La noche del domingo 11 de agosto, mientras parqueaba en su vivienda de la localidad de Puente Aranda, uno de los escoltas del comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, el almirante Francisco Cubides, fue sorprendido por varios hombres armados que hurtaron el vehículo que el Ejército le había asignado.
La camioneta, una Toyota de alta gama, fue conducida hasta el barrio Madelena, de Ciudad Bolívar, donde, finalmente, los delincuentes se dieron a la fuga, al ser interceptados por agentes de la Policía Metropolitana de Bogotá.
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Por desgracia, no se logró efectuar su captura, pero la Policía aseguró que avanzan las investigaciones para dar con el paradero de los responsables, para evitar que sigan haciendo de las suyas, sobre todo en horas de la noche.
Sobre el caso, el teniente coronel Leonardo Bernal Pérez, oficial de inspección de la Policía Metropolitana de Bogotá, brindó más detalles a la prensa.
“Se nos presenta el hurto a un vehículo de alta gama. El conductor se acerca a una de nuestras unidades policiales y da aviso de la comisión de este delito. En el marco de la operación Bogotá y la activación del plan candado, nuestras patrullas de vigilancia en toda la jurisdicción de la metropolitana de Bogotá empiezan con la búsqueda de este vehículo”.
Y agregó: “Estos delincuentes en el asedio de la Policía al estar buscando este vehículo lo dejan abandonado en vía pública en la jurisdicción de ciudad Bolívar, en donde, finalmente, se logra su recuperación”.
Otros residentes de Puente Aranda se mostraron preocupados por el modus operandi de los ladrones de camionetas, argumentando que si lograron doblegar a un escolta, ellos serían un blanco fácil a la hora de estacionar sus vehículos.
“Quiero ese esquema de seguridad”, “Confiable el esquema”, “¿Si les hurtan a ellos que se puede esperar de nosotros?”, “Hasta a los escoltas se les meten los ladrones, ni que esperar de la ciudadanía”, “Me imagino las indicaciones de los comandantes: o aparece la camioneta o los volvemos mier@$#%”, se lee en algunas de las reacciones al reporte de Bernal Pérez.
Agentes de Policía identificaron las modalidades más recurrentes del hurto a vehículos en las principales ciudades:
• “Quieto” (atraco): con el uso de amenazas se obliga al conductor a abandonar el vehículo; esta denominación proviene de la frase de “quédese quieto y bájese”, o similares, que son típicas en esta modalidad.
“Bajonazo” o intimidación (atraco): frecuente en vehículos de servicio público (taxis), puesto que se lleva al conductor hasta un sitio aislado o periférico y se le obliga con amenazas a bajarse del vehículo.
• Halado: se realiza cuando el carro está sin pasajeros, parqueado en bahías o en la calle; mediante distintas técnicas (algunas de las cuales se describen en el escrito) los delincuentes se llevan el automóvil.
• “Estuche o pluma” (llave maestra): el carro se abre y enciende con una pluma (llaves hechizas elaboradas con seguetas, destornilladores o de carbón).
• Entrega o de confianza: se da por descuido de los conductores, cuando abandonan el auto dejando las puertas abiertas y el carro encendido o con las llaves puestas. Esta situación es aprovechada para abordar el vehículo y huir con él.
• “El taco”: se usa un martillo o taco para romper el encendido del carro, el cual se enciende haciendo ignición con los cables.
• Con bujía: se emplea una bujía húmeda (los delincuentes la ponen en su boca para humedecerla) y se lanza contra un vidrio para fragmentarlo.
• Autorrobo o asegurado: cuando una persona quiere deshacerse del vehículo (por lo general para cobrar un seguro) y contacta a los delincuentes para planear el hurto del carro con la complicidad del propietario. Hay un acuerdo de dinero que paga el propietario a los delincuentes, y acuerdan realizar la denuncia brindando a los delincuentes el tiempo suficiente para ocultar, vender o despiezar el auto.
• De control (suplantación de autoridad): en esta modalidad los delincuentes emplean distintivos o disfraces de la autoridad para engañar a víctimas fingiendo un retén o requisa, invitándolos a abandonar el automóvil y aprovechando para huir con él.
• Inicio: en esta modalidad se tiene un mayor trabajo previo, se ubica el vehículo que se va a hurtar y se busca la complicidad de vigilantes o encargados de la seguridad del vehículo. También se da por complicidad de lavaderos y parqueaderos donde los propietarios dejan las llaves de los carros, y los delincuentes pagan por las copias de las llaves10 para luego hurtar los vehículos.
• “Tomasiado o tomasera” (uso de sustancias psicoactivas): es la modalidad más común en las zonas de entretenimiento nocturno (bares o restaurantes). Una persona se gana la confianza del propietario del vehículo (por lo general son mujeres atractivas) y le proporciona alguna sustancia psicoactiva (escopolamina o activan), para incapacitarlo con el propósito de hurtar el vehículo y otras pertenencias.
• “Choque” (atraco): se usa un carro antiguo o hurtado para golpear por detrás un automóvil; cuando el conductor baja a mirar lo sucedido, otro integrante del grupo se sube al vehículo y huye.
• “Lujos” (hurto autopartes): con el carro estacionado o en movimiento, se hurtan los accesorios o partes de lujo del carro, es decir, espejos, antenas, tapas de llantas, radios, entre otros.
• “Creación de empresa fachada” (estafa): creación legal de una empresa dedicada a la comercialización de vehículos, que inicia un proceso formal de compra y venta con los propietarios de automotores. Luego de pagar un pequeño monto de dinero al propietario, se tramitan los documentos para la entrega a un nuevo acreedor de buena fe. Finalmente, el vehículo es vendido por la empresa y nunca se le paga al propietario contactado el dinero convenido en la promesa de compraventa.