“Topose así el humorista en Bogotá a su matón. En el semáforo en rojo y hablole de correrías: ‘Yo sí conozco, y usté no, a sus verdaderos patrones. Yo visité a Rito Alejo. A ese yo le dije: Viejo, si me va a matar, no me desaparezca, mire que a mi funeral yo sí quisiera ir’”, es uno de los versos de la canción la Muerte de Jaime Garzón, de Edson Velandia, quien en primera persona y en narrador omnisciente relata los últimos días del periodista y comediante Jaime Garzón, recordado, hoy 13 de agosto, en el Día del Humorista, por incomodar a políticos, paramilitares y guerrilleros en Colombia.
El 13 de agosto marca un cuarto de siglo desde el asesinato del célebre humorista, abogado y periodista Jaime Garzón, asesinado en Bogotá por sicarios bajo órdenes de Carlos Castaño, jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
A pesar de la notoriedad del caso y las reconocidas implicaciones de agentes del Estado, quienes ayudaron a cometer este asesinato, el crimen sigue en la impunidad.
La trayectoria de Garzón, en sus entonces 39 años, fue marcada por su programa de sátira política ¡Quac! El Noticero, donde criticaba al gobierno y a la corrupción con un agudo sentido del humor.
“‘Era claro que mi humor crudo no era pa’ causarle risa. Ni al chacal de la montaña. El triste Vélez Uribe, el que será presidente, ya que Escobar no pudo, ni al que prepara paras para matar comunistas: José Miguel Narváez, el filósofo del crimen. Y antes que cambie el semáforo, yo le digo una cuestión:”¡Ninguno tiene los huevos pa’ dispararme de frente!’”, continua la canción de Edson Velandia.
En diferentes momentos de su historia política y humorística, Garzón realizaba actos de oposición y un llamado a la razón de la sociedad Colombiana, siempre señalando las relaciones sociopolíticas y económicas entre Pablo Escobar, los paramilitares, Álvaro Uribe Vélez, en ese entonces próximo a ser candidato presidencial en Colombia, y el miedo a lo que era catalogado como “comunista”.
Su popularidad y su trabajo como mediador en la liberación de secuestrados por la guerrilla Farc le valieron ser tildado como “izquierdista” en un país gobernado por la derecha. Según su hermano Alfredo Garzón, citado por EFE, “Jaime fue realmente un demócrata en el sentido amplio de la palabra”.
En palabras de Carlos Jornet, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Sociedad Interamericana de Prensa, “la investigación reveló connivencia entre paramilitares, agentes estatales y figuras políticas”.
En la madrugada del 13 de agosto de 1999, dos sujetos en moto dispararon cinco veces contra Garzón mientras se dirigía a su trabajo en Radionet. El registro muestra que Garzón había denunciado amenazas de muerte, generando una conmoción generalizada en el país.
La impunidad en el caso sigue siendo un tema candente. Carlos Castaño fue condenado in absentia a 38 años, aunque nunca cumplió la sentencia debido a su asesinato un mes después. José Miguel Narváez, exsubdirector del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), fue condenado en 2018 a 30 años; sin embargo, según denuncia Alfredo Garzón, Narváez cumple la sentencia en una guarnición militar y no en una cárcel.
Este hecho, catalogado como crimen de lesa humanidad por la Fiscalía en 2016, aún tiene muchos actores sin vinculación judicial a pesar de evidentes pruebas.
“Si ustedes los jóvenes no asumen la dirección de su propio país, nadie va a venir a salvárselo”, Jaime Garzón
El papel de la juventud es uno de los legados más sobresalientes de Garzón, según su hermano. Alfredo comentó a EFE que los jóvenes se han concientizado de la importancia de asumir responsabilidad política, “debido a que eso tiene que ver con todos, con el país”. Indicó que en diversas universidades se imparten cátedras que llevan el nombre de Jaime Garzón, lo cual subraya la relevancia de su legado.
La SIP y otras organizaciones han señalado reiteradamente la falta de avances en la investigación. Infobae cita una entrevista con el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, quien catalogó el asesinato de Garzón como un crimen de Estado, indicando que “la orden habría venido de más arriba”.
Similarmente, la FLIP (2018) ha señalado que casos como este muestran una alarmante continuidad de impunidad y desvío en las investigaciones.
En 2011, la familia de Garzón presentó el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), esperando justicia y una evaluación exhaustiva. En julio de 2022, la Cidh emitió un informe de admisibilidad que permite revisar el contexto del asesinato y, potencialmente, la impunidad que lo rodea.
Para conmemorar estos 25 años de lucha por justicia, Alfredo Garzón, junto con la dramaturga Verónica Ochoa, publicó la novela gráfica ‘Garzón, el duelo imposible’, como homenaje a su hermano. La novela, busca darle a Jaime una especie de justicia poética, narrando su vida, ideas y legado a través de más de 3,000 ilustraciones en 500 páginas.
El asesinato de Jaime Garzón no solo significó la pérdida de una voz crítica y mordaz en el periodismo colombiano, sino también una herida abierta en la búsqueda de justicia en un país plagado de violencia y corrupción. En palabras de la SIP: “es necesario profundizar la investigación del entramado criminal e identificar a todos los responsables”.
“Disparando cinco balas, respondióle el pistolero: ‘No necesitan los huevos ¡Pa’ eso me tienen a yo!’. Fue así que a Garzón el ánima, al alba de un viernes trece, deshízole del cuero”, es como termina la canción de Velandia en torno a la muerte del político, comediante, periodista, pensador Jaime Hernando Garzón Forero