus hojas y liberándola gradualmente. Este proceso es esencial para mantener el flujo constante de agua hacia ríos y acuíferos, abasteciendo a comunidades humanas y ecosistemas a menor altitud.
Además, los frailejones contribuyen a prevenir la erosión del suelo, actuando como barreras naturales que estabilizan el terreno. Su presencia sostiene una biodiversidad única, proporcionando hábitat y alimento a numerosas especies endémicas. La conservación de los frailejones es crucial no solo para preservar estas funciones ecológicas, sino también para enfrentar el cambio climático, pues estas plantas incrementan la resiliencia de los ecosistemas de páramo