En un operativo de inteligencia meticulosamente coordinado por la Seccional de Investigación Criminal (Sijín), el Gaula Militar y la Fiscalía General de la Nación, se desmanteló una peligrosa banda delincuencial que mantenía en vilo al departamento de Nariño.
Los cuatro individuos, que se hacían pasar por agentes de diversas Fuerzas Militares, utilizaban esta fachada para perpetrar robos en viviendas.
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La organización delincuencial conocida como ‘Los de la Calle’ operaba en Ipiales, y utilizaba uniformes, insignias y hasta armamento para engañar a sus víctimas.
Estos criminales se hacían pasar por autoridades, alegando que estaban realizando operativos de allanamiento, lo que les permitía forzar la entrada a las viviendas y someter a sus residentes. Una vez dentro, hostigaban a sus víctimas y robaban todas sus pertenencias de valor.
De acuerdo con la Policía de Nariño estos delincuentes no solamente usaban las prendas de dichas instituciones, también suplantaban a integrantes del Cuerpo Técnico de investigación (CTI), de la Fiscalía General de la Nación, e inclusive de la Sijín para perpetrar hurtos en viviendas o bodegas del departamento.
Los presuntos delincuentes fueron capturados en una serie de operativos que resultaron en la detención de cuatro individuos. Durante las acciones policiales, se incautaron dos chaquetas reflectivas, tres gorras de la Policía Nacional, dos teléfonos móviles, dos armas de fuego con sus respectivas municiones, y más de cuatro millones de pesos en efectivo.
De acuerdo con las autoridades los sujetos que tendrán que ser investigados por los delitos de concierto para delinquir, porte de armas de fuego, hurto calificado y agravado y utilización ilegal de uniformes e insignias, anteriormente ya tenían antecedentes con la justicia por cargos como estafa, fabricación, tráfico y porte de armas de fuego, extorsión e inclusive terrorismo.
Qué condenas podrían recibir ‘Los de la Calle’
Los individuos involucrados en este caso enfrentan un panorama judicial complejo y severo, dados los delitos por los que se les acusa. En Colombia, el marco legal es claro y contundente en la sanción de este tipo de conductas, y los responsables podrían enfrentar penas acumulativas que resulten en largas condenas de prisión.
Concierto para delinquir: Este es un delito grave que, según el artículo 340 del Código Penal, se sanciona con penas que oscilan entre 8 y 18 años de prisión. La gravedad aumenta si la finalidad del concierto es la comisión de delitos más graves, como el homicidio, el secuestro o la extorsión, lo que podría llevar la pena hacia el extremo superior del rango.
Porte ilegal de armas de fuego: El porte y fabricación de armas de fuego sin autorización, regulado en el artículo 365 del Código Penal, conlleva una pena que va de 9 a 12 años de prisión. Si se trata de armas de uso privativo de las Fuerzas Militares, la pena podría incrementarse hasta 15 años.
Hurto calificado y agravado: En este caso, los responsables no solo cometieron el hurto, sino que lo hicieron utilizando la suplantación de autoridades, lo que agrava el delito según los artículos 240 y 241 del Código Penal. Esto podría traducirse en una condena de hasta 16 años de prisión.
Utilización ilegal de uniformes e insignias: Suplantar a miembros de las Fuerzas Militares o de Policía es un delito contemplado en el artículo 346 del Código Penal, sancionado con penas de 1 a 3 años de prisión. No obstante, si esta suplantación se realiza como medio para cometer otros delitos, las penas se acumulan, aumentando significativamente el tiempo que los acusados podrían pasar en prisión.
Teniendo en cuenta que estos sujetos ya cuentan con antecedentes por delitos como estafa, extorsión y terrorismo, el juez podría considerar estos factores para imponer condenas cercanas al máximo permitido por la ley. Es factible que, si se les encuentra culpables de todos los cargos imputados, las penas acumuladas puedan superar los 20 o incluso los 30 años de prisión, dependiendo de las circunstancias específicas y del criterio del tribunal.