Más allá de los destinos turísticos tradicionales, la capital colombiana esconde lugares poco conocidos que están ganando popularidad por ofrecer experiencias únicas y distintas a lo habitual.
Estos destinos emergentes rompen con lo convencional y actualmente se están convirtiendo en las nuevas joyas turísticas de la ciudad, diseñadas para atraer a viajeros que buscan algo más que los típicos recorridos.
Desde barrios lejanos al centro de Bogotá, hasta murales en rincones desconocidos y circuitos de arte por zonas no tan recurrentes.
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Lugares ocultos en Bogotá
Bogotá se reinventa como un destino turístico dinámico y diverso, que ofrece experiencias auténticas y sostenibles.
Si las personas buscan explorar más allá de lo convencional y descubrir la verdadera esencia de la capital, estos lugares poco conocidos ofrecerán una experiencia que conecta profundamente con las comunidades locales y la diversidad cultural de la ciudad.
Naturaleza y Deporte
Bogotá se destaca por su turismo de naturaleza y deporte, con rutas que permiten disfrutar del entorno natural y las vistas impresionantes de la capital.
La Ruta Huertera en Suba es un ejemplo de cómo la agricultura urbana se mezcla con el turismo, ofreciendo recorridos que conectan a los visitantes con la tierra y las tradiciones agrícolas de la región.
Otra opción para los aventureros es la Red de Turismo Rural, que abarca localidades como Ciudad Bolívar, Usme, Usaquén y Santa Fe. Aquí se puede practicar senderismo en los Cerros Orientales o disfrutar del Biciturismo, con paradas en casas de paz que te ofrecen una perspectiva única del entorno social y natural de Bogotá.
Atractivos gastronómicos y culturales
Si son amantes de la gastronomía, no pueden dejar de visitar la Plaza de Corabastos, la segunda central de abastos más grande de Latinoamérica.
Este lugar, que opera las 24 horas, es un paraíso para los amantes de la comida típica colombiana. Con más de cinco mil locales comerciales, la plaza ofrece una inmersión profunda en la riqueza culinaria de Bogotá, donde cada plato cuenta una historia.
Para los amantes del arte está el Distrito Creativo San Felipe. Este barrio ha florecido como un epicentro de la creatividad en Bogotá, con más de 25 espacios dedicados al arte, incluyendo galerías, talleres y estudios. Además, la oferta gastronómica en la zona es diversa, con opciones que van desde cafés acogedores hasta cervecerías artesanales.
Otro destino es el Distrito Grafiti Ampliado. Este espacio ha convertido las calles de Bogotá en un lienzo, donde artistas locales e internacionales expresan su arte a través del grafiti.
Turismo comunitario en Ciudad Bolívar
El turismo comunitario en Bogotá está cobrando fuerza, especialmente en zonas como la parte alta de Ciudad Bolívar. En este lugar, la red de 15 colectivos locales ofrece una experiencia cultural y gastronómica inmersiva.
Los visitantes pueden recorrer la Cuadra del Color, un espacio lleno de arte urbano y murales. Las paredes del barrio El Paraíso se han transformado en un lienzo vibrante que celebra la creatividad y la expresión artística. Murales coloridos y grafitis adornan las fachadas de las casas, creando un ambiente festivo y acogedor.
La idea nació en el 2015 con Michael Rojas (May) y Luisa Sabogal, una pareja de artistas que buscaban resignificar su barrio y cambiarle la cara a la localidad. Es así como nace la agencia de viajes y colectivo Bogotá Colors, que hoy ya cuentan con más de 40 murales, lo que equivale a más de 900 m2 intervenidos con arte urbano.
Cada mural cuenta una historia, como la de Luis Ramírez, habitante de zona rural de Ciudad Bolívar y fundador de Asoproam, una asociación que lleva a cabo la ruta agroturística Tunjuelo fomentando el turismo rural, de bienestar y de naturaleza. Luis es un ejemplo de constancia y superación al consolidar su proyecto turístico y generar empleo entre su comunidad.
Otro de los sitios más interesantes es el Museo de la Ciudad Autoconstruida, que narra la historia de cómo los habitantes de Ciudad Bolívar han transformado su entorno con mucha creatividad y esfuerzo. Este tipo de turismo no solo enriquece a los visitantes, sino que también apoya a las comunidades locales, generando un impacto positivo en la economía de la zona.