Estos son los sectores en Colombia que aún enfrentan dificultades, pese al aumento del PIB en el segundo trimestre

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) presentó el jueves 15 de agosto los datos del Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia para el segundo trimestre de 2024. Este periodo mostró un impulso económico con un crecimiento del 2,1% en la serie original y del 1,8% en el dato desestacionalizado, reflejando una recuperación en comparación con el 2023, cuando el crecimiento anual apenas alcanzó el 0,6%.

Sin embargo, a pesar de este optimismo, varios sectores económicos en el país siguen mostrando signos de debilitamiento. Por ejemplo, el sector de explotación de minas y canteras experimentó la mayor caída con un decrecimiento del -3,3%. Le siguió el sector de información y comunicaciones, que se redujo en un 1,9%, y las industrias manufactureras, que disminuyeron un 1,6%.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.

Cabe indicar que, 2023 fue un año particularmente difícil para la economía colombiana, con cifras de crecimiento desalentadoras. De acuerdo con informes recopilados, la inflación, que aún persiste por encima del 7%, y las dificultades fiscales son factores clave que han impedido un despegue económico más robusto. Asimismo, la falta de confianza para incentivar inversiones extranjeras, una nueva reforma tributaria, y las amenazas constantes del Gobierno nacional al sector privado han agudizado de gran manera la situación.

No obstante, algunos sectores han mostrado una recuperación notable en este segundo trimestre del año. Por un lado, las actividades artísticas y de entretenimiento registraron un crecimiento del 11,1%, mientras que el sector de agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca tuvo un repunte del 10,2%. Otro sector en ascenso fue el de administración pública y defensa, con un incremento del 4,8%. En paralelo, el informe del Dane también señaló signos positivos en el sector de la construcción, que se recuperó con un crecimiento del 2,4%, revirtiendo la tendencia negativa del 2023, cuando había disminuido un -2,7%.

A pesar de las mejorías, las proyecciones de diversas entidades financieras para el crecimiento del PIB fueron variadas. Por ejemplo, el Banco de Bogotá había proyectado un 3,0%, Davivienda estimó un 2,5%, y Bancolombia acertó con una proyección del 2,0%. Por su parte, el Banco de la República y el Banco Itaú proyectaron cifras más conservadoras en la línea del 1,8% y el 1,7%, respectivamente.

En este contexto, mientras el Producto Interno Bruto del segundo trimestre de 2024 señala una reactivación económica en Colombia, varios sectores aún enfrentan desafíos significativos. La recuperación completa exigirá medidas gubernamentales contundentes y sostenidas para asegurar un crecimiento más homogéneo y robusto en todos los sectores productivos del país.

En contraste, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) aseguró que el crecimiento del PIB de Colombia se mantendrá en 1,3% para 2024. La organización regional corroboró este dato tras una revisión de las previsiones económicas para la región en lo que queda de 2024 y lo que se espera para 2025. La Cepal también prevé un incremento en el crecimiento del PIB colombiano para 2025, estimando un 2,6%.

En el panorama de las proyecciones económicas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) coincide con la Cepal en cuanto al crecimiento del PIB colombiano este año, aunque es más optimista para 2025, con una proyección de 3,3%. Por otro lado, el Banco Mundial prevé un crecimiento similar del PIB para los próximos años, con un 3,3% para 2025 y un 3,1% para 2026. Estas cifras coinciden en líneas generales con las cifras de Cepal, aunque con una leve diferencia en el optimismo para años futuros.

Por el contrario, el pronóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI) es más conservador. La previsión del FMI para el crecimiento del PIB de Colombia en 2024 se sitúa en 1,1%, la más baja entre las estimaciones de los organismos internacionales mencionados. Esta discrepancia destaca las diferentes metodologías y enfoques en la evaluación de las perspectivas económicas del país.