“Las pensiones se estarán financiando a expensas de las generaciones futuras y eso está mal. Es injusto para los que vienen después. Ellos tendrán que encontrar la forma de sostenerlas dentro de 20 o 30 años”, indicó Marc Hofstetter, Ph. D. en economía sobre la reforma pensional del Gobierno de Gustavo Petro, que fue aprobada por la Cámara de Representantes el 14 de junio de 2024, y cuyo texto ya había sido avalado por el Senado de la República.
A partir del 1 de julio de 2025, los colombianos tendrán un nuevo sistema pensional basado en pilares (semicontributivo, contributivo, solidario y de ahorro voluntario) que espera ampliar la cobertura y garantizar ingreso de quienes no cumplen con los requisitos para acceder a algún recurso en su edad de jubilación.
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En cuanto al texto aprobado, algunos resaltan puntos favorables y otros lo consideran insostenible financieramente en el tiempo.
Alto costo es muy preocupante
Hofstetter, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes, señaló que la principal preocupación es su alto costo. Afirmó que la reforma requerirá una inversión significativa (alrededor de $5 billones) y que este gasto solo será sostenible mientras haya ahorros disponibles. Una vez se agoten, la reforma podría ser impagable y se tendría que hacer una nueva en el corto plazo.
En sus palabras: “En esta reforma se desperdició la oportunidad de discutir temas que ayudaran la sostenibilidad a largo plazo, como aumentar la edad de jubilación. Una medida controversial pero necesaria, ya que estamos viviendo mucho más que cuando se creó el sistema pensional”.
Sobre lo que pasará con las mujeres, luego de que la Corte Suprema de Justicia aprobó la reducción gradual del tiempo de cotización (de 1300 a 1000 semanas), el artículo 36 de la reforma aprobada establece que se reconocerán 50 semanas adicionales por cada hijo nacido vivo o adoptivo (hasta un máximo de tres), lo que podría permitirles acumular hasta 150 semanas para cumplir con los requisitos de pensión.
“Si la métrica sobre este punto es que las mujeres puedan jubilarse con menos semanas y a una edad más temprana, pues qué maravilla. Pero si la métrica es la sostenibilidad a largo plazo del sistema como un todo, reducir las cotizaciones se traduce en menos recursos disponibles para financiar las pensiones en el futuro, dado que la expectativa de vida de las mujeres es mayor que la de los hombres”, agregó el economista.
Para el vicerrector administrativo y financiero de Los Andes y exdirector de Colpensiones, Mauricio Olivera, el enfoque de género era necesario en la reforma, pero tendrá altos costos fiscales. “Esto se puede contrarrestar mejorando las condiciones laborales de las mujeres que, según la Corte, siempre han tenido menos oportunidades en este campo. Esto debe reforzarse con una reforma laboral”, afirmó en entrevista para Noticias Caracol.
Una reforma que subsidia menos las pensiones altas
En la actualidad, solo 20% de los adultos accede a una pensión. Gran parte de estos beneficiarios recibe pensiones altas que se financian con impuestos. “La reforma aborda este problema al establecer un límite para estos subsidios (hasta 2,3 salarios mínimos). Pudo ser menor, pero es un avance”, destacó Hofstetter, al subrayar que considera esta medida como una mejora significativa.
Sistema de pilares es un acierto
Mauricio Olivera también aseguró que el sistema de pilares es un acierto. “En la mayoría de los países del mundo existe este modelo. Aunque enfrenta presiones financieras y demográficas, funciona relativamente bien. Principalmente, porque combina el pilar de Colpensiones, que se basa en un sistema de reparto, con el de los fondos privados, conocido como capitalización individual, buscando así una complementariedad”.
También habló sobre el punto que hace referencia a la edad de jubilación y no se tienen los requisitos requeridos para pensionarse, y sería obligatorio convertir los ahorros en una renta vitalicia. “Hay personas que lo van a criticar mucho, pero, en general, y esto es un descubrimiento de la teoría del comportamiento económico, los seres humanos preferimos el presente que el futuro y nos terminamos gastando esos ahorros en 5, 6, 7 años y luego, el resto del tiempo, quedamos sin plata”.
Sin embargo, Olivera alertó sobre los riesgos de implementar la reforma a partir del 1 de julio de 2025, algo que calificó como “un tiro en el pie del Gobierno”, ya que hay muchos aspectos que ajustar y tanto Colpensiones como los fondos privados no estarán preparados, lo que podría generar de nuevo desconfianza en el sistema.