El asesinato de Wilfrido Segundo Izquierdo Arroyo, un joven indígena arhuaco y estudiante de ingeniería civil, causó conmoción tanto en la comunidad indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta como en la Universidad del Magdalena., donde era miembro de la Asociación de Estudiantes Indígenas
De acuerdo con la información conocida hasta el momento, los hechos habrían ocurrido en la tarde del sábado 10 de agosto en el barrio Ciudad Equidad, cuando Izquierdo Arroyo fue atacado a tiros por sicarios que se movilizaban en una motocicleta. Según datos Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, el homicidio del joven arhuaco suma un total de 103 líderes indígenas asesinados en 2024.
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Testigos afirman que los agresores dispararon en repetidas ocasiones contra el joven que se encontraba en la calle, cayendo al suelo junto a un poporo (un objeto ceremonial de taironas y muiscas) que llevaba en las manos. Intentos de auxilio por parte de varias personas tras escuchar las detonaciones resultaron infructuosos, por lo que finalmente la víctima falleció en el lugar.
Las autoridades tradicionales de la comunidad Arhuaca de la Lengüeta, el Cabildo Arhuaco Magdalena y La Guajira, así como la Plataforma de Defensores de Derechos Humanos, Ambientales y Liderazgos de la Sierra Nevada, denunciaron enérgicamente el hecho. Las mencionadas entidades y organizaciones emitieron un comunicado en el que solicitan celeridad en las investigaciones y justicia, destacando que Izquierdo Arroyo estaba cerca de graduarse como ingeniero civil y lideraba diversas iniciativas tanto en su comunidad como en la universidad.
“Wilfrido era un joven arhuaco comprometido con su formación para convertirse en ingeniero civil y así aportar al desarrollo de la Sierra Nevada armonizando la ingeniería occidental con el saber ancestral, llevando desarrollo sostenible y regenerativo a las comunidades de la Sierra Nevada”, expresaron las organizaciones en mención.
En el comunicado también afirmaron que “el asesinato de Wilfrido Segundo Izquierdo no solo arrebata la vida de un joven lleno de promesas, sino que también hiere profundamente a nuestras comunidades y atenta contra los derechos y la dignidad de los pueblos indígenas”. Asimismo, la Universidad de Magdalena se pronunció: “Solicitamos a las autoridades competentes que se esclarezcan con prontitud los móviles del fallecimiento de nuestro estudiante”.
Por otra parte, el alcalde de Santa Marta, Carlos Pinedo, pidió a las autoridades resultados en este caso. “Desde el momento de los hechos, las investigaciones del caso se encuentran en manos de la Policía y la Fiscalía. Haremos seguimiento al avance de las investigaciones de este y los demás hechos de violencia presentados en la ciudad. Debemos brindar garantías a la ciudadanía y llevar a los responsables ante la justicia”, declaró públicamente Pinedo.
Escalada de violencia en Santa Marta
Este asesinato es uno de los cuatro que se registraron durante el reciente fin de semana en la capital del departamento de Magdalena. En otros incidentes aislados, Bayron Espitia Coyante fue asesinado por sicarios en el barrio Gaira, mientras que los homicidios de Carlos Campo y Andrés Yance se produjeron en el barrio Los Fundadores, donde los jóvenes fueron atacados por sicarios en motocicleta, en el momento que regresaban de un balneario a su vivienda. Todas las víctimas murieron en el lugar de los hechos. La policía de Santa Marta indicó respecto a estos asesinatos que podrían estar relacionados, aparentemente, con temas de microtráfico; sin embargo, no descartan otras hipótesis.
La situación de inseguridad se agrava por la disputa territorial entre las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada y el Clan del Golfo, dos organizaciones que pugnan por el control del territorio. En 2024, Santa Marta ha registrado un aumento alarmante en los índices de criminalidad, con cifras que se acercan a los 150 muertos. El Gobierno anunció la intención de iniciar diálogos de paz con ambas organizaciones para tratar de mitigar la violencia, aunque hasta el momento los homicidios no han cesado. La policía se mantiene en alerta ante la posibilidad de que se produzcan más ataques.