Los 66 militares que permanecían secuestrados en las veredas de Chuapal y Bocas de Caño Cafra, en zona rural de San José de Guaviare, fueron liberados en la tarde del lunes 12 de agosto de 2024.
Así lo dieron a conocer en El Espectador, desde donde explicaron que los uniformados salieron acompañados por integrantes de entidades como la Defensoría del Pueblo, la ONU, la MAPP-OEA, entre otras autoridades, que llegaron hasta el lugar de los hechos en la mañana.
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Al parecer, los integrantes de la “guardia campesina”, grupo que se adjudicó el secuestro de los uniformados, habrían levantado el “cerco” de tal manera que los miembros de la fuerza pública recuperaran su libertad a poco más de tres días de haber sido retenidos.
De hecho, sobre las 4:33 p. m., el mismo medio dio a conocer que la Misión de Verificación de la ONU que permanece en la zona estaba por salir junto con los más de 60 uniformados.
Una vez en libertad, el grupo de miembros de la fuerza pública partirá hacia un punto de encuentro que se fijó con el comandante de la Fuerza de Tarea Omega.
Desde el Ministerio de Defensa confirmaron la noticia y aseguraron que el secuestro de los uniformados fue llevado a cabo por comunidades instrumentalizadas por el bloque Jorge Suárez Briceño, de las disidencias de las Farc.
Por otra parte, según explicaron las autoridades, los uniformados fueron secuestrados por “miembros de guardias campesinas” cuando procedían con “acciones de control y presencia institucional” en el sur oriente del territorio nacional.
Uniformados secuestrados estaban llevando a cabo actividades de control en la región
“(Los uniformados) estaban cumpliendo su misión constitucional de proteger a la población civil de las extorsiones realizadas por el grupo armado organizado residual”, había comentado el comandante del Ejército Nacional, Luis Emilio Cardozo, en la noche del viernes 9 de agosto, cuando se reportó el secuestro.
No obstante, horas más tarde de darse a conocer la retención, las autoridades confirmaron que un pelotón de los que había sido secuestrado fue dejado en libertad, lo que dejó a más de 60 uniformados aún en poder de la “guardia campesina”. Esto, teniendo en cuenta que, inicialmente, habían sido más de 100 los miembros de la fuerza pública que habían sido retenidos.
Por su parte, el general Raúl Vargas, comandante Comando Conjunto N.3, indicó que los militares estaban protegiendo a la comunidad de los enfrentamientos entre las disidencias encabezadas por alias Calarcá y alias Iván Mordisco, los dos máximos cabecillas del antes llamado Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc.
“Estas tropas que realizan operaciones de estabilidad en la región están evitando que se presenten confrontaciones armadas entre estructuras que obedecen a alias Calarcá y estructuras que obedecen a alias Iván Mordisco, quienes en el momento se encuentran en rivalidad”.
No obstante, a pesar del secuestro de los uniformados, las autoridades fueron claras en que las tropas continuarán “trabajando en pro de la seguridad y el bienestar de la población y combatiendo todos los fenómenos de criminalidad”.
Por otra parte, desde las Fuerzas Militares habían confirmado a Infobae Colombia que el secuestro de los 66 uniformados será puesto en conocimiento de las autoridades competentes de tal manera que se proceda con los procedimientos pertinentes.
“Este lamentablemente hecho será puesto en conocimiento de la Fiscalía General de la Nación para que se tomen las acciones judiciales correspondientes”, comentaron las autoridades.
Es importante añadir que desde el Ejército Nacional habían dado a conocer un comunicado de prensa en el que aseguraban que la “guardia campesina” había exigido la presencia del alcalde de San José del Guaviare, así como de delegados de la MAPP, OEA, ONU; Defensoría del Pueblo y la Fiscalía General de la Nación, como condición para permitir la liberación de un grupo de soldados”.