Colombiana en Estados Unidos se mostró desilusionada del sueño americano: “¿Qué necesidad tenía de venirme para acá?”

Planificar el viaje y dimensionar cómo es la vida a cientos de kilómetros, según dijo, sería la clave para evitar arrepentirse

Guardar
La vida lejos de casa
La vida lejos de casa sigue poniendo a prueba a Erika - crédito @erikacarde / TikTok

El sueño americano puede convertirse en una pesadilla de la noche a la mañana. Por eso, la migrante y creadora de contenido colombiana Erika Card compartió esta advertencia con sus seguidores, sobre todo si tienen pensado rehacer su vida en los Estados Unidos, para que no se arrepientan cuando ya sea demasiado tarde.

¿Yo por qué me vine a Estados Unidos? ¿Yo qué hago acá? ¿Qué necesidad tenía de venirme para acá y pasar por todo lo que estoy pasando ahorita? ¿No se hacen estas preguntas? (...) estar acá es, un día, quererse comer el mundo, decirse a sí mismo que sí se puede, se va a lograr, estoy donde estoy y agradezco a Dios y a la vida. Pero otros es preguntarse estas cosas: ¿Qué necesidad (tenía de migrar)?”, reflexionó.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.

Y es que el rehacer su vida en otro país, sobre todo siendo madre, es un reto diario que la ha hecho cuestionarse sobre qué tan acertada fue su decisión de migrar, porque “definitivamente cuesta mucho salir, uno nunca dimensiona que va a costar tanto salirse de la zona de comfort. De tanto llorar ya s eme corrió el maquillaje. Hasta que llegué aquí supe lo que era la zona de comfort y lo que era tener la vida medianamente organizada”.

Su estilo de vida mejoro innegablemente, pero, de un día a otro, se encontró sola, con una serie de responsabilidades que jamás había pensado asumir, hasta que su situación actual la obligó:

Su llamado es a meditar bien antes de dejar la zona de comfort, con todo y que puede valer 1005 la pena - crédito @erikacarde / TikTok

“Estar en este país es una lucha. Es decir, usted tiene que luchar para que lo dejen quedarse acá. Usted tiene que demostrarle a alguien y pedirle a alguien que necesita estar acá, que quiere estar acá y hacer las cosas bien... desde eso ya es una lucha”.

Y continuó: “Hay días en los que, definitivamente, es difícil. Y sé que hay gente que pensará qué hago acá, que me devuelva, pero si estoy acá es porque tuve los pantalones un día de querer ir a otro país a explorar, a buscar algo que yo desde mi país veía como un imposible, pero, claramente, si hubiera sabido, si hubiera dimensionado lo que era...”.

Explicó que estando lejos se enfrenta la soledad, la sensación de extrañar a la familia, no contar con ellos y asumir el control y la culpa, cuando algo sale mal. De ahí que su consejo sea a planificar el viaje y dimensionar cómo es la vida a cientos de kilómetros, para evitar arrepentimientos de última hora:

A veces nos intentamos mostrar tan fuertes, para demostrar que podemos, pero se llega un punto en el que no. Se explota porque son demasiadas cargas, demasiadas responsabilidades. Es el trabajo, es el sobrevivir y no es imposible estar acá, pero si usted lo puede planificar, planifíquelo, no tome decisiones por el afán de salir de un mierdero, porque puede terminar en otro”.

Meses antes, Erika expuso a un restaurante colombiano que cobraría de más a sus comensales en los Estados Unidos

Erika compartió en abril a través de sus redes sociales una serie de encuentros desafortunados que vivió en un restaurante colombiano en Los Ángeles. La bloguera detalló cómo, en múltiples ocasiones, sintió que fue víctima de prácticas deshonestas al momento de pagar la cuenta.

Según reveló Card en un video, desde que visitó por primera vez el restaurante, notó un patrón sospechoso: los meseros nunca llevaban la cuenta detallada a la mesa. En lugar de eso, traían un datafono y proporcionaban el monto total sin desglosar los precios de cada platillo, lo cual dificultaba verificar si el cobro era correcto.

Sus meseros, dicen, suelen inflar los precios tras repasar los productos - crédito @erikacarde / TikTok

En una de sus visitas, Card expresó a sus acompañantes que tenía la impresión de que estaban siendo mal cobrados, pero se abstuvieron de confrontar al personal y simplemente pagaron. Sin embargo, esta intuición de que algo andaba mal se vio confirmada cuando, días después, leyó una denuncia en un grupo de colombianos en WhatsApp. El mensaje señalaba a un restaurante colombiano que no entregaba recibos y que presumiblemente inflaba las cuentas.

Decidida a resolver sus dudas, Erika Card decidió regresar al restaurante con el propósito de monitorizar cada detalle del servicio y, esta vez, confrontar cualquier irregularidad en los cobros. En esa ocasión, antes de pedir la cuenta, calcularon el precio total prevista de la comida, incluyendo impuestos, sumando un total de alrededor de 93 dólares. A pesar de dejar un margen de cinco dólares extra, el mesero intentó cobrarles 123 dólares.

Los meseros no entregan la factura a sus clientes y cuando estos la requieren dicen que la enviaran a su teléfono celular, pero nunca llega - crédito @erikacarde / TikTok

Este último incidente llevó a Card y a sus acompañantes a decidir enfrentar la situación. Aunque ella se sentía incómoda con la posibilidad de un conflicto, la disparidad en el monto a pagar era demasiado evidente como para ignorarla. A través de sus redes sociales, la bloguera compartió esta historia con la esperanza de alertar a otros comensales sobre posibles prácticas similares y de fomentar un mayor escrutinio y transparencia en los servicios de los restaurantes.

Para seguir más historias y actualizaciones de Erika Card, los seguidores pueden estar al tanto de sus publicaciones en su WhatsApp Channel y en Facebook.

Guardar