A finales de mayo del presente año, Samir Darío Villazón Aguirre sobrevivió a un ataque en el barrio Bellavista de Malambo, Atlántico. Sin embargo, la noche del sábado 10 de agosto de 2024 no corrió con la misma suerte, ya que fue víctima de un atentado por parte de unos sicarios que se movilizaban en motocicleta y que terminaron acabando con su vida.
En el primer atentado, Samir Darío, de 27 años, fue agredido a tiros en la carrera 3 con calle 8A. En esa ocasión, el afectado fue trasladado a un centro médico, donde los médicos consiguieron salvarle la vida.
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No obstante, en el segundo ataque, que se registró sobre la carrera 3 con calle 9, cerca del Parque Infantil Bellavista, conocido en la zona como La Bumanguesa, Samir Darío se encontraba sentado tranquilamente cuando los sicarios le dispararon tres veces, una de ellas en la parte posterior de la cabeza.
Tras el atentado, Samir Darío quedó tendido en el suelo mientras los agresores huyeron. Vecinos del sector y agentes de la Policía trasladaron a la víctima a un centro asistencial en Malambo, donde los médicos confirmaron que había llegado sin signos vitales.
Ante ello, la Policía implementó un plan candado para controlar las salidas y entradas del municipio en busca de los responsables, aunque no se ha reportado ninguna captura hasta el momento
Según indicaron las autoridades, las investigaciones están a cargo de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) de la Policía. De hecho, los organismos encargados explicaron que el ataque podría estar relacionado con el primero que sufrió en mayo, registrado a una cuadra del reciente incidente.
De igual forma, desde la Policía Nacional explicaron que el cuerpo de Samir Darío Villazón Aguirre fue trasladado a las dependencias del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses para proceder con las respectivas autopsias.
Y es que este suceso es una muestra más del complejo panorama en términos de seguridad que se registra en Malambo, población en donde la extorsión se ha posicionado como una de las modalidades criminales más comunes.
Dirigente de un colegio de Malambo había denunciado amenazas
Por ejemplo, a finales de julio del presente año, W Radio reveló un documento en el que se observa la queja interpuesta por Jairo Araújo, director administrativo del Colegio Santa Rosa de Lima de Malambo, que relató haber recibido múltiples amenazas de muerte dirigidas hacia su familia y a una integrante de la institución. El dirigente aseguró además haber sufrido seguimientos y acoso telefónico constante.
“He recibido panfletos de un grupo de extorsionistas, que se autodenominan: “Los Lacayos”, me exigen cuarenta millones de pesos ($40.000.000.00) con la amenaza que si no pago esa cifra van a “asesinar” a mis hijos y a la Seño Mildred, esos panfletos fueron llevados al Gaula en su momento, nunca contesté a esas amenazas; el asedio por teléfono ha sido continuo, yo no he contestado esas llamadas de números desconocidos”, se lee en el documento.
Extorsión, uno de los crímenes más frecuentes
Según cifras entregadas por la Policía Nacional, en el año inmediatamente anterior se registraron 9.548 casos de extorsión en el territorio nacional. Sin embargo, las autoridades enfatizaron en que el 77% de los episodios no fue “exitoso” para los criminales.
Además, la Procuraduría General de la Nación dio a conocer en octubre de 2023 que, para ese momento, se habían registrado 3.130 víctimas de este delito desde enero del mismo año. Dicha cifra se habría incrementado en medio de la tensa situación de orden público que se vive en algunas regiones del país.
Por tal motivo, los organismos encargados solicitaron a los organismos encargados dar pleno funcionamiento a los inhibidores de señales telefónicas en inmediaciones a las cárceles en el país.