Jorge Alfredo Vargas, una de las figuras más emblemáticas del periodismo colombiano, es ampliamente reconocido por su longeva carrera en la televisión. Con más de tres décadas de trayectoria en los noticieros más importantes del país y una notable participación en eventos como el Reinado Nacional de la Belleza, Vargas ha cimentado su posición en el ámbito mediático. A su lado, María Lucía Fernández, con quien ha compartido el set de noticias en el horario estelar durante años, conforma una de las parejas más sólidas de la televisión colombiana.
Vargas comparte su vida con otra destacada periodista, Inés María Zabaraín. Juntos, han formado una familia que no solo se destaca en el ámbito de la comunicación, sino que también ha buscado caminos distintos en sus respectivas carreras.
De su unión nacieron tres hijos: Laura, Felipe y Sofía Vargas Zabaraín. Cada uno de ellos ha seguido su propio camino, reflejando una combinación de talento, pasión y compromiso social.
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Sofía Vargas Zabaraín, la hija menor del famoso dúo, ha optado por una senda menos visible en los medios, enfocándose en la educación y la docencia. A diferencia de sus padres, quienes han dejado una marca indeleble en la comunicación, Sofía ha encontrado su vocación en el ámbito educativo. Actualmente, ella trabaja en la “Fundación Aprender a Quererte”, una iniciativa de la conocida banda bogotana Morat, en colaboración con Unicef y otras organizaciones de trabajo social.
La “Fundación Aprender a Quererte” se ha establecido como una organización sin ánimo de lucro cuyo propósito es transformar la educación en Colombia. Esta entidad trabaja en estrecha colaboración con colegios para diseñar e implementar proyectos que buscan mejorar el acceso y la calidad de la educación.
Entre sus objetivos principales se encuentran la optimización de los procesos de aprendizaje en áreas clave como la lectura y las matemáticas, así como la creación de oportunidades para que más jóvenes puedan acceder a la educación superior.
En una reciente entrevista con la Revista VEA, Sofía Vargas Zabaraín compartió su experiencia y motivaciones detrás de su trabajo en la fundación. Estudiante de Comunicación Social y Literatura en la Universidad Javeriana, al igual que sus padres, Sofía ha demostrado una profunda pasión por la docencia. A pesar de que sus estudios la vinculaban con el mundo de la comunicación, su verdadera vocación la llevó a buscar un impacto directo en el sistema educativo.
Además de su labor en la fundación, Sofía es conocida por su pasión por la danza aérea. En sus redes sociales, no solo muestra su compromiso con la educación, sino también su habilidad en esta disciplina artística. La danza aérea, una forma de expresión que combina arte y acrobacia, se ha convertido en una parte importante de su vida, mostrando otra faceta de su creatividad y dedicación.
La “Fundación Aprender a Quererte”, además de su trabajo con colegios, se ha convertido en un aliado clave de entidades como Unicef, la Secretaría de Educación de Bogotá y Pratham, entre otras. La fundación busca implementar nuevas metodologías de enseñanza que puedan transformar el panorama educativo del país.
El compromiso de Sofía Vargas Zabaraín con la educación y su trabajo en la Fundación Aprender a Quererte subraya una faceta menos conocida pero profundamente significativa del legado familiar de los Vargas-Zabaraín. A través de su dedicación a la docencia y su participación en proyectos que buscan mejorar el sistema educativo colombiano, Sofía continúa el trabajo de sus padres desde una perspectiva diferente, mostrando que el impacto social puede surgir de diversos caminos y pasiones.
Sofía Vargas Zabaraín, con su papel en la Fundación Aprender a Quererte, no solo sigue el legado de sus padres en términos de compromiso y dedicación, sino que también establece su propio camino en la promoción de una educación de calidad en Colombia.