El anuncio del presidente Gustavo Petro sobre el modelo de “inversiones forzosas” reavivó un antiguo debate económico en Colombia, al despertar una mezcla de preocupación y escepticismo entre diversos sectores. Este enfoque, heredado de épocas anteriores a los años noventa y casi obsoleto en la mayoría de los países latinoamericanos, provocó discusiones sobre su viabilidad y el impacto real en la economía nacional, lo que hizo que Laura Sarabia, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), recurriera a sus redes sociales para aclarar los conceptos erróneos y los temores que rodean a esta medida.
Las “inversiones forzosas” fueron una práctica común en la región, concebidas como una herramienta para canalizar el ahorro privado hacia sectores estratégicos, que busca impulsar el crecimiento económico y la redistribución del ingreso. Sin embargo, con el paso del tiempo, este modelo se fue abandonando debido a los desafíos que imponía a la libertad económica y a la estabilidad financiera.
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El plan económico presentado por el presidente Petro no solo incluye la inversión forzosa, sino una fuerte apuesta por las energías limpias y la descarbonización, al buscar una transición hacia una economía más sostenible y productiva. El punto álgido del debate radica en que los bancos, al emplear los depósitos de sus clientes, otorgarían créditos dirigidos a sectores estratégicos como la industria, la agricultura, el mejoramiento de vivienda y el turismo.
Petro explicó que estas inversiones serían gestionadas por instituciones como Bancóldex, el Banco Agrario y el Fondo Nacional del Ahorro (FNA). No obstante, la polémica surge del origen de estos fondos, que provendrían de los depósitos de los clientes de los bancos, lo que fue interpretado por algunos como una forma de “expropiación” de los ahorros privados.
En una declaración tajante, la directora del Dapre resaltó la diferencia entre disentir de una propuesta de inversión y propagar información falsa respecto a las intenciones del gobierno con respecto a los ahorros de los ciudadanos y el sistema bancario, además hizo hincapié en la necesidad de explorar alternativas viables para impulsar la inversión sin recurrir a medidas extremas.
Laura Sarabia afirmó: “Una cosa es estar en desacuerdo con la propuesta de inversiones forzosas y buscar otras alternativas con el objetivo de llevar inversión. Y otra cosa diferente es decir que se van a expropiar los ahorros de la gente o expropiar los bancos. Eso es totalmente FALSO”.
Impacto de las inversiones forzosas en el sistema financiero colombiano
Las inversiones forzosas en Colombia, tema central en la agenda económica nacional, están generando múltiples discusiones en torno a sus implicaciones en el sistema financiero. De acuerdo con expertos en finanzas y representantes del sector bancario que fueron consultados por el diario La República, estas inversiones pueden afectar significativamente el otorgamiento de créditos, el alza en las tasas de interés y la rentabilidad de los bancos.
El primer impacto señalado es la reducción en la capacidad de los establecimientos de crédito para otorgar préstamos, lo que podría desencadenar un alza en las tasas de interés para los usuarios del sector financiero. Según expertos, esto podría resultar en un panorama desfavorable para los bancos, especialmente en un contexto donde varias entidades reportan pérdidas significativas. Por ejemplo, 11 bancos registraron utilidades negativas, lo cual podría complicar la recuperación de su estabilidad financiera.
Las inversiones forzosas afectan también las fuentes de fondeo de los bancos, principalmente los depósitos en cuentas de ahorro y corrientes, lo cual, según el presidente de Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), José Ignacio López, representa un reto para la estructura financiera de las entidades. El experto destacó que la proporción de depósitos destinados a títulos de desarrollo agropecuario ha variado históricamente, señalando que actualmente es del 1%, pero llegó a ser del 25% en 1951, de acuerdo con el diario citado.
Estas inversiones están indexadas a la Tasa de Descuento de Tesorería (DST) y ofrecen rendimientos por debajo del mercado, con préstamos otorgados por Finagro a tasas preferenciales. Aunque la estructura actual de las inversiones forzosas solo incluye los Títulos de Desarrollo Agropecuario (TDA), su función es importante para el financiamiento del sector agropecuario, facilitando el acceso a créditos para pequeños productores.